lunes, 9 de diciembre de 2013

El Príncipe de Darmstadt, de la fidelidad a la Casa de Austria al mito catalán (Parte III)

Retrato de Mitford Crowe, obra de John Smith (1703)
En ocasiones se ha señalado que la presencia del Príncipe de Darmstadt en la Plana de Vic durante los primeros años de servicio en Cataluña va a ser la puerta para establecer contactos con los que más tarde serían líderes de alzamiento austracista contra Felipe V. De ello, sin embargo, no debería deducirse que la formación de un partido imperial en Cataluña fuese fácil, al contrario, a partir de 1699 el desencanto y el escepticismo de Darmstadt crecieron. La indecisión de Leopoldo I para enviar a su hijo el archiduque Carlos a España al mando de un nuevo ejército imperial, los enfrentamientos de Darmstadt con su prima la reina Mariana de Neoburgo, la influencia de la condesa de Berlipsch en el aumento del anti-germanismo que se respiraba en Madrid o el cambio de bando de personajes influyentes como el cardenal Portocarrero, harían que el Príncipe confesara en diversas ocasiones su desconfianza en que Carlos II testara a favor de la Casa de Austria. Su correspondencia con el Conde de Harrach transmitía diversas preocupaciones: la falta de abastecimientos para los regimientos imperiales que continuaban en Cataluña, la debilidad del partido austriaco en la Corte, las amenazas de los ejércitos de Luis XIV, etc. A lo largo de la primavera del año 1700, Darmstadt recibiría noticias sobre en hecho de que en la Corte se estaba planeando la reforma de sus regimientos, lo cual significaba prácticamente su retirada del campo; de hecho, el Príncipe reconocería las enormes dificultades con las que se encontraba para garantizar la supervivencia de sus soldados, que se habían visto reducidos a poco menos de 1.000 hombres. En esta coyuntura, el mes de mayo de 1700, Darmstadt tendría noticia de que Luis XIV enviaba un potente ejército a la frontera pirenaica y 20 barcos de guerra a las costas españolas, y probablemente sería este hecho el que llevaría al Príncipe a buscar el apoyo de viejos conocidos de las comarcas septentrionales, entre ellos Francesc Macià i Ambert, conocido como Bac de Roda. En su carta a Bac de Roda el Príncipe Darmstadt lo llamaba a Barcelona para "comunicarle ciertos negocios secretos e importantes al real servicio que no se pueden fiar a la pluma", negocios que muy probablemente tendrían que ver con la amenaza francesa y con un proyecto de intervención imperial ideado por el propio Darmstadt, que lo había transmitido anteriormente a Harrach, al padre confesor y a la Reina.

La propuesta de Darmstadt consistía en que el Rey ordenara secretamente al Virrey de Sicilia, Duque de Veragua, que contratase 8 barcos  ingleses y holandeses, de los cuales, decía, había muchos en Mesina y Palermo, cifra suficiente para transportar unos 3.000 hombres que deberían reclutarse en el Imperio y embarcar en Trieste, por el ser el puerto más cercano a los países hereditarios (los territorios patrimoniales de la Casa de Austria). Los costes deberían correr a cargo de Leopoldo I, aunque el Virrey de Sicilia debería contribuir también al mantenimiento de las tropas durante el tiempo que durara el viaje. El proyecto también preveía que, si se encontraba la ocasión favorable, se embarcara al archiduque Carlos con las tropas, ya que el Virrey de Cataluña estaba convencido que la presencia del Archiduque en España reforzaría al partido austriaco en la Corte, condicionaría la opinión de Carlos II e incrementaría el apoyo popular a la sucesión en la Casa de Austria.

Pero al mismo tiempo que la propuesta de Darmstadt, la Corte imperial recibiría, el verano de 1700, el testo del último tratado de partición de la Monarquía Hispánica acordado entre Guillermo III de Inglaterra y Luis XIV; la negativa de Leopoldo I a suscribirlo, seguido de la ruptura del acuerdo por parte del Rey de Inglaterra, marcaría un punto de inflexión en las relaciones diplomáticas relativas a la sucesión y también en el posicionamiento de los grupos de poder en la Corte madrileña. Evidentemente, en esta coyuntura, el proyecto de Hesse-Darmstadt no recibiría respuesta por parte de la cancillería imperial.

Otro de los grupos de la Cataluña de fines del siglo XVII que más se implicaría en la cuestión sucesoria va a ser el de los hombres de negocio y, en concreto, el de los agentes comerciales holandeses e ingleses establecidos en el Principado (1). Entre estos personajes, muy influyentes por sus relaciones con la clase política catalana y, también, por sus contactos internacionales, se ha destacado la figura del inglés Mitford Crowe, que habría llegado a Cataluña en los años 1680 para dedicarse a la exportación de aguardientes y al aprovisionamiento de las tropas alojadas en el Principado.

