domingo, 6 de noviembre de 2011

350º aniversario de Carlos II: David perseguido y señor de dos mundos

1. Carlos II por Juan Carreño de Miranda (h. 1685). Museo Nacional del Prado.

Todo el reinado de Carlos II, desde su minoría de edad, constituye un período de notable efervescencia intelectual alrededor de la figura regia, la dinastía y el poder en sí mismo. La pasión por opinar, en influir, acerca del panorama político y, sobre todo, por vaticinar el futuro de la Monarquía de España, se explica por sí sola. Desde 1665, un Rey niño de salud débil, el deterioro de la situación castellana y de los otros grandes reinos de la Corona, y una adversa coyuntura internacional avivaron el debate político con manifestaciones de mayor o menos calado reflexivo, pero todas ligadas a la evolución de los acontecimientos que tenían lugar en Palacio y en los foros de gobierno. No es casual, por tanto, que abundaran las reediciones de libros de teoría política que habían tenido éxito en el pasado cercano y lejano, ya convertidos en clásicos. En esta época se volvió a leer a los defensores de la contrarreforma de finales del siglo XVI como Ribadeneyra, a la generación de tacitistas de tiempos de Felipe III precedidos por Álamos de Barrientos, a los reformistas de la época de Olivares y a los autores de la segunda parte del reinado de Felipe IV, con Saavedra Fajardo a la cabeza de la llamada generación de 1635 (1).

Este caudal de referencias anteriores se alternó con una abultada y constante producción contemporánea que tuvo que reinterpretar los grandes conceptos de filosofía política y profundizar en aquellas cuestiones apremiantes. Así, en el periodo de regencia, muchos textos se orientaron a preparar al monarca para la tarea de gobierno y se dio la curiosa situación de que, por primera vez en la etapa de la dinastía austriaca, la educación del príncipe estaba urgida por la necesidad de hacerlo cuando ya era rey de derecho. Todos los soportes capaces de transmitir ideas, exponer puntos de vista o atacar las posiciones de los adversarios se activaron con gran intensidad: la panfletística en verso y en prosa vivió una edad dorada, la pintura y más aún el grabado se comprometieron en el debate, la pintura creativa en general y en particular el teatro se hicieron vehículo de tesis que buscaban, también, aconsejar al Rey para afrontar los graves empeños que se vivían y se auguraban (2).

2. Anteportada de "Política real y sagrada" de Juan Vela (1675). Biblioteca Nacional de Madrid.

Era lógico que Carlos II fuera asimilado con un rey David perseguido, como hizo el dominico Antonio de Lorca (3). Aumentaba la singularidad del momento el hecho de que la lucha por el control de los resortes del poder se planteara de forma abierta entre la reina madre y sus favoritos, por un lado, y los Grandes de España y don Juan José de Austria, por otro, en medio de un confuso panorama institucional marcado por la rivalidad entre el diseño de gobierno legado por el testamento de Felipe IV y las pretensiones nobiliarias desde el Consejo de Estado. En consecuencia, los políticos exploraron, hasta el momento en que Carlos II fue proclamado mayor de edad, espacios nuevos. En realidad la fase de novedades no cesó en 1675, sino que los acontecimientos ocurridos después (valimiento de Fernando de Valenzuela, el golpe de estado de los Grandes que colocó al frente de la Monarquía a Juan José de Austria y la breve experiencia de éste en el poder) incrementaron aún más el volumen de una teoría política que trataba de explicar los giros, verdaderamente revolucionarios, que estaban teniendo lugar. En 1679, la firma de la Paz de Nimega, la muerte de don Juan y el primer matrimonio del Rey marcaron la adopción de un nuevo rumbo político. Dentro del debate de las ideas en torno al poder, estos acontecimientos y, sobre todo, lo que había sucedido en los quince años anteriores, constituyeron un punto de no retorno. Ya no iba a ser posible pensar en el trono y en el ejercicio del poder como antaño; habían pasado demasiadas cosas. ¿Cómo olvidar que había habido varios intentos violentos de forzar la voluntad del soberano y que, de hecho, se habían impuesto a Carlos II fórmulas políticas propiciadas por intereses de grupo?

