sábado, 9 de julio de 2011

Estatuaria Carolina (I): La fachada del Hospital de San Genaro de Nápoles

Fachada del Hospital de San Genaro de Nápoles con las estatuas de San Pedro, San Pablo, Carlos II niño y el virrey Pedro Antonio de Aragón.

La ciudad de Nápoles, en tiempos de la peste de 1656, había hecho un voto para instituir un hospital dedicado a los apestados. El virrey Pedro Antonio de Aragón (1666-1671) consiguió dotar a la nueva institución con una renta anual de 15.000 ducados y someterla a la jurisdicción papal en vez de a la ordinaria diocesana (1). Por otra parte, durante el período de la Guerra de Devolución (1667-1668), que coincidió sustancialmente con las obras del Hospital de San Genaro (2), se percibe una mayor voluntad por parte de Pedro Antonio de hacer más visible su imagen en las calles napolitanas. En la fachada del hospital ya existían dos estatuas de San Pedro y San Sebastián, realizadas por Cosimo Fanzago en 1667. Entonces, Pedro Antonio de Aragón encargó al escultor y marmolista Bartolomeo Mori la realización y la colocación de otras dos esculturas que representaban a su persona y a la de Carlos II. Una inscripción en la misma fachada conmemoraba la protección que el Virrey había brindado al hospital. Mori debió finalizar el busto de Pedro Antonio y el retrato de cuerpo entero de Carlos II antes de marzo de 1668, pues fue entonces cuando las pudo contemplar el nuncio en Nápoles y dar fe de ello en una carta enviada a la curia. Muy probablemente se aprovechó la fecha de la inauguración del hospital, 24 de marzo de 1668, fiesta de San Genaro, a la que asistieron los virreyes y el nuncio Gallio, para presentar la fachada con los nuevos retratos:


Domenica fu grandissimo il concurso di molta nobilta cittadinanza e popolo al nuovo hospedale de pezzente per la festa che vi correva del glorioso san Genaro e sul tardi si portorno anco a farsi oratione li signori vicere e viceregina li quali furono da quei maestri regalati di due scattole di cose dolci e di due spase d’ogni sorte di fruti freschi e con questa occasione si vidde la nuova porta fatta fare d’ordine del signore vicere, a detto hospedale, la quale e guarnita con quatro statue di marmo cioe da una parte vi e san Pietro e dall altra san Genaro et in mezzo di detti santi il re cattolico Carlo secondo, sotto di cui sta il signor don Pietro d’Aragona vicere” (3).


Detalle con la escultura de Carlos II niño.

La importancia de estas esculturas reside en el hecho de tratarse del primer retrato no efímero de un virrey en el espacio público napolitano. Pedro Antonio pretendía así reafirmar su condición de “alter ego” de un monarca a quien representaba.


Pedro Antonio de Aragón estableció además un impuesto para financiar la obra, lo que representaba una vulneración de los derechos y privilegios de la ciudad, que desde 1648 estaba exenta de nuevas tasas virreinales. La decisión erosionó las buenas relaciones del Virrey con la plaza popular (“ceto popolare”). En marzo de 1669, Pedro Antonio tuvo que retractarse y rectificar por las presiones que recibió de la reina regente doña Mariana de Austria. Pedro Antonio culpabilizó del error a su privado y secretario del Reino de Nápoles, Giulio Cesare Bonito, que junto a su círculo de togados, se encontraba en un período de desgracia económica. La nobleza se alegró de la caída de Bonito creyendo que iba a suponer una recuperación de su poder de influencia en la corte del Virrey. Esta crisis de gobierno desencadenó una lucha por la preeminencia entre el estamento nobiliario.

Detalle con el busto del virrey Pedro Antonio de Aragón.

En 1669, Pedro Antonio consiguió del papa Clemente IX la protección de la Santa Sede para el Hospital de San Genaro. En 1670, el Virrey finalizó su construcción, lo puso bajo la protección real y le otorgó el nombre de su propio patrón, Pedro, y el de la ciudad partenopea, Genaro. En septiembre de 1671, los gobernadores del hospicio redactaron las reglas de la institución con asesoramiento de un juez delegado virreinal, Antonio Navarrete, Marqués de Terzia, regio consejero, encargado de recaudar las limosnas para sufragar la obra. En enero de 1672, Pedro Antonio de Aragón, acompañado de su mujer, realizó una nueva visita al Hospital.



