miércoles, 29 de febrero de 2012

Las relaciones entre don Juan José de Austria y Vincencio Juan de Lastanosa (Parte III)

1. Retrato anónimo de don Juan José de Austria en las Escuelas Mayores de la Universidad de Salamanca, Aula de la Columna (h. 1677).


El 6 de noviembre de 1675 Carlos II cumplía 14 años y con ello llegaba a la mayoría de edad estipulada por Felipe IV en su testamento. Este fue el momento elegido por don Juan José de Austria para llevar a cabo su segundo intento de acceso al poder. Don Juan contaba con el apoyo de las personas que en la Corte se encontraba más próximas al adolescente Rey (su preceptor y su confesor, entre otros). En los últimos días de octubre, Carlos II hizo llegar a su hermano instrucciones secretas para que se reuniera con él en Madrid. Don Juan José se desplazó así a la Corte, y el mismo 6 de noviembre en que Carlos II alcanzaba la mayoría se entrevistó con él. El triunfo parecía más cerca que nunca. Sin embargo, la Reina madre reaccionó con rapidez, se encerró con su hijo el Rey, y tras una dramática conversación consiguió dar un vuelco a la situación. Carlos II cursó órdenes terminantes para que don Juan retornara a Zaragoza. De regreso a Aragón, don Juan José de Austria, que ya no era virrey, empleó su tiempo en actividades científica y culturales y en devociones piadosas, a la espera de una nueva oportunidad.

No se sabe si Lastanosa fue una de las personas a las que don Juan mantuvo al corriente, en los días finales de 1675, de tan decisivos acontecimientos. En cualquier caso, resulta sorprendente descubrir que Lastanosa, si bien por motivos radicalmente distintos, estaba en Zaragoza el 31 de octubre de 1675. Acudió para recibir una reliquia de Santa Rosalía procedente de Italia, destinada a la iglesia oscense de San Lorenzo.

Lastanosa recibió en Zaragoza el citado 31 de octubre, como procurador de la Iglesia de San Lorenzo, la reliquia venida de Italia. Esa misma mañana, los jurados de Zaragoza y algunos ciudadanos se reunieron con Juan José de Austria, pensando que se disponía, finalmente, a partir rumbo a Italia. En la recepción, éste les reveló sin embargo el gran secreto: marchaba de inmediato a Madrid, “por haverle mandado el Rey Nuestro Señor su hermano fuera a la Corte porque necessitava de su persona”. La noticia se difundió con gran rapidez por Zaragoza, causando una enorme alegría. Tocaron las campanas de las iglesias, se celebró una misa solemne en el Pilar y las luces de fiesta iluminaron la noche. Al día siguiente, 1 de noviembre, don Juan salía para la capital de la Monarquía. Vincencio Juan de Lastanosa fue, sin duda, testigo privilegiado de todo ello.

Tras regresar a Huesca, Lastanosa entregó el relicario a su hijo José Paulino, prior de San Lorenzo, en presencia de Raimundo Artigola, deán y vicario general de la diócesis. El acto de entrega de la reliquia tuvo lugar el 9 de noviembre de 1675, en la sala capitular de la catedral.

La estancia de Lastanosa en la capital del Reino el mismo día que don Juan anunciaba su marcha a Madrid puede ser, sencillamente, una coincidencia. No obstante, la fecha elegida por el mecenas para recibir la reliquia no deja de ser llamativa. El 31 de octubre, víspera de Todos los Santos, era el día que tenía lugar todos los años e la Casa Consistorial el solemne acto de extracción de los oficios, por el que se renovaba anualmente el Concejo oscense. El 31 de octubre de 1675, Vincencio Juan de Lastanosa resultó elegido además prior de jurados, el cargo municipal más importante que desempeñó a lo largo de su vida. Y, sorprendentemente, no estaba en Huesca, sino en Zaragoza, por lo que tuvo que ser aceptado, en su nombre, por un procurador.

La sensación de extrañeza que ello produce aumenta todavía más al conocer lo ocurrido meses después. Durante el año 1676 Madrid se convirtió, de nuevo, en un hervidero de “rumores y comentarios”, apareciendo con profusión libelos y papeles anónimos. Tal situación fue el preámbulo del triunfo definitivo de don Juan José de Austria, ocurrido en enero de 1677. En esas circunstancias, Vincencio Juan de Lastanosa comunicó el 14 de junio de 1676 a sus compañeros de Concejo que “tenía precisa necesidad de yrsse a la Corte, a negocios precissos”. El día 3 de julio Lastanosa llegaba a Madrid, donde permaneció durante al menos dos meses. A su vuelta escribió una notable carta al Conde de San Clemente, que comenzaba de este modo: “Volví de la Corte deseoso de dar cuenta a V.S. de los empleos que en ella he tenido, que sin ocuparme en oír tejas, advertir preñezes, abortos monstruosos, discursos políticos y pasquines desvergonzados, me acogí a platicar con los hombres virtuosos”. Quizás sea cierto que Vincencio Juan de Lastanosa no quiso saber nada en Madrid de “discursos políticos” o “pasquines desvergonzados”. No obstante, las circunstancias de su viaje a la Corte son, cuanto menos, extrañas. Lastanosa, que había cumplido 69 años, dejó Huesca por un período prolongado de tiempo justamente el año que era prior de jurados, es decir, la principal autoridad de la ciudad junto al Justicia de Huesca. Hay que señalar, además, que éste de Madrid fue, que se sepa, el único viaje que Vincencio Juan de Lastanosa realizó fuera de Aragón (el famoso viaje a París en compañía de Gastón de Orleans, el aventurero hermano de Luis XIII, del que tantas veces se ha hablado, forma parte de una audaz falsificación en torno a Lastanosa, hecha probablemente en el siglo XVIII).