Busto de Francesc Macià i Ambert, Bac de Roda, en la localidad de Roda de Ter (Barceona).
Crowe va a asumir un papel políticamente relevante en los años previos a la Guerra de Sucesión porque compatibilizaría su dedicación al comercio con la política activa en Inglaterra; ésto va a convertirlo en un importante agente internacional, hecho que sería convenientemente explotada por Jorge de Darmstadt incluso antes de ser nombrado virrey. Crowe era considerado por el Príncipe de Darmstadt como "el mejor de mis amigos, que en toda ocasión sin ningún tipo de apariencia de interés, me ha asistido en todo lo que pudo", una amistad que permitiría que los numerosos viajes que realizaba Crowe fueran aprovechados para hacer llegar cartas e informes a diferentes personalidades. La incesante correspondencia epistolar entre Jorge de Darmstadt y el embajador imperial en Madrid, Ferdinando de Harrach, es un buen ejemplo de este hecho: a partir de mes de marzo de 1697, poco tiempo después de la toma de posesión de Harrach como embajador en Madrid, Mitford Crowe se convertiría en el encargado de llevar las cartas e informes de Darmstadt a Madrid.

Durante los años 1701 y 1702 Mitford Crowe sería miembro del Parlamento británico, todo coincidente con el período en que, como se verá más adelante, el Príncipe de Darmstadt, después de haber abandonado ya España, sería enviado a Londres por el Emperador para preparar con Guillermo III la guerra contra Luis XIV y Felipe V. Probablemente, el reencuentro entre Crowe y Darmstadt en Londres va a influir en las negociaciones entre Inglaterra y el Imperio, y quizás fuera también durante este período cuando se va a plantear el que más adelante sería conocido como Pacto de Génova (1705).

El hecho que entre los signatarios del famoso acuerdo de Génova estuviesen, de un lado, Mitford Crowe, y de otro algunos personajes más relevantes de la Plana de Vic como Francesc Macià, Bac de Roda, ambos viejos conocidos y personas de la máxima confianza de Hesse-Darmstadt, llevan a la conclusión de que Jorge de Darmstadt no sólo estaría al tanto de estas negociaciones que se van a llegar a término, sino que, muy probablemente, va a ser uno de sus inspiradores.

CONTINUARÁ...

Notas:

(1) Más sobre la influencia del lobby comercial catalon-anglo-holandés en el posicionamiento austracista de Cataluña en mi entrada: La Diada o la gran mentira del nacionalismo catalán.


Fuentes: 

*Alvareda Salvadó, Joaquim: "La Guerra de Sucesión de España (1700-1714)". Crítica, 2010.

* López i Camps, Joaquim E.: "El Príncipe Jordi de Hessen-Darmstadt i la Guerra de Succesió. Alguns apunts per una biografia necessària", en "L'Aposta catalana a la Guerra de Successió (1705-1707). Actes del congrés celebrat a Barcelona del 3 al 5 de novembre de 2005 al Museu d'Història de Catalunya". Generalitat de Catalunya, 2007.

10 comentarios:

  1. Aunque algunos quieran vendernos la moto de que lo que sucedió en Cataluña con el cambio dinástico fue una lucha por la independencia frente al resto de España, lo que hubo fue una implicación -como sugiere esta entrada- y un posicionamiento a favor de la opción austracista frente a la borbónica. Los "socarrats" Játiva son un buen ejemplo de ello por su participación en la guerra de Sucesión. Y había muchísimos catalanes más atentos a negociaciones de tipo económico que a arriesgadas aventuras secesionistas. Vamos, como Pujol y Mas hasta hace poco.
    Un saludo.

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    1. Lo de que Cataluña era una nación independiente hasta 1714 es una somera tontería que se cae por su propio peso...el austracismo catalán tuvo tintes políticos, pero sobre todo económicos...este lobby catalano-anglo-holandés no podía permitirse el monopolio francés sobre los negocios ultramarinos españoles o la competencia interior en la importación-exportación de mercancías que hacían la competencia a Cataluña-Aragón...además Inglaterra y Holanda eran los principales aliados comerciales del Principado desde hace décadas y sus agentes en Cataluña, como Mitford Crowe, sabían que revolver a los catalanes contra el nuevo Rey, que residió en Cataluña casi un año y que juró los fueros y fue jurado como Rey por los mismos otorgándoles enormes ventajas en la Cortes catalanas celebradas durante su estancia en Barcelona, era la única manera de mantener sus intereses económicos...a esto se suma la tradicional francofobia catalana por las continuas guerras que Luis XIV llevó al Principado durante el reinado de Carlos II.

      Un saludo

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  2. Este Crowe parece un personaje de John Le Carré.

    Saludos

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    1. Sin duda, un doble agente, que velaba por sus intereses comerciales y los políticos de Inglatera (que por otra parte se entrelazaban mucho con los comerciales).

