lunes, 4 de marzo de 2019

Vida del último Almirante de Castilla (PARTE III)

1. "Don Juan Tomás Enríquez de Cabrera, Conde de Melagar y Gobernador y Capitán General del Estado de Milán", grabado obra de Cesare Fiori y Georges Tasniere (1680). Biblioteca Nacional de Austria.


El Conde de Melgar convirtió al Estado de Milán en el espacio primordial donde acumularía a la vez méritos en el servicio real y recursos personales que serían fundamentales en su largo "cursus honorum" que culminaría con su privanza junto a la reina Mariana de Neoburgo. En 1675, tras volver a Madrid con licencia, continuaría su ascenso en tierras lombardas al ser nombrado General de Caballería, uno de los puestos más prestigiosos de la estructura militar del Estado. 

El 14 de agosto de 1676, Carlos II le nombra, tras consulta al Consejo de Estado, Embajador Extraordinario en Roma ante el cónclave que debía elegir al nuevo Papa una vez muerto Clemente X (22 de junio). Aunque el Marqués de Carpio había sido elegido embajador ordinario en 1672, éste dilataría su viaje a la urbe papal hasta 1677 tratando de conseguir la privanza real, mientras tanto era el cardenal Nithard quien ejercía dicha función y en unión al cual el nuevo embajador extraordinario Melgar debería trabajar para la elección de un papa afecto a España. El Consejo de Estado ordenó a Melgar y al cardenal Nithard que apoyasen la elección del cardenal Odescalchi a quien el Consejo definía como "un ángel de costumbres, apartado de todo interés [..]". Éste finalmente subiría al solio pontificio con el nombre de Inocencio XI ante la alegría de Madrid. 

No obstante, el cambio definitivo en la vida de don Juan Tomás tendría lugar tras la llegada al poder de don Juan José Austria. El nuevo Primer Ministro cesó de manera fulminante al Príncipe de Ligne como Gobernador de Milán tras la firma de la Paz de Nimega (20 de agosto de 1678). Desde el real sitio de San Lorenzo Carlos II dispuso el 16 de octubre por decreto decisivo el nombramiento del General de la Caballería Conde de Melgar como nuevo Gobernador "en interim". Al día siguiente el Consejo de Italia tuvo que expedir a toda prisa el nuevo título de Gobernador, tras haberse saltado el Rey la habitual presentación de nómina por los regentes provinciales.

El asombro en Milán fue mayúsculo. El 6 de noviembre llegó a tierras lombardas el decreto real en el correo ordinario de España. Por entonces, el Príncipe de Ligne se encontraba en el lugar de recreación de Cussano en compañía de toda la Corte. Mientras, el Conde de Melgar actuó con rapidez en Milán. Al día siguiente de recibir la inesperada orden del Rey, don Juan Tomás convocó al Consejo Secreto en su residencia cerca de la Puerta Oriental de la ciudad. Tras recibir las felicitaciones de los consejeros, Melgar escribió a Ligne refiriéndole lo ocurrido.

Durante el mes de noviembre se sucedieron los actos de toma de posesión del nuevo Gobernador. El Conde de Melgar concedió las tradicionales audiencias a los tribunales, embajadores de las ciudades lombardas y enviados de los potentados limítrofes. Todo esto en un latente estado de tensión entre la sociedad lombarda a consecuencia de la supresión general de plazas supernumerarias en los tribunales y a la formación de una Junta de Visita General decretada por el nuevo gobierno juanista. Melgar se vio privado de cualquier mínima colaboración de su predecesor en el gobierno. Esto solo sería el preámbulo de otras manifestaciones poco reverentes con el Gobernador interino, destacando el delicado enfrentamiento con Senado a cuenta de la reforma de las plazas supernumerarias a consecuencia de la cual muchos primogénitos de algunos senadores habían perdido sus cuestoratos. A finales del año, durante el rito de la concesión de indultos en el Senado por Navidades, los senadores hicieron esperar en exceso al Gobernador quien se quejó de inmediato al Rey por la "indecorosa" actitud del tribunal.

La actitud del Senado contrasta con la de la Junta de Visita cuya colaboración con Melgar sería estrecha, manteniendo el Gobernador una larga amistad con alguno de sus miembros como Francesco Moles. El cese de Ligne supuso un nuevo impulso a la Visita porque a partir de entonces la Junta asumía en la práctica la máxima representación del Rey en el Estado de Milán a no poder ser eclipsada por un Gobernador interino. Por otra parte, el deseo de Melgar de colaborar con la Visita para afianzar su precario mandato también contribuía a reforzar la autoridad de la Junta frente a los ministros locales. El Conde de Melgar conocía a fondo la realidad socio-política lombarda desde los tiempos de su contienda con el Duque de Osuna. Sin embargo, don Juan Tomás tenía un notable impedimento para ejercer el puesto de Gobernador: se dudaba que estuviese respaldado a fondo en la Corte ya que su padre, el Almirante de Castilla, había sido uno de los enemigos más acérrimos y constantes de don Juan José de Austria que era quien ahora dirigía la Monarquía. Una de las principales medidas de don Juan cuando asumió el Gobierno fue desterrar de Madrid al Almirante y en la Corte parecía claro que éste no regresaría mientras el hermano del Rey fuese Primer Ministro. Por ello sorprendió la designación de Melgar para el gobierno "en interim" de Milán, aunque parece que la decisión obedecía en gran medida a la intención de mantener el puesto de Gobernador en perfil bajo mientras durase la Visita.

En mayo de 1679 Carlos II decidió que el gobernador Conde de Melgar pudiese servirse de dinero recaudado por las condenas de la Visita, una vez cubiertos los gastos precisos de la Junta, por lo que la misma perdía una parcela de poder que asumía el Gobernador interino: la gestión y depósito de los fondos ingresados por las multas y confiscaciones. A finales de mayo el contador de la Visita Francesco Fomo Zermelli entregaba en la Tesorería General cuarenta mil libras en moneda de Milán, quedando esta suma, no excesivamente cuantiosa, a disposición del Gobernador. El Conde de Melgar comenzaba a afianzarse en su puesto supremo sin que los miembros de la Junta milanesa pudiesen considerarse desairados.


...CONTINUARÁ

Fuentes:

  • Álvarez-Ossorio Alvariño, Antonio: "La república de las parentelas: la corte de Madrid y el gobierno del estado de Milan durante el reinado de Carlos II". Universidad Autónoma de Madrid, 1994.
  • González Mezquita, María Luz: "Oposición y disidencia en la Guerra de Sucesión española: el Almirante de Castilla". Junta de Castilla y León, 2007.

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