sábado, 27 de noviembre de 2010

OTROS MIEMBROS DE LA CASA DE AUSTRIA: EL ARCHIDUQUE LEOPOLDO GUILLERMO (PARTE III)

El archiduque Leopoldo Guillermo, obra de David Teniers (h. 1652). Kunsthistorisches Museum.


La Corte de Bruselas mostró una evolución apreciable tras la llegada del archiduque Leopoldo Guillermo. Felipe IV le concedió poderes mucho más amplios que por ejemplo a su hermano, el cardenal-infante don Fernando. El nuevo gobernador los usaría más que nada para liquidar la influencia política de Pierre Roose, criatura del Conde-Duque de Olivares (1). Varias cuestiones oponían a ambos hombres. Las más importantes eran, en primer lugar, que Roose representaba el absolutismo de viejo cuño, convirtiendo al gobernador general en una simple correa de transmisión de las órdenes de Madrid; la segunda que no simpatizaba para nada con los jesuitas (Leopoldo Guillermo, devoto de la Compañía como su padre y hermano, le acusaría de ser jansenista); así como la conveniencia de suprimir las licentas, hecho que le enfrentó con un gobernador nada amigo de la apertura comercial, ni en general de las actividades económicas, tenidas por muy deshonrosas. Por ejemplo, en agosto de 1654, Leopoldo Guillermo volvió a emitir un decreto de 1616 haciendo perder la nobleza a quienes se dedicasen a actividades económicas incompatibles con ella, es decir, casi todas. Las necesidades económicas, pero también la conveniencia de hacerse con una clientela fiel, multiplicaron la venalidad o venta de oficios, práctica inconcebible a los ojos de Roose. Si además se suma a lo precedente las eternas querellas entre facciones de la Corte, se obtiene como resultado a un ministro apartado día a día de sus funciones. El 3 de noviembre de 1653, Felipe IV le quitó el cargo de Jefe Presidente del Consejo Privado de Bruselas. Roose reclamó a Madrid, pero sin resultado. Su estrella política no volvería a brillar más. La entrada de don Juan José de Austria como nuevo gobernador general en 1656, para nada cambió las cosas. Pierre Roose moriría el 27 de febrero de 1673, ocho años después de aquel Rey a quien había servido hasta el extremo.

El archiduque Leopoldo Guillermo tenía a su favor no sólo el parentesco con Felipe IV, sino también su competencia en asuntos militares, frutos de sus años de general al mando de las tropas imperiales. Apoyado por el Príncipe de Condé, que se había pasado al bando español tras los sucesos de la Fronda, obtuvo importantes éxitos militares como la toma de Dunkerque y Gravelinas en 1652. Este hecho se sumó a la buena nueva de la capitulación de Barcelona en manos de don Juan José de Austria, lo que significaba el fin de la insurrección catalana de 1640, pero no el final de la guerra contra Francia en la frontera norte de Cataluña. Pero las conquista llevadas a cabo como consecuencia de la entrada en territorio galo se perdieron poco después. A partir de 1653 el Príncipe de Condé permaneció al servicio del Rey Católico, mientras que el mariscal Turena se convirtió en el principal general de las armas francesas, ayudando a expulsar a las tropas españolas de Francia. Entre 1653 y 1654 Condé fue obligado a abandonar varias plazas en Champaña y Lorena. En el verano de 1654 Leopoldo Guillermo y Condé deciden lanzar una ofensiva para recuperar Arrás, capital del País de Artois y llave de todas las conquistas hechas por Francia más allá de sus fronteras a partir de 1635. Sin embargo, el 25 de agosto Turena lanza un ataque masivo contra las tropas hispanas que caen derrotadas y se ven obligadas a huir. A partir de ese momento el conflicto se convierte en una guerra de desgaste en el Hainaut.

El año 1655 fue desastroso para la Monarquía Hispánica debido al avance de Turena sobre un Flandes asolado por la peste (que castigará duramente los Países Bajos hasta 1657) y la conquista inglesa de la isla de Jamaica (2). Además, la República de Inglaterra, gobernada con mano de hierro por el Lord Protector Oliver Cromwell, se alió con la portuguesa Casa de Braganza en su lucha secesionista contra Felipe IV. De este modo, al Rey Católico no le quedó otro remedio que declarar la guerra también a Inglaterra. Por otro lado, la Monarquía Católica sacó muy poco provecho de la debilidad francesa a causa de la Fronda, finalizada en 1653. Aunque se ganó Dunkerque, una explosión fortuita de pólvora destruyó Gravelinas casi en su totalidad. El Ejército de Flandes se encontraba además en una situación lamentable, con soldados hambrientos, en harapos y desprovistos de armas y municiones, que se veían obligados a realizar acciones de pillaje contra la población civil para poder sobrevivir. Este hecho, así como la premura de las campañas, hicieron entrar en el Ejército de Flandes a tropas protestantes, ante el escándalo de catolicísimo Leopoldo Guillermo.

