viernes, 8 de octubre de 2010

UN EJEMPLO DE CONVIVENCIA EN LA EUROPA MODERNA: LAS “NACIONES” EN LOS EJÉRCITOS DE LA CASA DE AUSTRIA

Hace un tiempo el amigo bloguero Senovilla, del blog Pensamientos JFS, me pidió colaborar, desde un punto de vista histórico, en su Proyecto Convivencia, en el que cada uno de los colaboradores y seguidores de su blog debíamos dar nuestra visión sobre el concepto de convivencia. Pues bien, yo llevando el tema obviamente a mi terreno me decanté por un interesante ejemplo de convivencia en la Monarquía Hispánica del XVI y XVII, la convivencia de las distintas naciones que formaban la Monarquía Hispánica (y otras) en los ejércitos que la Casa de Austria tenía repartidos por los distintos escenarios de guerra europeos. Aquí va el resultado:

Una de las características más llamativas de los ejércitos del Antiguo Régimen era la presencia en ellos de combatientes de diversas naciones. Así, por ejemplo, el ejército de Enrique VIII de Inglaterra durante la invasión de Francia, en 1544-1545, contaba con escoceses, españoles, gascones, portugueses, italianos, albaneses, griegos, turcos, tártaros, alemanes, borgoñones y flamencos. Aunque menos variados y pintorescos, los ejércitos holandeses que se enfrentarían a España estaban integrados por ingleses, franceses, alemanes y daneses. Dicha realidad tenía un remoto origen, dados sus precedentes en los ejércitos de la Edad Media y la Antigüedad, pero se desarrolló a partir del Renacimiento con el auge de la infantería y el notable incremento numérico de los combatientes. En la Monarquía Hispánica de los Austrias, la diversidad nacional del ejército tuvo una especial relevancia, debido a hechos como el carácter plurinacional de la propia Monarquía, la consecuente multiplicación de las necesidades militares y la precocidad de su organización bélica que, desarrollada inicialmente por los Reyes Católicos, constituiría el principal y más eficaz modelo europeo hasta bien entrado el siglo XVII.

En una época en que las unidades militares de carácter permanente constituían una parte pequeña de los ejércitos y en la que aún no se habían desarrollado los sistemas de conscripción, resultaba muy difícil reunir en poco tiempo un ejército numeroso con soldados experimentados, que fueran además súbditos del príncipe respectivo. En estas condiciones, la opción más rápida era recurrir a los profesionales de la guerra, expertos en el manejo de diversas armas, que abundaban en ciertas zonas de Europa, como Suiza, Alemania o los Balcanes. La guerra tenía así un fuerte carácter privado, que se mantendría durante toda esta época moderna, aunque la presencia de mercenarios extranjeros disminuyó a partir de la Paz de Westfalia (1648) y más aún durante el siglo XVIII, a medida que aumentaba la capacidad de los monarcas para reclutar a sus propios súbditos y extender entre ellos las obligaciones militares, con el respaldo de una administración militar cada vez más centralizada y eficaz.

Enumeraré a continuación algunos ejemplos que nos permitirán conocer el carácter multinacional de los ejércitos de la Monarquía Hispánica:

* En el Ducado de Milán que, junto a los Países Bajos y Cataluña, constituía una de las principales plazas de armas de la Monarquía destacaban, junto a la infantería española (principalmente castellana), cuyos tercios constituían la fuerza de combate principal del Ducado (recuérdese que la Corona de Castilla era la principal suministradora de recursos humanos y económicos de la Corona), la presencia de tercios lombardos y napolitanos, si bien la importancia de estos últimos tiende a disminuir en las últimas décadas del siglo. Es notable la aportación de regimientos alemanes y, en menor medida, la de compañías suizas y grisonas. Bastante regular, aunque escasa, es la presencia borgoñona, que desaparece en 1687. En 1617 existe una infantería valona, cuya participación, al igual que la de los irlandeses, es ocasional en este territorio. En algún momento intervienen también unidades del Emperador, como las tropas de infantería del Rey de Hungría (1658), o agrupaciones militares pertenecientes a aliados alemanes, como el Duque de Würtemberg, durante la Guerra de los Nueve Años (1689-1697). En cuanto a la caballería, raramente se especifica la procedencia nacional de sus diversas unidades. Junto a la caballería del Estado, destaca la presencia frecuente de soldados napolitanos y alemanes, la de soldados a caballo del Rey de Hungría (caballería imperial) en 1658, y las más excepcional de aliados circunstanciales, como Florencia y Módena en 1644, el Duque de Würtemberg (en 1691 y 1697), o el príncipe de Hannover en 1694.

