miércoles, 30 de mayo de 2018

El VIII Conde de Oropesa, una breve biografía (PARTE III)

1. Detalle de la Adoración de la Sagrada Forma de Gorkum por Carlos II y su Corte, obra de Claudio Coello (1690). Sacristía del Real Monasterio de El Escorial. 

El 17 de septiembre de 1679 moría don Juan José de Austria. Apenas dos meses después, el 31 de agosto, Carlos II contraía matrimonio por poderes con María Luisa de Orléans en Fontainebleau. La boda, ya con los dos contrayentes juntos, tendría lugar el 19 de noviembre en la burgalesa villa de Quintanapalla.

El 21 de febrero de 1680 Carlos II nombraba primer ministro a don Juan Francisco de la Cerda Enríquez de Ribera, VIII Duque de Medinaceli, mediante un billete que rezaba así:

"Habiendo pedido a Dios me alumbre los medios de que deseo valerme para cumplir con mi obligación en el expediente de tanto como está a mi cargo, he reconocido que la formalidad del Gobierno de mi Monarquía y las ocurrencias de ahora necesitan de Primer Ministro, y habiendo de tenerle, he dado en encargarte me ayudes en esta forma, así por tus grandes obligaciones como por lo que en ti he experimentado. Por lo cual he mandado a mi Confesor te exprese este mi ánimo, y espero de tu buena ley te sacrificarás a mi obediencia, seguro de que conozco cuánto harás en esto por mi servicio. A 21 de febrero de 1680. Yo, el Rey"

A finales de ese mismo año ingresaría en el Consejo de Estado, don Manuel Joaquín Álvarez de Toledo, Conde de Oropesa, junto a otros aristócratas como el nuevo Duque de Alburquerque, el de Villahermosa y los Marqueses de Mancera y los Vélez, primo éste último de don Manuel Joaquín. 

Pronto surgiría el enfrentamiento entre la nueva Reina y Medinaceli. A finales de 1681 el Primer Ministro había conseguido el cese del Marqués de Villars, embajador de Francia, que parecía ejercer, por medio de su mujer, una negativa influencia sobre la joven Reina. Sin embargo, el principal motivo de enfrentamiento entre la Reina y Medinaceli fue el beligeranete V Duque de Osuna, don Gaspar Téllez-Girón, Caballerizo Mayor de María Luisa y declarado enemigo del Primer Ministro.

En 1683, aprovechando las polémicas y costosas obras de remodelación de la residencia de Osuna en Madrid, el Duque de Medinaceli, a través del Presidente de Castilla, consiguió que don Gaspar tuviese que abonar una multa de veinte mil ducados y, en el plazo de tres días, salir desterrado al Alcázar de Segovia, donde permanecería encerrado hasta nueva orden. En la Villa y Corte, a nadie se le escapaba la implicación del Primer Ministro en la súbita defenestración del de Osuna. Por su parte, la reina María Luisa de Orléans entendió el destierro de su Caballerizo Mayor como un ataque contra su propia persona, lo que constituía un nuevo escalón en la política ostensiblemente francófoba del Duque de Medinaceli.

La lacerante crisis económica, el fracaso de la política exterior (Tregua de Ratisbona de 1684 contra Francia que supuso la pérdida de Luxemburgo) y las desavenencias con la Reina madre y la Reina consorte favorecieron pronto el despliegue de estrategias cortesanas encaminadas a la destitución de Medinaceli, desplazado por el pujante brío del Conde de Oropesa. Además, a la creciente debilidad del partido de Medinaceli en la Corte se venía a sumar a la debilidad de su propio cuerpo, seriamente mermado por un severo ataque de hemiplejía que estuvo a punto de costarle la vida a mediados de 1683.

Ante esta situación, Medinaceli comenzó a preparar su sucesión, y así, junio de 1684, hizo que el Conde de Oropesa, que contaba con un amplio apoyo en la Corte, fuera nombrado Presidente del Consejo de Castilla en sustitución de fray Juan Asensio, Obispo de Ávila. El puesto de Presidente de Castilla era el segundo del Estado en importancia inmediatamente después del soberano (y el valido). El presidente del Consejo de Castilla era también presidente de las Cortes de Castilla, jefe de la cámara, responsable de la sala de alcaldes de Casa y Corte que estaba bajo su entera dependencia, tenía el derecho de elegir a los responsables de las diferentes comisiones del Estado como la de los abastos, la aduana, los hospitales, etc. Era por todo esto responsable del orden público de la Corte.

En 18 abril de 1685, agotado y habiendo perdido muchos de sus apoyos, el Duque de Medinaceli presentaba su dimisión a Carlos II. El Rey le contestó en los siguientes términos:

"La licencia que me pediste el viernes de la semana pasada para apartarte de tu empleo, es negocio de tales circunstancias que haviendo menester todo el tiempo que e tomado para pensarle siendo para mi de mucho sentimiento tus achaques conozco la racon que te dan ellos para tu instancia y que Dios me muestra quiere que la carga que se sirbio de darme recaiga sobre mi aplicación sin el alivio de Primer Ministro, y assi te conzedo la licencia que me pides assegurandote que mi atencion y voluntad correspondera siempre a tu amor y servicios que me an sido mui gratos y de mi sactisfacion y assi lo esperimentaras en todas tus dependencias".

Poco más tarde, el 9 de junio, Carlos II se dirigió nuevamente al Duque ordenándole retirarse a sus estados de Cogolludo, privado de todos sus empleos (Primer Ministro, Caballerizo Mayor del Rey, Sumiller de Corps del Consejo de Estado y Presidente del Consejo de Indias) por considerar que existían muchos inconvenientes para su permanencia en la Corte.

Había llegado la hora del Conde de Oropesa.

CONTINUARÁ...



FUENTES:


  • Echavarren, Arturo: "El gran destierro de Gaspar Téllez-Girón, V Duque de Osuna". Bulletin Hispanique, Tome 116, n° 1 - juin 2014 - p. 169-189. 
  • Font de Villanueva, Cecilia: "La estabilización monetaria de 1680-1686. Pensamiento y política económica". Estudios de Historia Económica N.º 52. Banco de España, 2008.
  • Testino-Zafiropoulos, Alexandra: "Querellas políticas en torno al Conde de Oropesa en las postrimerías del reinado de Carlos II". Atlante. Revue d’études romanes, 2, 2015, p. 264-291.

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