Las relaciones del Archiduque con el Príncipe de Condé fueron desastrosas por las exigencias y atribuciones políticas del francés, que actuaba como si el gobernador general fuese él mismo. Sólo conocieron una breve tregua con la llegada a Flandes de la reina Cristina de Suecia, que había abdicado en septiembre de 1654, siendo recibida por lo más encumbrado de la sociedad flamenca en agosto del año siguiente. El entendimiento con Condé no mejoraría tampoco con el sucesor de Leopoldo Guillermo en el gobierno general de los Países Bajos, don Juan José de Austria.

Las instrucciones enviadas desde Madrid al archiduque Leopoldo Guillermo le insistían en la buena correspondencia que debía de tener con los holandeses, cuya asistencia debería pedirse contra el enemigo inglés. Todo ello a través del embajador en La Haya, que por aquel entonces era don Esteban de Gamarra. La Monarquía Hispánica encontró un aliado natural en unas Provincias Unidas temerosas de una Francia demasiado agresiva y a las que interesaba que los Países Bajos Españoles formasen una especia de barrera defensiva, a lo que se sumaba el mal entendimiento con Londres y Lisboa. Por otra parte, el gobernador general y el embajador en La Haya debían velar por el buen entendimiento con Dinamarca, contrapeso de Suecia en el Báltico a pesar de su pacto con Holanda en 1653. Por otro lado, Felipe IV instó a reducir el ejército a las posibilidades de la hacienda, a causa de la dificultad en el pago de los efectivos.



Fuentes principales:

* Echevarrái Bacigalupe, Miguel Ángel: “Flandes y la Monarquía Hispánica”. Silex Ediciones, 1998.

* Vermeir, René: “En Estado de Guerra. Felipe IV y Flandes 1629-1648”. Servicio de publicaciones de la Universidad de Córdoba. 2006.


Notas:

(1) Pierre Roose era un letrado de Lovaina que había estado en Madrid en 1628. A comienzos de 1630, Roose entró a formar parte del Consejo Privado en Bruselas, llamándosele de nuevo a Madrid a finales de año. El Conde-Duque de Olivares veía en él a un hombre de su gusto, decidido, leal y firme partidario de la disciplina y la autoridad. Roose había de convertirse en el instrumento elegido para restaurar el buen gobierno en las provincias leales de los Países Bajos, y cuando regresó a Bruselas en 1632 para hacerse cargo de la presidencia del Conseil Privé, contaba contaba con la seguridad de que el Conde-Duque iba a respaldarlo contra viento y marea. Sin embargo, la caída de Olivares no haría sino empeorar progresivamente su situación.

(2) Para saber más sobre el problema de Jamaica consúltese Fernández Nadal, Carmen María: “La política exterior de la monarquía de Carlos II. El Consejo de Estado y la embajada de Londres (1665-1700)”. Ateneo Jovellanos. Gijón, 2008.

28 comentarios:

  1. Tiempos difíciles para la monarquía española, con tanto frente abierto, tantos gastos y unas cuentas que no acababan de cuadrar, de ahí el lamentable estado en que se encontraban las tropas destacadas en Flandes.
    Un saludo.

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  2. Monsieur, parece que Condé no se entendía bien con nadie. Se largó de Francia pensando que le entenderían mejor en otra parte, y ya ve.
    Menudos años gafados, entre pestes, guerras y lores protectores. En España no ganaban para disgustos.

    Feliz fin de semana

    Bisous

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  3. Salvador de Madariaga opinaba que uno de los grandes errores cometidos por Carlos V al repartir su imperio fue dejar los Paises Bajos a España. Felipe II y sus sucesores se vieron obligados a defender allí la fe católica y sus intereses a costa de un permanente desgaste. Parece una opinión bastante acertada. Un saludo.

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  4. Comparto la opinión del Marqués de Fondant, el mayor error de Carlos V fue dejar los Países Bajos a un Rey que para llegar ahí tenía que pasar por los territorios de su más grande enemigo.

    Ah sí, para cuando unas entradas sobre la adolescencia de Carlos II? de seguro hizo miles de burradas, como las hicimos (yo las sigo haciendo) en esos tiempos, jajaja.

    Un fuerte abrazo

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  5. Estoy de acuerdo con desdelaterraza que Carlos V comete un error al dejarnos Flandes, lo debió dejar al Cardenal-infante, como el resto de la Casa de Austria. Esto nos trajo muchos problemas y frentes abiertos, y, como dices, el año 1655 fue durísmo para el país.
    Majestad, ¿instalado ya en la corte y villa?
    Un cordial saludo.

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  6. ¡Cuántos enemigos tuvo el Conde Duque!.

    Saludos.

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  7. Cayetano: sin duda, demasiados frentes abiertos, demasiados gastos, faltaba de todo, y aún así España mantuvo su entramado europeo hasta entrado el XVIII...