* Ejército de Extremadura constituido durante la Guerra de Portugal (1641-1668): la presencia de tropas no españolas era secundaria y mucho menos habitual que en otros ejércitos combatientes de la Monarquía, lo que se explica por la condición de conflicto “olvidado” que tuvo esta guerra. En unos años en que Felipe IV hubo de enviar a sus mejores tropas a numerosos frentes, la lucha contra el Portugal rebelde quedó en un segundo plano, mientras las mejores unidades se empleaban en los Países Bajos o en Cataluña. Las tropas españolas eran esencialmente castellanas, no profesionales e inexpertas, mientras que antes de 1659 (Tratado de los Pirineos) solo de forma ocasional se enviaron tropas extranjeras al frente de Extremadura. La Guerra de Portugal se fue así alargando, convertida en un enfrentamiento fronterizo en el que los ejércitos español y portugués se limitaban a mantener sus posiciones y a lanzar destructivas razias de caballería contra territorio enemigo. Sólo tras la paz entre Francia y España de 1659, comenzarán a llegar al frente de Extremadura tropas veteranas de Flandes, Italia, territorios alemanes y Cataluña. El ejército con el que don Juan de Austria sitió victoriosamente Arronches, a finales de 1661, estaba formado por cuatro tercios de españoles, uno de napolitanos, otro de lombardos y un regimiento de alemanes. En 1663, el ejército que tomó Évora contaba con soldados veteranos españoles, italianos, alemanes, e incluso franceses. En 1665, por último, el Ejército de Extremadura tenía un gran contingente de tropas veteranas alemanas, suizas, irlandesas e italianas.

* El ejército que combatió durante la Guerra de Mesina (1674-1678) estaba formado también por unidades de diversas nacionalidades. Buena parte de los soldados existentes en Sicilia en septiembre de 1674, cuando estalló la revuelta mesinesa, eran sicilianos o napolitanos enviados por nobles y ciudades, así como milicias napolitanas, gente de escasa o nula experiencia y preparación militar y pronta a fugarse a la menor oportunidad, lo mismo que las milicias sicilianas. Progresivamente, sin embargo, comenzó a aumentar durante la contienda el peso de las unidades españolas (consideradas la élite de los ejércitos hispanos, así como las más leales), y en menor medida, de la alemana, milanesa y napolitana, integradas todas ellas por soldados de leva, “profesionales”, y en muchos casos veteranos. Entre la infantería española figura un tercio procedente de Cerdeña, formado de hecho por sardos que fueron reclutados y enviados a Sicilia en 1674 (1). Durante esta guerra encontramos también unidades corsas y albanesas (cimarras) (2).

* Uno de los principales ejércitos de la Monarquía durante los últimos años de Carlos II fue el que se enfrentó a Francia en Cataluña con ocasión de la Guerra de los Nueve Años: junto a los españoles, siendo predominantes en número, están presente en el mismo las naciones habituales en el ejército de los Austrias: italianos, alemanes y valones, así como otras que aparecen con frecuencia, como los irlandeses, y tropas de aliados, como el Emperador o el Duque-Elector de Baviera Maximiliano Manuel.