      Un saludo

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  3. Croe que la situación anterior a la muerte de Carlos II no estaba nada claro en favor de uno u otro bando, ni en Cataluña ni el resto de la Monarquía Hispánica, y de ello buena muestra son las intrigas cortesanas que se tejían en al corte y que bien relata Calvo Poyato tanto en sus libros sobre Historia como en sus novelas. Y qué decir de esos barcos que el príncipe de Darmstadt proyectó llegasen desde el imperio para empujar la balanza hacia ese lado... En cuanto a Crowe deduzco que fue un estratega de gran calado en los círculos diplomáticos.
    Un saludo

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    1. Como en todo momento de transición, reinaba la incertidumbre y muchos trataban de posicionarse en la ambigüedad esperando los acontecimiento...ni el Reino de Aragón (incluida Cataluña) fue 100 % austracista, ni Castilla fue 100 % borbónica. El posicionamiento en uno u otro bando dependía en gran parte de los propios intereses, más que de firmes convicciones políticas.

      Un beso

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  4. Sr. Alberto.
    He seguido atenta y placenteramente desde el inicio su serie sobre Los últimos pro-reges de Carlos II. Es muy interesante y didáctica la línea conceptual que usted está desarrollando en la misma. Le felicito por la iniciativa.
    Llegados al primer personaje que está abordando, el príncipe Georg von Hessen-Darmstadt, y aunque no ha terminado aun en su totalidad las entradas de su biografía, permítame hacerle llegar un comentario sobre lo escrito en su blog sobre este personaje histórico hasta este momento.
    El príncipe de Darmstadt no ha sido elevado a mito nunca por el nacionalismo catalán, Sr. Alberto, a no ser que nos remontáramos más de 100 años atrás en el tiempo, a la época de «La Renaixença», y aún así con muchísimas matizaciones. Le explicaré cuales son tres de las principales razones para ello:
    -En primer lugar; porque el personaje no era catalán. Motivo por el cual no debe ocupar un lugar relevante en un imaginario colectivo que promueve la pureza cultural, lingüística y de origen.
    -En segundo lugar; porque fue virrey de Cataluña en representación del rey de España, Carlos II, y más tarde Vicario General del nombrado en Viena rey de España, Carlos III. Convertirlo en mito significaría permitir la existencia en ese imaginario exclusivamente catalán de una realidad española en su configuración sociopolítica e ideológica. Motivo por el cual queda descartado.
    -En tercer lugar; porque al nacionalismo catalán sólo le interesa de la Guerra de Sucesión Española el periodo comprendido desde 1713 a 1714, y muy especialmente el 11 de septiembre de 1714. Promoviendo en cualquier ámbito de actuación y en todo momento, una permanente exaltación sectaria de los hechos acaecidos en ese día, y una planificada manipulación histórica del alcance de los mismos y de sus consecuencias, utilizándolos siempre de una forma partidista e ideológica para justificar históricamente sus intereses independentistas. Y teniendo en cuenta esto, en 1713, el príncipe llevaba ya ocho años muerto.
    Le transmitiré una última reflexión al respecto: ¿Cuántos libros han escrito sobre el príncipe de Darmstadt los historiadores catalanes en general, y los catalanistas en particular, en los últimos 100 años? ¿Cuántas referencias se hacen a este personaje en las webbs de la Generalitat y de otros organismos oficiales catalanes cuando se refieren a ese periodo histórico? ¿Y en los libros de texto? Y por último, ¿conoce usted la calle del Princep Jordi de Barcelona? Si pasa por la Ciudad Condal le recomiendo que se acerque a pasear por ella, no sufra que no se cansará mucho. Luego le sugiero que vaya a las calles dedicadas a Casanova, Villarroel, Bac de Roda y a la plaza de Moragues: verá usted la diferencia.
    El príncipe Georg von Hessen-Darmstadt es para el nacionalismo catalán, simplemente, una figura histórica marginal, utilizable esporádicamente para ciertos planteamientos que refuerzan desde un punto de vista histórico la contraposición nacionalista congénita al poder central establecido en Madrid, en paralelismo a la existente a finales del siglo XVII hacia el grupo político-nobiliario instalado en el entorno del poder de la corte del rey. Su enorme figura histórica, sin la que no podría explicarse el devenir de la Guerra de Sucesión Española hasta 1705, especialmente en Cataluña, pero también en Gibraltar, Cádiz, Lisboa, Londres, La Haya o Viena, se perdió desgraciadamente entre las brumas de la historia, minimizada por los acontecimientos posteriores a su muerte en combate en las laderas de la montaña de Montjuic, y por los intereses espurios y sectarios de historiadores y políticos.

    Reciba un cordial saludo

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  5. Grazie al tuo blog sto scoprendo cose sulla storia della Spagna e di tutta Europa. Sui libri italiani queste cose non sono tanto approfondite. Un saluto, caro amico

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    1. Ci sono alcuni bellissimi volumi sulla Guerra di Successione Spagnola in Italia e l'Italia spagnola e asburgica della rivista Cheiron (Bulzoni editori), ad esempio: "Famiglie, nazioni e Monarchia. Il sistema europeo durante la guerra si Successione spagnola" o" I feudi imperiali in Italia tra XV e XVIII secolo"..guarda in questo link: http://www.bulzoni.it/it/riviste/cheiron

      Saluti e buone feste

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  6. Grazie, buone feste anche a te. Un abbraccio

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