La anteportada de la obra de Juan Vela “Política real y sagrada”, publicada en un año tan significativo como 1675 (año de la mayoría de edad de Carlos II), reúne todos los elementos que iban a centrar el debate ideológico-político en las postrimerías del siglo XVII (imagen 2). La abigarrada estampa está presidida por la corona real sobre un globo terráqueo, flanqueado por las columnas de Hércules, en las que se apoya: a la izquierda la Religión, con un pie que dice “A Religione”, y a la derecha la Prudencia, con la leyenda “Governatum in Prudentia”. Debajo, el cuerpo de la portada está escoltado por otras dos figuras: a la izquierda la Clemencia debajo del título “Robaratum in Clementia”, y a la derecha la Justicia, a la sombra de la frase “Et in Iustitia firmatum”. Y debajo de éstas figuran otras dos imágenes con sus cartelas: a la izquierda el “Timor Domini” y a la derecha la “Fortitudo”. Protegido y amparado por todas las alegorías, en el centro del grabado, aparece el lema “Lege et Rege”. En resumen, la portada condensa, gráfica y conceptualmente, una “política real y sagrada”, basada en las virtudes cristianas y política. De un lado y de arriba a abajo, el principio religioso, que da legitimidad al poder (“A Religione Imperium”) y se apoya sobre la clemencia y el temor a Dios. Del otro lado, el ejercicio del gobierno se funda sobre la prudencia (“Governatum in Prudentia”) y se apuntala con la justicia y la fortaleza. Estas dos columnas de virtudes, que reproducen el papel de las columnas de Hércules en el emblema superior de la columna sobre el orbe, protegen en el centro de la imagen los dos conceptos centrales, la Ley y el Rey.

3. "Omnibus gratus". Emblema grabado en "Cumpliendo años el rey nuestro señor Carlos II de Austria" (1687). Gabriel Agustín de Lara. Biblioteca Nacional de Madrid.

Si es interesante lo que aparece en la anteportada, no lo es menos lo que no aparece, como son símbolos heráldicos de la Casa de Austria y la misma efigie de Carlos II. Con todo ello, lo presente y lo ausente, pueden identificarse los elementos que, desde entonces, iban a capitalizar el debate intelectual en torno al poder. En principio, es muy revelador que la referencia al Rey no aparezca en solitario, sino junto con la Ley (“Lege et Rege”), pues inclina a pensar en una concepción del soberano que sólo cobra sentido con el respaldo legal. La ley se apunta, por consiguiente, como un elemento legitimador y, a la vez, como un límite de la autoridad regia. Esta interpretación se refuerza si se tiene en cuenta que la única alusión a la idea monárquica que figura en la estampa es la corona que señorea el globo terráqueo y nos sitúa ante una idea de la Monarquía en la cual el soberano y la dinastía se adivinan menos importantes que la propia institución monárquica como forma de Estado. Es en los laterales del grabado donde se acumula una mayor densidad iconográfica y tipográfica, aunque sea al servicio de un discurso menos novedoso: a la izquierda se ubica la definición cristiana de la autoridad y a la derecha la filosofía política del gobernante. Sin embargo, tomada la portada en conjunto en un magnífico testimonio de la época, evidencia de las preocupaciones que en ese momento acuciaban. Diez años después, con motivo del vigésimo cuarto cumpleaños del Rey, Gaspar Agustín de Lara ofreció a Carlos II una empresa que simbolizase su reinado (imagen 3). Una corona presidía una esfera con el número 24 y debajo de ésta aparecían dos globos, el de la izquierda celeste y el de la derecha terráqueo. El mote “Omnibus gratus” era traducido por Lara de la siguiente manera: “Quanto mi poder encierra/grato será a Cielo y Tierra”. He aquí expresada la idea de Carlos II señor de dos mundos, que gozó de amplia acogida y que aspiraba, en este caso, a sobreponerse a las incertidumbres que cada vez con más intensidad se estaban asociando a la imagen del monarca.

Fuente principal:

* Carrasco Martínez, Adolfo: “El príncipe deliberante abstracto. Debate político en torno al rey y la Monarquía de España (1680-1700)” en Ribot, Luis (dir.): “Carlos II y su entorno cortesano”. CEEH, 2009.

Notas:

(1) La generación de 1635 es un término acuñado por J.M. Jover Zamora: “1635. Historia de una polémica y semblanza de una generación”. Madrid, 1949.

(2) Sanz Ayán, Carmen: “Pedagogía de reyes: el teatro palaciego en el reinado de Carlos II”. Madrid, 2006.

(3) De Lorca, Antonio: “David perseguido. Tercera parte istórica, moral y política”. Madrid, 1675.