Basten estos ejemplos para demostrar el carácter multinacional de los ejércitos hispanos durante el reinado de la Casa de Austria. Sin embargo, una norma general en todos los ejércitos de la Monarquía Católica era la separación por naciones de unidades y mandos, llegándose incluso a exigir que los ingleses no pudieran mandar tropas escocesas o irlandesas, o que los milaneses o romanos no pudieran servir en unidades napolitanas. No obstante, cuando el número de soldados de una o varias naciones no era suficiente para formar una unidad solía reunírseles en lo que en el ejército español se llamaban “compañías de naciones”. Geoffrey Parker cita, en este sentido, un regimiento bávaro, en 1644, que contaba con hombres de al menos 16 nacionalidades (alemanes, italianos, polacos, eslovenos, croatas, húngaros, griegos, dálmatas, loreneses, borgoñones, franceses, checos, españoles, escoceses e irlandeses, además de 14 turcos).

Cuanto se conoce respecto a las naciones en los ejércitos de los Austrias, permite establecer unas serie de conclusiones:

1. La importancia de los españoles, tanto por su número (eran los más numerosos) como por su papel destacado. Ellos eran la principal fuerza militar de la Monarquía, como demuestra el hecho de que los tercios españoles constituyera la guarnición ordinaria de los reinos italianos y del Ducado de Milán, que hacía patente la dependencia de éstos con respecto al centro constituido por la Península Ibérica y daba sentido al término “dominio español”. El problema era que España carecía de la densidad demográfica para abastecer las múltiples necesidades militares que se derivaban de la supremacía de sus reyes, lo que hacía imprescindible recurrir a otras naciones.

2. Mucha de las otras naciones que formaban los ejércitos de los Austrias eran además súbditos del Rey Católico, como ocurría con los italianos (napolitanos, milaneses o sicilianos), los borgoñones y los súbditos de los Países Bajos (flamencos o valones).

3. En tercer lugar destaca la gran importancia de los alemanes, que constituían el ejército mercenario por excelencia de los reyes de España, si bien en ocasiones esa condición se modificaba por la de aliados, al tratarse de regimientos concedidos por el Emperador. Según G. Parker, los que formaban parte del Ejército de Flandes solían reclutarse en los territorios patrimoniales de los Habsburgo. Por ejemplo, durante la Guerra de Mesina (1674-1678), todos los reclutamientos se hicieron con el permiso del Emperador y por lo que se sabe procedían de los territorios de los Habsburgo lindantes con Italia: Estiria, Carintia, Carniola y Tirol. Pero no siempre fue así, el propio Parker afirma que, a partir de 1621, una vez iniciada la Guerra de los Treinta Años, los alemanes reclutados procedían sobre todo de zonas cercanas a los Países Bajos, como la región del Rhin o los estados católicos de los obispos de Münster, Colonia o Tréveris.

4. La cuarta conclusión es que el resto de naciones tuvo una importancia mucho menos y, en la mayoría de los casos, jugaron un papel margina. Suizos, grisones, irlandeses, escoceses, franceses, corsos o albaneses aportan tropas ocasionalmente y en cantidades escasamente significativas, lo mismo que los súbditos de diversos príncipes italianos y alemanes aliados de España en uno u otro momento.

A modo de conclusión final, se puede destacar la escasa importancia que los mercenarios tuvieron en los ejércitos de los Austrias hispanos, siendo ésta una ventaja derivada del carácter plurinacional de la Monarquía.


Fuentes principales:

* Ribot García, Luis Antonio: “Las naciones en el ejército de los Austrias”, en “La Monarquía de las naciones: patria, nación y naturaleza en la Monarquía de España”. Fundación Carlos de Amberes. Madrid, 2004.

* Parker, Geoffrey: “El Ejército de Flandes y el Camino Español (1567-1659)”. Alianza Editorial, 2000.


Notas:

(1) Recuérdese que en esta época se tendía a considerar “españoles” a los habitantes de Castilla, Portugal, Navarra y la Corona de Aragón, de la que formaba parte Cerdeña, junto a Aragón, Cataluña, Valencia y las Islas Baleares.