Fuentes:

* Carrió-Ivernizzi, Diana: “El gobierno de las imágenes. Ceremonial y mecenazgo en la Italia española de la segunda mitad del siglo XVII”. Tiempo Emulado, 2008.


Notas:


(1) AGS, 3290-32, carta de Pedro Antonio desde Nápoles, 8 de enero de 1667.


(2) Las obras del actual “Ospedale di San Gennaro dei Poveri” se iniciaron en 1667 reutilizando un antiguo monasterio benedictino que había sido transformado ya en hospital en el siglo XV.


(3) ASV, SS, N, Ms. 70, fol. 175.

19 comentarios:

  1. Algo sabía de la estrecha relación del reino de Nápoles con la monarquía hispánica de los Habsburgo, además de los virreyes y de las relaciones políticas, los viajes de artistas e intelectuales de ambos reinos. Según me han dicho, en Nápoles hay una de las principales avenidas con el nombre de Toledo. La relación siguió, a pesar de todo, con la entronización de los Borbones en Nápoles y Madrid, siuen do Carlo III el ejemplo, con sus artistas que embellecieron Madrid.
    Saludos.

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  2. Juan: así es, Nápoles es la ciudad más española de Italia (ten en cuenta que ha sido más tiempo española que italiana lleva siendo). Yo estuve allí cuando vivía en Roma y es una ciudad hermosísima a pesar de la dejadez, de la suciedaz y de la Camorra. Allí todo huele a españolidad: estatuad de reyes españoles por todos lados, la famosa Via Toleda llamada así en honor del virrey Pedro de Toledo que la construyó, los "quatieri spagnoli", el Palacio Real construído también bajo el virreinato español, etc, etc...luego los Borbones que rigieron el Reino no olvidemos que eran descendientes de Felipe V y, por tanto, españoles, el primero de ellos el futuro Carlos III que se hizo con el trono napolitano tras la reconquista española de 1734 y a partir de convertirse en Rey de España sus reyes derivan del hijo de éste, Fernando I, hermano de nuestro Carlos IV.

    Un saludo.

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  3. Interesante y amena, como siempre, esta entrada sobre el hospital napolitano, cuyo nombre completo -según creo- es "San Gennaro dei Poveri". En aquellos tiempos, lejos todavía la seguridad social que instauraría Bismarck, era normalmente la Iglesia la que se ocupaba de los hospitales -más para ayudar a "bien morir", a quienes muchas veces no tenían ni donde hacerlo, que a curar, dados los escasos recursos terapéuticos de la época- siguiendo el precepto cristiano de la caridad. Aquí vemos que también la Corona lo hacía. Y, desde luego, desde el punto de vista artístico, aquellos hospitales eran magníficos. Otra cosa es la cuestión de los impuestos... En eso no hemos cambiado.
    Muchas gracias, y un regio saludo.

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  4. Me ha chocado el color de la fachada, ¿era así originariamente?.

    Saludos.

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  5. Era arrogante don Pedro de Aragón. Y un poco a lo soldado es el porte del Carlos II de la fachada.

    Saludos.

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  6. Francisco: así es, ese era el nombre completo: Ospedale di San Gennario dei Poveri. Como bien dices, más servían para "bien morir" que para sanar pues muchas veces los galenos y matasanos no hacían sino empeorar las enfermedades con sus purgas, sangrías y brebajes...la labor social de la Iglesia fue (y es todavía clave) para con los desfavorecidos, eso pese a algunos escándalos, hay que reconocérselo.

    Un abrazo.

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  7. Eduardo: la verdad es que no sé si era el color original, pero es muy probable que sí (aunque esté repintada) pues el Palacio Real, que también data de época española (aunque del reinado de Felipe III) también presenta ese color granate.

    Un abrazo.

