viernes, 22 de julio de 2011

Estatuaria Carolina (III): La Fontana di Monteoliveto de Nápoles

La Fontana di Monteoliveto en Nápoles con las escultura en bronce de Carlos II.

Nota inicial: todas las fotografías de esta entrada fueron tomadas por mi en una visita a Nápoles en diciembre de 2007.


En 1669, Pedro Antonio de Aragón, virrey de Nápoles, encargó al ingeniero Donato Antonio Cafaro una fuente con la estatua de Carlos II en la napolitana Plaza de Monteoliveto. Para ello volvió a acudir a los servicios del escultor que ya hiciera los retratos del Hospital de San Genaro, Bartolomeo Mori, y a otro escultor, Pietro Sanbarberio, para ejecutar el proyecto. La obra se llevó a cabo con la asistencia de Dionisio Lazzari, Giovanni Mozzetti y Cosimo Fanzago, el cual sólo intervino en la fase final del proyecto tras haber realizado ya los diseños del obelisco y la fuente de Avellino encargados por el príncipe Francesco Maria Caracciolo.


Detalle con la estatua de Carlos II.

El proyecto original de Cafaro preveía una estatua ecuestre de Carlos II, pero la idea fue al fin desestimada en el proyecto definitivo de Cosimo Fanzago. La obra fue terminada en 1673 por Francesco d’Angelo, con la supervisión de Fanzago, un año después de la marcha de Pedro Antonio de Aragón a España. Tras diversos conflictos con los diputados ciudadanos, a cuenta del abastecimiento del agua, la estatua no fue colocada en su sitio hasta 1676. Diversos juegos de agua, hoy perdidos, acentuaban el movimiento de la escultura de Carlos II.


Inicialmente, el proyecto de Fanzago preveía una escultura en pie del Rey, acompañado de un león y un globo, símbolos de la Monarquía de España. Sin embargo, el bronce real, ejecutado como se ha dicho por Francesco D’Angelo, finalmente fue privado de tan simbólico animal. Carlos II es representado en edad adulta (recuérdese que en 1676 el Rey tenía 15 años), con armadura moderna y envuelto en un manto real, portando un bastón de mando. Esta expresión de autoridad soberana se vio, sin embargo, reducida por el tamaño de la estatua, ligeramente inferior al natural, cuyo efecto se veía además debilitado posteriormente por el gran tamaño de la magnífica fuente. Además, el monumento, inusualmente desprovisto de inscripciones dedicadas al representado, sólo contaba, como indicación, con la letra C sobre los escudos. Para Diane H. Bodart, la modestia de este dispositivo propagandístico estaría dictada por la prudencia y el deseo de evitar un uso excesivo de la imagen real tras la revuelta napolitana de 1647-1648.


A consecuencia del retraso en la ejecución, la Fuente de Monteoliveto, concebida en honor del Rey-niño, fue inaugurada algunos meses después de que se declarase la mayoría de edad de Carlos II (6 de noviembre de 1675), como monumento dedicado ya a un soberano reinante y libre, en teoría, de la regencia de doña Mariana de Austria.


Fuentes Principales:


* Bodart, Diane. H.: “Statues royales et géographie du pouvoir sous les régnes de Charles II et de Louis XIV” en Sabatier, Gérard y Torrione, Margarita (dir): “¿Louis XIV espagnol? Madrid et Versailles, images et modèles”. Centre de recherche du château de Versailles. Édition de la Maison des sciences de l’homme, 2009.


* Carrió-Ivernizzi, Diana: “El gobierno de las imágenes. Ceremonial y mecenazgo en la Italia española de la segunda mitad del siglo XVII”. Tiempo Emulado, 2008.

14 comentarios:

  1. Que cosas se ven en Europa.

    Que belleza.

    Feliz fin de semana.

    Un abrazo.

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  2. Me ha sorprendido que todavía se conserve la estatua del rey en Nápoles. Es una bellísima fuente, mis felicitaciones al fotógrafo :-)

    Saludos amigo Carolus, que pases un feliz fin de semana

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  3. Gaucho: la verdad es que no nos podemos quejar de los monumentos que tenemos en el viejo continente.

    Un abrazo.

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  4. Magnolia: muchas gracias por lo de las fotos ;), la verdad es que es estupendo que aún se conserven estos monumentos.

    Un saludo.

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  5. Una lástima que los juegos de agua de la fuente se hayan perdido. Así podríamos haber contemplado el aspecto original de la misma. Es curioso que tal cantidad de monumentos del reinado de Carlos II se hayan conservado hasta la actualidad en el virreinato de Nápoles.

    Por cierto, las fotos excelentes.

    Besos

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  6. Carmen: la verdad es que sí, aunque ya es bastante que se conserve intacta la estatua. El Reino de Nápoles es el que conserva mayor número de monumentos dedicados a Carlos II, aún nos quedan unos cuantos ;)

    Un beso y gracias por lo de las fotos.

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  7. Está muy bien que se conserven estos monumentos de nuestro último Austria, pero hay que reconocer que se parecer bastante poco a vos, al menos a su aspecto en su nuevo avatar (y tampoco al anterior). Un saludo.

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  8. Desde luego que las fotos muestran una ciudad de aúpa. Una ciudad que debe de rivalizar con la Eterna. Ya tendré que buscar tiempo y pasta para ir al sur de las Italias, porque además creo que Sicilia también es digna de visitar. Además cuento con las crónica de vos, buen conocedor de su reino napolitano.
    Saludos Majestad.

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  9. Hubiera sido hermoso verla con aquellos juegos de agua. Conozco Nápoles solo de pasada, y muy de pasada por cierto, así que no había tenido ocasión de reparar en la estatua.

    Feliz día

    Bisous

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  10. DLT: ten en cuenta que tanto mi nuevo avatar (un busto de 1696 que se conserva en Viena obra de Paul Strudel) como la fuente de Monteoliveto de Nápoles son retratos idealizados y que entre medias hay 20 años de diferencia, es decir, la diferencia entre un niño de 15 años y un adulto de treinta y cuatro.

    Un saludo.

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  11. Juan: ya te digo yo que poco tiene que envidiar a Roma monumentalmente hablando, la pena es la suciedad y otros problemas como la delincuencia pero si se va bien organizado y sin meterse donde uno no debe no hay ningún problema...Sicilia otro espectáculo ;)

    Un abrazo.

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  12. Madame: la verdad es que la estatua está fuera de los circuitos turísticos, yo fui a buscarla a posta :)

    Un beso.

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  13. Fabuloso, amigo Carolus. Desconocía cualquier tipo de estatua de Carlos II fuera de la que hay en el Prado, es decir la pequeña estatua ecuestre de Carlos II vestido con vestiduras de romano, así que gracias por compartir sus conocimientos y en este caso, también sus fotografías. Me llama especialmente la atención que el monumento esté desprovisto de inscripciones dedicadas al representado y que sólo contara con la letra C sobre los escudos ¿Cómo es posible que un monumento de tipo propagandístico fuera tan tímido en aquello que quería ensalzar y representar?, no me convence mucho la teoría de Diane H. Bodart...

    Un saludo :-))

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  14. Pedro: la pequeña estatua que nombras es obra de Foggini y también será tratada en esta serie ;)...tampoco yo estoy de acuerdo con la teoría de Bodart, pues la Monarquía, aunque conciliadora, no tuvo jamás reparos en postrar la autoridad real...es un tema que hay que seguir investigando.

    Un abrazo.

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