(2) Una relación de 26 de septiembre de 1677 cita tres compañías de infantería “cimarra” con 130 hombres


36 comentarios:

  1. Esto es lo que se llama ser una enciclopedia!!!
    Un post trabajado a conciencia. Además de convivir es un post enriquecedor en todos los sentidos.
    Me ha gustado mucho.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Katy: muchìsimas gracias por tu palabras, me alegra que te haya gustado.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Algunos de estos regimientos extranjeros creo que quedaron a modo, seguramente testimonial y/o tradicional, ya que en Aranjuez, donde resido, enfrente del palacio quedan los restos de dos cuarteles, el de las guardias españolas y el de las guardias valonas, y esto ya se dio durante los borbones, incluso creo recordar que durante le motín de Aranjuez (Carlos IV - Fernando VII) seguía habiendo guardias valonas en Aranjuez.

    ResponderEliminar
  4. José Luis: en realidad ese regimiento de Guardia Valona (o Walona), fue un regimiento creado por Felipe V para su protecciòn personal, al igual que la Gurdia Espanola, y similar a la Guarda Tudesca de los Austrias (que el 1à Borbòn eliminò), no tiene que ver con estos ejércitos pues eran cuerpos de élite destinados a la protecciòn del monarca. Aùn asì gracias por sacar el tema ;)

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Una entrada estupenda. Hace unos días realicé una sobre Nördlinguen, y, después de leer esta, entiendo mucho mejor la disposición de combate de los dos ejércitos.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  6. Fonsado: muchas gracias, ahora me pasaré a leer tu entrada sobre Nördlingen, una de las ùltimas grandes victorias de los Tercios.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  7. Magnífico post, Carolus.
    Precisamente, la semana pasada- que fue el cumpleaños de mi santo esposo-, le regalé "De Pavía a Rocroi. Los Tercios de infantería española en los siglos XVI y XVII",de Julio Albi de la Cuesta,por que es un apasionado absoluto de este tema.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  8. Natalia: muchas gracias, sin duda un libro muy interesante y me alegro ademàs de que tu marido comparta mi pasiòn por la historia.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  9. Brillante, espero que el nivel requerido para los colaboradores del "aniversario" sea algo más relajado, jejeje.

    Ya sabes que ando (poco a poco) en la lectura de la Guerra al Turco y todo eso esta muy presente a lo largo del mismo.

    Reitero mis felicitaciones.

    addenda - no leeré las otras colaboraciones pero seguro que hay alguien que habla de lo "bonito" de la convivencia (sic) de las 3 culturas en España antes de finalizar la reconquista...

    ResponderEliminar
  10. Isra: para el aniversario cada uno podéis colaborar de la mejor manera que podàis ;), no es un examen ;)

    Me alegro de que te vaya interesando el tema...

    ...la verdad es que no sé de que hablaràn los otros porque seguramente no tendré tiempo para leer todas todas las colaboraciones...pero quien sabe...

    ResponderEliminar
  11. Apasionante querido amigo, en la guerra la convivencia fue fruto de muchos éxitos.

    Es muy cercano todo esto que cuentas con tanto detalle.

    Un abrazo muy agradecido por encontrar ese enfoque a historia y convivencia.

    ResponderEliminar
  12. Senovilla: gracias a ti por permitirme participar en tu proyecto. Espero haber estado a la altura.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  13. AH!!! muchas gracias por la aclaración... cuando alguien me vuelva a preguntar sobre que era aquello... ya podré tirarme el moco con conocimiento de causa ;)

    ResponderEliminar
  14. José Luis: ;)...quizàs te interese la aportacion de Thomas Glesener "Nación flamenca o elite de poder? Los militares "flamencos" en la España de los Borbones" donde se trata el tema, en el libro: "La monarquía de las naciones : patria, nación y naturaleza en la monarquía de España" de la Fundaciòn Carlos de Amberes de Madrid (C/Claudio Coello 99)...està agotado pero creo que lo podràs encontrar en su biblioteca

    ResponderEliminar
  15. Interesante entrada con esa convivencia de nacionalidades diversas en un mismo ejército. Todo un ejemplo. Lo que demuestra que cuando no hay charlatanes nacionalistas que intentan enfrentar a la gente, las relaciones se vuelven más normales.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  16. Cayetano: pues sì. Claro que hubo conflictos pero en general estos ejércitos convivieron bien durante 2 siglos y permitieron a la Momarquìa mantener su status de potencia hegmònica...

