sábado, 3 de octubre de 2009

ICONOGRAFÍA DE UN REY-NIÑO II

Este retrato de Carlos II niño del Museo Lázaro Galdiano de Madrid (ca.1667) , tradicionalmente atribuido a Sebastián Herrera Barnuevo y más recientemente a José García Hidalgo por su mayor sequedad de pincelada, presenta una interesantísima simbología del poder pero, sobre todo, el sentido de comunidad familiar presente en la Casa de Austria. El pintor ha llenado el espacio de un salón inventado con los retratos y miniaturas del mayor número posible de antepasados y contemporáneos de la agustísima Casa de Austria: desde el emperador Carlos V (busto en bronce de Leone Leoni), pasando por los padres de Carlos II, Felipe IV y Mariana de Austria, su hermana Margarita y su cuñado y tío Leopoldo I, hasta las miniaturas de su hermanastra María Teresa y su esposo Luis XIV de Francia. Sobre la misma mesa en que reposan estas miniaturas hay un infolio abierto que muestra las efigies de Felipe el Hermoso, Felipe II y Felipe III. En resumen, el cuadro parece una genealogía de la Casa de Austria encaminada a demostrar no sólo la autoridad de Carlos II basada en la continuidad dinástica, sino además la "Pietas Filialis" o sentimiento familiar de toda la comunidad de los Austrias.

Más información sobre este lienzo en la web del Museo Lázaro Galdiano.

(Fuente principal: "Retrato de Estado y propaganda política: Carlos II (en el tercer centenario de su muerte)" de Alfonso Rodríguez G. de Ceballos)

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