2. Retrato orante de Vincencio Juan de Lastanosa. Capilla Lastanosa de la Catedral de Huesca: "El capitán don Vincencio Iuan de Lastanosa. Su edad LX años. Sirvió al rey i patria en la guerra i en la peste. Nació a XXV de febrero año MDCVII".


A finales de 1676 la situación política derivó en una profunda crisis. Habiendo perdido la mayor parte de sus apoyos, la reina doña Mariana de Austria y Carlos II invitaron a don Juan José a acudir a Madrid. El 2 de enero de 1677, el bastardo real inició, lentamente, la marcha desde Zaragoza. Por el camino se le sumó toda clase de gente, incluyendo tropas regulares y grupos de nobles, hasta formar un verdadero ejército. Cuando don Juan hizo parada en Ariza, aún en tierras aragonesas, le acompañaban miles de hombres (las fuentes hablan de hasta 10.000). En ese momento, como explica Albrecht Graf von Kalnein, el hijo de Felipe IV decidió reducir tan impresionante escolta. Y así, al acampar en Hita, al noroeste de Guadalajara, sus soldados eran seguramente muchos menos. ¿Estuvo Lastanosa entre los numerosos aragoneses que se unieron a don Juan de Austria en su decisiva marcha sobre Madrid (al menos en su primera parte, la que discurrió por tierras de Aragón)?. No se puede saber con certeza. No obstante, resulta muy significativo constatar que el mecenas oscense estuvo ausente de las reuniones del Concejo durante la mayor parte de enero de 1677. Lastanosa era, desde noviembre de 1676, consejero preeminente (adquirió dicha condición de forma automática al haber sido prior de jurados el año anterior). Pues bien, Vincencio Juan de Lastanosa sí asistió a la sesión municipal del 26 de diciembre, pero faltó ya, de manera consecutiva, a las del 27 y 28 de diciembre de 1676 y a las del 8, 13 y 17 de enero de 1677. Su nombre sólo vuelve a aparecer en la reunión del Concejo celebrada el 25 de enero (1).

Dos días antes, el 23, don Juan José de Austria se había convertido por fin en el primer ministro del Rey. La reina doña Mariana, por su parte, quedó instalada en Toledo, en una especie de exilio forzoso. Apenas una semana después, las autoridades municipales oscenses enviaron una carta de enhorabuena a don Juan. Desde el Palacio del Buen Retiro, el nuevo primer ministro respondió el 13 de febrero:

Recivo con todo agrado la carta de la ciudad de 31 de enero, haciendo muy particular estimación de lo que en ella me dize con motibo de mi llegada a esta Corte, donde me ha sido preciso (con gran repugnancia de mi propio conocimiento) sacrificar mi obediencia a la real voluntad del Rey mi señor (Dios le guarde), reciviendo sobre la debilidad de mis ombros la pesada carga que ha querido fiar de ellos, quando el estado de las cosas le hazían intolerable en los más robustos, si no se apelase a la fe de que el Todopoderoso ha de suplir tanto como falta a los medios humanos, dando a su Magestad los aciertos y felicidades de que tanto necesitamos. Y la ciudad puede estar cierta que hallará mi afecto muy dispuesto a lo que fuere de su mayor satisfacción. Nuestro Señor le conserve prósperamente. Buen Retiro, a 13 de febrero de 1677” (2).


(Continuará)


Fuente principal:

* Garcés Manau, Carlos: “Un Lastanosa poco conocido (1665-1679). Las relaciones con Juan José de Austria”. Argensola, revista de ciencias sociales del Instituto de Estudios Altoaragoneses, nº 115. Huesca, 2005.


Notas:


(1) AMH, Actas, nº 170.

(2) AMH, Actas, nº 170, ff. 81 7 97.

8 comentarios:

  1. Bueno, podemos decir que finalmente el bastardo se hizo con el poder tras apartar a su rival, la madre del rey. Mariana de Austria pasará ya a un segundo plano definitivamente.
    Un saludo.

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  2. Fue un momento decisivo en la Historia de España el golpe de Don Juan José de Austria. Y en parte parecido a la Fronda.

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  3. Si las fechas coinciden es posible que Lastanosa siguiera a Don Juan José de Austria y formara parte de su círculo más cercano.
    Un saludo.

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  4. Suena esta relación a la de un consejero privado del bastardo, que aparecía cuando este le necesitaba y/o lo llamaba, es decir, no un secretario que pasa el día a día con su señor, estas apariciones dan la sensación de más esporádicas.

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  5. Yo creo que Lastanosa estaba al tanto de las operaciones de don Juan José y de la preparación del golpe; tantas coincidencia no pueden ser casuales. Y pasaba el tiempo de la reina madre en su agitado reinado, majestad. Reciba un real saludo.

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  6. Me llama muchísimo la atención que un Lastanosa ya con 69 años (una edad que podría equipararse a unos 80 de hoy) desapareciese y apareciese del mapa precisamente cuando don JUan José de Austria iba a consumar su golpe de mano. Aunque no lo sepamos con certeza, es casi seguro que Lastanosa estaba maquinando junto a él y más cuando se ausentó en varias sesiones del consejo. Seguro que nos sacarás de dudas en la continuación.
    Besos

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  7. Recuerdo bien la capilla de los Lastanosa. En la que vi y fotografié este cuadro que nos enseñas. Justo enfrente hay otro de Juan Orencio de Lastanosa, canónigo de la Seo oscense. Interesante esta historia de esta insigne familia y su relación con don Juan José. Saludos.

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  8. Estoy de acuerdo con Carmen y Paco. Sin duda Lastanosa era sabedor de los planes del bastardo.

    Saludos, Alberto.

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