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  8. Retablo: arrogancia de quien se sabía descendiente de reyes. En una ocasión don Pedro le dijo a doña Mariana de Austria que entre sus abuelos apenas había un dedo de diferencia...

    ...la pose de Carlos II entra dentro de la ficción del niño-rey que se quería representar como fuerte y sano.

    Un regio saludo.

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  9. Como su señor don Pedro Antonio se comportaba como un virrey absoluto, aunque tuviera que retractarse en el asunto de los impuestos.
    ¿Porqué prefirió la jurisdicción papal a la local? ¿No sería esta más manejable?
    Un saludo.

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  10. Que bueno es tener cerca la cabeza de un secretario que cortar... política de ayer, de hoy y de siempre...

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  11. La figura del niño Carlos desde lo alto, y mirando hacia abajo, destaca lo que creían que debía de ser un rey, no despótico, pero si firme en sus resoluciones, a pesar de que Carolvs estuviera enfermo. Es curioso ver que encarna la parte central, rodeado por los otros.
    Un saludo excesivamente veraniego y caluroso¡¡¡

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  12. DLT: era recurso habitual recurrir al Papa para solucionar los problemas con las autoridades religiosas locales...la Iglesia y el baronazgo tenían gran poder en el Reino de Nápoles.

    Un saludo.

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  13. José Luis: los políticos siempre tienen a quien echarle la culpa, eso no ha cambiado. Otro caso fue el de don Rodrigo Calderón y el Duque de Lerma.

    Un saludo.

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  14. Javier: ese centralismo refleja a la perfección lo que significaba la figura del Rey absoluto en aquella época, es decir, el centro, el Sol, de un sistema solar del que emanaban sus rayos en forma de mercedes...cuanto más cerca se estaba a su persona más poder se tenía, más calor se recibía.

    Un abrazo.

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  15. Interesante este edificio, especialmente por la estatua de Carlos II de niño.
    Este tipo de instituciones eran de gran importancia, me imagino que no resolvería el problema de todos los pobres existentes en la ciudad, pero al menos según he leido podía manejar alrededor de 800 en un momento dado y proporcionar refugio, alimentación y educación como la alfabetización en general, e incluso música.
    Sirvió para ayudar a limpiar las calles de parte de la pobreza napolitana de la época,distinguiendo entre los pobres de cosecha propia (atendidos en esta institución) y los errantes mendigos de otras partes (los cuales se intentaban mantener fuera de la ciudad).

    Gracias por su entrada amigo, como siempre muy interesante :-))

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  16. Siempre pagan justos por pecadores. El virrey no debía ser muy valiente cuando acusó a su secretario, además venido a menos, de su pecado ante la corona. Quiso dar una de cal y otra de arena en la fachada; es decir, poner una estatua suya contrarrestada con otra del rey niño con el fin de que ambas se respetasen, pero le salió mal la jugada. Sólo el rey podía compartir fachada con los santos, no con su virrey.

    Saludos y espero que estés pasando un buen verano

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  17. Pedro: este tipo de instituciones de fundación religiosa y atendida por religiosos o religiosas fueron claves hasta el siglo XX y negar el papel de la Iglesia en este caso es un grave error. Nepotismos y grandes cardenales a parte, la base de la Iglesia en aquella época (y porqué no decirlo también hoy, y eso que yo soy anti-institución Iglesia por muchas cosas) fue fundamental.

    Un abrazo.

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  18. Carmen: la institución monárquica, independientemente de la figura mortal del Rey, era concebida como una continuación, como eterna y elegida por Dios (la teoría de los dos cuerpos del rey de Kantarowicz) en cambio la del virrey era algo temporal, elegido por el monarca, de ahí la novedad de la presencia de don Pedro en el espacio público napolitano.

    Un beso.

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  19. Ciao,
    complimenti per questo blog! Le statue sono di Carlo II, di Don Pedro d'Aragona, di San Pietro e di San Gennaro (non di San Paolo). Il tuo blog mi ha ispirato questa pagina http://www.facebook.com/groups/74480728107/ . Saluti da Napoli!

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