38 comentarios:

  1. Carlos II no solo tuvo que luchar contra una mala salud que lo convirtió en un viejo prematuro lleno de achaques, sino que tuvo también que sufrir por la codicia de los grupos de presión que les interesaba más su beneficio que el de España.
    Un saludo.

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  2. Magnífico análisis de las controversias intelectuales sobre la educación y preparación del nuevo rey y las luchas por el poder en el terreno político-ideológico. Todo era particular y novedoso en este reinado, hasta educar y preparar a un nuevo rey, que ya lo era. Excelentes las reproducciones de grabados y de libros. Felicidades, Majestad.

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  3. DON CAROLVS
    Espero sepas disculpar que munca deje comentarios en tu blog pero ya te dije que, siendo un amante de la Historia, esa figura y todo su entorno me repelen.

    Tu trabajo es excelente pero no puedo apreciarlo porque no me gusta el historiado.

    Un abrazo

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  4. Mis felicitaciones Majestad por tan extenso y brillante artículo, como siempre. Gracias por todo tu aporte en la divulgación de esta parte de nuestra historia, es un placer pasarme por aquí y no me voy sin haber adquirido algún conocimiento nuevo.

    Un abrazo, feliz cumpleaños Majestad

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  5. Muchas veces cuando leemos cosas sobre este reinado no nos damos cuenta de las intrigas políticas que había detrás. Nadie daba puntada sin hilo en la Corte.

    Veo que la iniciativa, una vez más ha tenido gran éxito. Ya he leído varias entradas dedicadas a don Carlos.

    Un abrazo.

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  6. Feliz aniversario, monsieur. Que cumpla usted muchos más, y todos celebrados por todo lo alto.

    Feliz domingo

    Bisous

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  7. Gracias a rincones como el tuyo, podemos recuperar la historia de Carlos II.

    Ha sido como siempre un honor que contaras con un servidor para esta iniciativa, gracias y un abrazo.

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  8. Felicitarte por tu interesante artículo y desearte que sigas con esta iniciativa durante muchos años. El pasado pude participar, este no ha sido posible, pero para el siguiente espero que nada me lo impida.

    Saludos y un fuerte abrazo, Alberto. Y ahora a seguir leyendo el mayor número de participaciones del 2011 que son muchas y de calidad.

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  9. En la idea de Lege et Rege hay mucho de un concepto nada absolutista de la Monarquía. Casi podría calificarse de contractualista.

    Y estupenda iniciativa la suya. Hasta la próxima si Dios quiere.

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  10. Debes ser terrible ser consciente de sí mismo como alguien que es burlado por todos, saber que no vas a tener nada que hacer y que todos esperan tu muerte, sobre todo cuando no has sido dictador ni has hecho nada malo. Sentirse atacado cada año por el imperialista de Luis XIV aprovechándose de tus débiles ejércitos. Siempre entre curanderos y con adoraciones de la Sagrada Forma como en el famoso cuadro de El Escorial. En fin, un poema. Muchas veces no somos conscientes en vida de vivir cambios importantes y seguro que Carlos II no se percató que en su reinado se preparaba el auge del XVIII. Una pena que no pudiese más vivir unos aaños del XVIII para verlo.
    Saludos.

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  11. Enhorabuena, me acabo de poner a leer entradas y no sé si acabaré hoy, todo un éxito.
    Escribiendo la mía me he dado cuenta de que Liñan fue nombrado virrey en tiempos del gobierno de Don Juan José.

    Un abrazo.

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  12. Mon cher cousin, felicidades en tan magna fecha.

    Aunque en este mes de noviembre estoy dedicando mis entradas al Trono del Crisantemo, traté de buscar un nexo, aunque débil, para honrar a Su Majestad.

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  13. Importante es, sin duda alguna, comprender la teoría política para explicar un reinado tan complejo en tensiones políticas como el de Carlos II. Imagino que habrá resultado difícil poder hacer una reseña de tantos y tan buenos libros en una pequeña entrada como ésta. Sin embargo, y para los que somos neófitos en estas lides, creo que nos has regalado unas pinceladas im`rescindibles para adentrarnos en este mundillo tan complejo.
    Un beso

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  14. En mi lectura sobre este rey me llamó la atención las fuertes luchas entre los grupos de poder y un detalle importante que su madre quería alargar la minoría de edad, pero el rey tomó su primera decisión como rey nombrando como valido a su hermanstro Juan José de Austria, enemigo declarado de su madre.
    Importante hubiera sido que se hubiera impuesto ese concepto de rey y la ley, algo que los borbones no hicieron, sino que fueron reyes absolustistas por la gracia de Dios.
    Un saludo y gracias por la oportunidad de leer sobre un rey y una época bastante desconocida.
    Un saludo.

