lunes, 23 de noviembre de 2015

Fernando de Valenzuela, un valido advenedizo (Parte V)

1. Vista del Real Sitio de Aranjuez (h. 1636), autor anónimo. Museo Nacional del Prado.

Después del retraso de la jornada a Aranjuez, el 16 de abril concluyó el carácter incógnito de la estancia de Valenzuela en Madrid y pudo dotar de dimensión pública a su presencia. Obtuvo permiso para residir en la Corte durante dos meses, recibiendo en ella el tratamiento como Capitán General del Reino de Granada. La licencia temporal había sido negociada por los partidarios de la Reina con Medinaceli y Villaumbrosa. Sin embargo, la duración limitada del permiso no engañó ni a los pretendientes ni a los mentideros de Madrid. Mariana de Austria había impuesto su criterio y comenzaba la elevación definitiva de su hechura. Un agente de negocios avisó que en este día "si vede che tutta la nobiltà concorre a Casa di Sua Eccellenza". Otros avisos indicaban que "abrió Valenzuela sus puertas y recibió visitas asistiendo a festejarle toda la grandeza de España exceptuando muy pocos. Unos de los cuales es el duque de Medinaceli, que ni aquel día, ni los siguientes le ha visitado, que ha vista de tantos ejemplares es admirable resolución". El Sumiller de Corps, como jefe de la cámara del Rey, expresó públicamente su oposición al retorno del favorito de la Reina. Según algunos escritos, Medinaceli consideraba que la Reina había incumplido su palabra real de mantener alejada a su hechura de la Corte. Con todo, Valenzuela volvía a ser árbitro del favor y se comentaba que por las noches se reunía con la Reina a despachar los negocios de la Monarquía.

Casi dos semanas después de entrar en Madrid en secreto, el Marqués de Villasierra logró que se accediese a sus instancias de besar la mano del Rey. El 18 de abril "arrivato Sua Eccellenza a Palazzo trovò pronto grande comitiva, e fatto il baccia mano alla Maestà del Re tutta la Corte cominciò a corteggiare et raccomandare le sue pretensioni alla protezione di Sua Eccellenza". Valenzuela besó la mano de Carlos II y en ese acto simbólico la Corte interpretó que el favorito recobraba la distribución de los oficios y mercedes de patronazgo real. Una vez realizada la ceremonia, se retiraron los obstáculos para la jornada a Aranjuez. A pesar del mal tiempo, los reyes partieron rumbo al real sitio el 20 de abril. Con todo, se extremaron las cautelas para reforzar las tropas en torno al Rey a causa de los temores persistentes de que don Juan maquinase alguna intentona. Valenzuela viajó en una carroza hacia Aranjuez acompañado de veinticinco soldados de la Guardia de los Monteros de Espinosa. En aquellos días circularon rumores de que se iban a proveer las jefaturas vacantes de las casas reales. Se daba por seguro que el puesto de Mayordomo Mayor del Rey se otorgaría al Condestable de Castilla, de modo que se contrapesase el poder del Duque de Medinaceli, opuesto al retorno de Valenzuela. Incluso algunos aventuraron que la plaza de Caballerizo Mayor de la Reina sería para Villasierra, si bien esta noticia no llegó a confirmarse.

Durante la estancia en Aranjuez la prioridad de doña Mariana fue que Valenzuela asentase su posición en el entorno del monarca, ganándose su favor. Los medios elegidos fueron los clásicos de aquellos que trataron de hacerse con el valimiento durante el siglo XVII ganándose el cariño del Rey: la caza, las comedias, las máscaras y otros entretenimientos se sucedieron en el Real Sitio. En los agasajos al soberano compitieron también los Grandes de España, como el Almirante de Castilla y el Condestable. A mediados de mayo se indicaba que "en una máscara que se hizo para alegrar al rey, después de la sangría, la primera pareja fue del Almirante y el Condestable, y la última de dicho Valenzuela y el conde de Aguilar". Villasierra volvía a brillar en las diversiones en los reales sitios, rodeado de Grandes de España, como había ocurrido al final de la minoría de Carlos II. El Conde de Aguilar, junto al Almirante de Castilla y el Marqués de Astorga, se acreditaban como firmes valedores del favorito de la Reina. El partido de los malcontentos criticaba que las diversiones de los reales sitios tuviesen lugar mientras las armadas y ejércitos de Carlos II sufrían duros reveses en Sicilia y Cataluña frente a Luis XIV.

La vía de acceso al favor del Rey que más utilizó Villasierra fue la dirección de comedias y festejos. Por otra parte, a finales de mayo, Valenzuela presentó  al Rey a su hijo natural, Juan Bautista Manuel de Valenzuela, que fue admitido como menino. Además, el Marqués de Villasierra obtuvo el privilegio de mantener el ejercicio del puesto de Capitán General de la Costa durante su asistencia en la Corte. Frente a los excesos y diversiones que Valenzuela había protagonizado durante su estancia en La Alhambra, en Aranjuez optó por un comportamiento devoto, quizá más afín a la piedad de la Reina, levantándose a las seis de la mañana para oír misa, confesándose y comulgando diariamente.

La jornada de Aranjuez fue la plataforma de ascenso de Valenzuela, ya que permitió a la Reina quebrar la resistencia de algunos aristócratas de la cámara del Rey a introducir a su hechura en la cercanía de Carlos II. Con todo, incluso en Aranjuez el Duque de Medinaceli persistió en su negativa a visitar a Valenzuela, respaldado por su hermano el Marqués de la Guardia.

Los avances de Valenzuela en la gracia de Carlos II pusieron de manifiesto el intento de doña Mariana de Austria de prolongar indefinidamente su control del gobierno de Corte. El favorito de la Reina trataba de transmutarse en el valido del Rey. Estaba maniobra implicaba la exclusión de un grupo relevante de aristócratas que había apostado en su servicio en la Casa del Rey para optar al favor del monarca durante su gobierno personal. Valenzuela pretendía acaparar la gracia de ambos reyes, siendo el único canal por el que circularían los oficios y mercedes del patronazgo regio. El partido de los malcontentos, liderado por el Duque de Alba y otros patrones cortesanos afines a don Juan José de Austria, comenzó a incrementar sus filas con aquellos que habían visto opciones de promoción gracias al alejamiento de Villasierra de la Corte, Comenzó a reanudarse con intensidad la  circulación de sátiras y panfletos, utilizados como instrumentos de lucha política. Junto a los manuscritos, se inició la producción de papeles impresos en los que se atacaba al gobierno de la Reina.

CONTINUARÁ...


Fuentes:

1. Álvarez-Ossorio Alvariño, Antonio: "Precedencia y dirección del Gobierno. El ascenso ministerial de Fernando de Valenzuela en la Corte de Carlos II" en García García  Bernardo J. y Álvarez-Ossorio Alvariño, Antonio: "Vísperas de Sucesión. Europa y la Monarquía de Carlos II". Fundación Carlos de Amberes, 2015.

2. Luque Talaván. Miguel: "La inconstante fortuna de Fernando de Valenzuela y Enciso. Su destierro en las islas Filipinas y los últimos años en la ciudad de México (1678-1692)". Archivo Agustiniano, XCV (2011), 213-244.