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  17. Reverencio Humildemente vuestra Contribución Histórica Majestad.
    Se os echa en falta en mis Modestas Zahurdas, que se Honran con Vuestra Presencia...
    ¿Véis, Majestad, como Se Tenían Muy Presentes, las Lecciones de la Historia Clásica, Aplicadas a los Temas de Ciencia Militar?
    Fueron los Persas, desde el Gran Ciro, quiénes organizaban sus Ejércitos, por "Pueblos",siendo los "Inmortales de la Guardia del Gran Rey", el Núcleo de Élite Agllutinador de Contingentes, Armas y Estilos de Combate.
    Si no recuerdo Mal, en el Famoso Motín contra el Ministro de Carlos III, el Siciliano Esquillace,algo Tuvieron que Ver Tanto el Marqués de la Ensenada, como los Oficiales de la "Guardia Valona" conocida Popularmente, como "La CHAMBERGA", por sus Sombreros de tan Española Prosapia, Opuestos al "Tricornio a la Francesa, que se quiso Imponer por las Bravas"... Perdonad, Majestad, pues estoy seguro de que tales Minucias, os son tan Conocidas commo a Mí.
    Un Cordial Saludo
    y como Grito de Alegría
    ¡¡RIAU RIAU!!

    ResponderEliminar
  18. Entonces muchos de ellos eran "mercenarios" y "soldados de fortuna", que dedicaban su trabajo a ganarse la vida de las arcas de un estado. Sólo de esa manera, los atacantes se procuraban soldados especializados., de los que creo, ganaban más que los "autóctonos".
    Muy buena entrada, Carolvs

    ResponderEliminar
  19. Old Nick: he estaod un poco liado pero prometo pasar por su insigne Academia poética...muchas gracias por sus palabras.

    Un real y afectuoso saludo.

    PD: una puntualizaciòn, la Guardia Chamberga y la Walona son dos cosas distintas, la primera fue creada por Mariana de Austria en 1669 tras el primer golpe de Estado de Juan José de Austria, la segunda fue creada por Felipe V a inicios de su reinado como cuerpo de protecciòn real

    ResponderEliminar
  20. Javier: sì, la burocratizaciòn del ejèrcito y su profesionalizaciòn es una cosa del XVIII derivada de los métodos de Luis XIV que en Espana fue implantada por Felipe V con la sustituciòn del Tercio por el Regimiento y la progresiva profesionalizaciòn del los ejércitos con la implantaciòn de cuarteles, levas, etc...tienes una buena aproximaciòn en este artìculo si te interesa: http://www.uv.es/rseapv/Anales/01_02/A_Del_Tercio_al_Regimiento.pdf

    Saludos.

    ResponderEliminar
  21. Excepcional entrada, Majestad. Ha hecho usted un auténtico repaso a la formación y composición de los tercios españoles durante la Edad Moderna, del que se deriva el espíritu de convivencia y hermandad de soldados de diversas naciones, aunque, como usted apunta, todos o casi todos súbditos españoles; y ello era más fácil ya que teníamos el mayor imperio desde los tiempos de Carlos V. Un cordial saludo.

    ResponderEliminar
  22. Paco: muchas gracias amigo. Sí, era la ventaja como comentaba de contar con una Monarquía tan amplia y compuesta de tantas nacionalidades...una ejemplo para nuestros políticos de hoy en día.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  23. Creo que este ha sido un modelo de conviviencia excelente para demostrar lo que pretendía el proyecto, eso sí, no siempre fue una convivencia fácil, pero eso sabemos que siempre es así a todos los niveles. Quizá por eso renuncié a participar en esta iniciativa de la que tuve conocimiento en el blog de Eastriver.