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  15. Ya lo he leído todos, todos excelentes, y llego al tuyo ahora, que he dejado para el final, para felicitarte por tu artículo primero, y segundo por el gran éxito de la iniciativa. Ha sido un placer participar. Por cierto que bonito regalo de cumpleaños el del 24º de Carlos II que le hicieron. Un abrazo.

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  16. Cayetano: Carlos II fue un juguete en manos de todos aunque nunca dejó de ser consciente que él era el Rey.

    Un saludo.

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  17. Paco: gracias por las palabras que me dedicas. En efecto, este reinado fue novedoso porque ya no había que educar a un príncipe, sino a todo un Rey en funciones que además carecía de figura paterna.

    Un abrazo.

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  18. Tella: como dice el refranero español, para gustos los colores.

    Un abrazo.

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  19. Magnolia: muchas gracias por las palabras que me dedicas y por haber colaborado tú también con una excelente entrada.

    Un abrazo.

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  20. Kassiopea: la verdad es que sí, creo que ha sido uno de los años con mejor participación ;). Las intrigas estaban al orden del día.

    Un beso y gracias

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  21. Fantástica entrada, aunque no esperaba menos en tan insigne día, he tenido un problema con internet y no he podido colgar hasta ahora mismo mi entrada. Espero que te guste. Abrazo.

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  22. Jordi: muchas gracias y no te preocupes por no haber podido participar ;) espero que lo hayas disfrutado.

    Un abrazo amigo.

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  23. Retablo: el contrato que caracterizó la forma del reinar de los Austrias, contrato entre reino y Rey, a pesar del poder absoluto del monarca.

    Un regio saludo.

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  24. Juan: precisamente esa melancolía es la que le atormentó en sus últimos años, sobre todo tras la muerte de su madre, probablemente la única que el quería realmente, aunque sólo fuese por aquello del amor de madre.

    Un abrazo amigo.

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  25. Eduardo: puede entonces que ese afán reformista del virrey nazca de nombramiento por parte de don Juan que puso en los puestos decisorios a personas de su confianza.

    Un abrazo.

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  26. Princeps: exótica entrada la tuya con el contemporáneo japonés de Carlos II.

    Un abrazo.

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  27. y es que adivinando lo que se avecinaba tras C-II es lógico que los movimientos políticos se aceleraran, había que tomar posiciones ...

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  28. Muy adecuada la frase de "Señor de los dos mundos", debido a su frágil salud. Me ha gustado la entrada, Alberto¡¡¡

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  29. Carmen: muchas gracias. La teoría política de esta época es la basada en la idea del príncipe cristiano pero ya con bastantes toques de razón de estado como fueron las alianzas con las potencias marítimas en la lucha contra el expansionismo de Luis XIV.

    Besos.

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  30. Valverde: lo cierto es que la decisión de nombrar a don Juan como primer ministro fue forzada por la propia figura de éste y la presión de los Grandes, Carlos II tuvo poco que ver y se limitó a sellar algo que ya estaba escrito.

    En cuanto al absolutismo de los Borbones decir que también los Austrias fueron reyes absoluto pese a que mantuviesen un "contrato" con sus reinos, pero jamás olvidaron el origen divino de su poder...valga de ejemplo Felipe II.

    Un abrazo y gracias por colaborar.

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  31. DLT: muchas gracias por tus palabras. La verdad es que ha sido un éxito y me quedo un año más muy satisfecho de esta iniciativa.

    Un abrazo.

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  32. Nico: muchas gracias. Me ha gustado mucho tu entrada sobre los Spínola.

    Un abrazo.

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  33. José Luis: la segunda parte del reinado de Carlos II fue una auténtica lucha de poderes por hacerse con el trono y lograr una posición de poder e influencia.

    Un abrazo.

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  34. Javier: y no olvidemos que aún era señor de media Europa y casi todas las Indias.

    Un abrazo y gracias.

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  35. Alberto, brujuleando por la red he encontrado una entrada también conmemorativa de esta efeméride; es de Negrevernis en su blog "En clase" y trata sobre la primera infeliz esposa de Carlos II. Le paso el enlace por si no ha visto la entrada, pues no hay comentario tuyo. Un abrazo nuevamente.

    http://oculimundienclase.blogspot.com/2011/11/la-primera-infeliz-esposa-de-carlos-ii.html

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