    Me imagino a aquellos pobres 14 turcos entre tantos "enemigos" de la Sublime Puerta. ¿Serían cristianos conversos? Tonterías mías, ya sabes.

    ¡Ah! me he quedado con la copla de los "cimarras" y ahora tendré que buscarle los tres pies al "gato albanés" xDDD

    Como siempre me quedo impresionado con tus entradas, querido Alberto.

    Un fuerte abrazo desde mi cada vez más desguazada arca.

    ResponderEliminar
  24. Excusadme Majestad. Un TRastablille Imperdonable... Indigno de Mí y de Vos...
    Tendré que Contratar un Corrector de Pruebas porque escribo demasiado rápido y a veces pasan estas Cosas...

    ResponderEliminar
  25. Jordi: muchísimas gracias por tus palabras amigo.Los turcos supongo que seguro serían converso si no difícilmente los veo en el ejército de S.M. Católica...en cuanto a lo de los albaneses cimarros es, sin duda, algo exótico y muy interesante aunque hay pocas fuentes y se sabe poco de ellos, quizás fuesen de la República de Ragusa...

    Un abrazo y ánimo con ese arca ;)

    ResponderEliminar
  26. Old Nick: excusado queda vuesa merced, un lapsus mentae lo podemos tener cualquiera.

    Reales saludo.

    ResponderEliminar
  27. Gracias Carolvs por la información sobre Juan Manuel de Vargas.
    Entrada esta interesante que con los comentarios se engrandece más.
    Tropas auxiliares de otras nacionalidades o latitudes las han tenido todos los grandes imperios, Alejandro, Aníbal hizo campaña por la Carpetania para reclutar hombres, los romanos contaban con onderos baleares que antes de empezar la batalla cosían a pedradas al enemigo y los conquistadores españoles en América contaban en sus filas con más indios que españoles.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  28. José Eduardo: así es, casi todos los grandes imperios utilizaron tropas de otras nacionalidades en sus acciones bélica, pero como decía la particularidad de la Monarquía Hispánica es el hecho de que la mayoría de las suyas fueran además súbditos del Rey Católico.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  29. Muy interesante tu entrada estimado bloguero, es impresionante lo que da de sí la convivencia hasta dentro de la historia, de verdad excelente.

    Un placer poder leerte

    Feliz fin de semana

    Un saludo

    ResponderEliminar
  30. De Ribot me recomendaron hace tiempo un libro sobre la guerra de Messina... compras aplazadas se suman a lecturas pendientes.

    Un gran artículo, la verdad.

    Sobre los irlandeses en particular:
    http://www.tiemposmodernos.org/tm3/index.php/tm/article/viewFile/41/62

    Respecto a la distinción que haces en todo el texto, así como en la nota uno, es cierto que la contribución a las armas españolas de los Austrias fue básicamente castellana, pero como escribió Castellví desde el destierro en Viena, dando la relación de los austracistas que combatieron contra los turcos en Hungría a nombre de su señor el emperador Carlos VI [durante un tiempo Carlos III de España] castellanos, valencianos, aragoneses, catalanes "españoles todos"... Y que nadie se confunda de siglo, que estamos a primeros del XVIII.
    http://www.fundacionoguera.com/libros/EXILI%20AUSTRIACISTA%20I.pdf

    Hay segundo tomo, donde aparece la referencia original a este ejército de exiliados.

    Un saludo, y nos seguimos leyendo.

    ResponderEliminar
  31. Carlos Valenzuela: el libro de Ribot sobre la guerra de Mesian en sencillamente magnìfico, te lo recomiendo, sin duda.

    En cuanto a lo que comentas de los catalanes, aragoneses, valencuanos etc al servicio de Carlos III de Austria te recomiendo por mi parte la obra de la profesora Virginia Leòn Sanz, cuya obra magistral es el libro: "Carlos VI: el emperador que no pudo ser rey de Espana".

    Gracias por los enlaces y un saludo.

    ResponderEliminar
  32. creio que existia mais modernidade nessa época do que no mundo em que vivemos...

    abraço,
    olga

    ResponderEliminar