    Un saludo.

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  8. Madame: jejeje desde luego Condé era un rebelde, ni con unos ni con otros sino todo lo contrario...años difíciles sí.

    Un beso.

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  9. Desdelaterraza: yo no estoy de acuerdo con las teorías de un cierto grupo de historiadores sobre la cesión de los Países Bajos a la rama vienesa...la posesión de ese territorio permitió a la Monarquía Hispánica mantener una posición de dominio e influencia en Europa hasta el entrado el s. XVIII por su carácter de cuña entre Francia y Alemania y por ser una de las llave al Norte, España, sobre todo en el reinado de Carlos II, era algo porque señoreaba los Países Bajos, se necesitaba a S.M. Católica para cualquier tratado de paz o amistad, aunque eso conllevase muchísimas guerras...a parte, como ya he explicado en otras ocasiones, estamos en una época en el que el reino pertenecía a su rey y señor natural, el concepto de nación no existía, y los Austrias, como dinastía, querían mantener el origen de la familia, es decir, los Países Bajos, lugar de nacimiento de Carlos V...

    Un saludo.

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  10. Mathías: sobre lo de los Países Bajos me remito al comentario anterior....pues en cuanto acabe las entradas sobre la Casa de Austria a ver que se puede hacer sobre la adolescencia de Carlos II pero que seguro no fue como la suya ;D

    Un abrazo.

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  11. Paco: sobre los Países Bajos me remito al comentario a desdelaterraza como le decía a Mathías. Supongo que se refiere que Carlos V debió dejar esos territorios en manos del infante Fernando, futuro emperador Fernando I, no al cardenal-infante don Fernando, hermano de Felipe IV :)

    sí sí, ya estoy instalado desde el domingo en la Villa y Corte y con nuevo trabajo, es un poco duro porque echo de menos a una persona muy importante para mí, pero bueno iré y volveré muchas veces a la capital de los Saboya ;), de hecho el puente voy para allá.

    Un abrazo.

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  12. Retablo: el estar el poder siempre te granjea enemigos, es el sino del gobernante ya que el ser humano en un saco de envidias y rencores...

    Un saludo.

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  13. Siempres estupendo pasar por tu espacio...

    Saludos y un abrazo.

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  14. Ese decreto suena a incompatibilidad laboral, tal y como si fuera un funcionario de la Corte. Si además las tropas estaban pasando mas calamidades sin comer que guerreando, gastos por todos los lados, y sin apoyos... Mal, muy mal, y años malos, muy malos.
    Salud¡

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  15. Entre la semblanza que ha hecho madame Minuet y la tuya del príncipe de Condé creo que ya me he podido hacer una idea sobre el personaje.

    Por cierto, las ideas de Lepoldo Guillermo con respecto a hacer perder la nobleza a todos aquellos que se dedicasen a actividades económicas incompatibles con ella creo que no hubiese sentado muy bien al duque de Béjar, jejej

    Saludos

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  16. Roose fue víctima de los cambios. La caída de los amos arrastra a los criados con ella.

    Todo lo demás, es tan "aparatoso", que no sé como alguien quería ser gobernador de aquellos Estados.

    Un saludo, Alberto

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  17. Javier: pues más o menos era eso, ser noble y trabajar no estaba bien visto...años de crisis como los actuales.

    Un abrazo.

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  18. Carmen: Condé era un hombre muy ambicioso, le importaba su persona y nada más, y para lograr sus objetivos no le importó cambiar de banco...

    ...el Duque de Béjar es una excepción entre la Grandeza de España, sin duda,...

    Un beso.

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  19. Jordi: así, cuanod caía un valido, caían todas sus criaturas, era ley de vida en la política de la época...

    ...la situación un desastre, por ello se requerían hombres capaces, era el gobierno más difícil de cuantos ofertaba la MOnarquía, de ahí la necesidad de alguien de sangre real...

    Un abrazo.

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  20. Si hubiera sabido nuestro protagonista cómo iba a cambiar aquello de que "perderían la nobleza a quienes se dedicasen a actividades económicas incompatibles con ella, es decir, casi todas" y es que efectivamente hasta el XVIII fueron incompatibles los llamados oficios mecánicos con la nobleza. Qué lástima que nuestra nación no desterrara un siglo después todo aquello y hubiera permitido el acceso al poder de aquellas clases pujantes que traían sobretodo nuevas ideas, desarrollo y liquidez. Una burguesía industrial fuerte como la inglesa nos hubiera dado nuevas alas.
    Pero perdone mis desvaríos Carolus, eso quedaba lejos todavía de nuestro Leopoldo y de aquellos aciagos años para nuestra Monarquía.
    Muy interesante entrada, gracias :-)

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  21. Pedro: eso se intentó con la llegada de Felipe V y la subida al poder de una clase burguesa muy formada como los Patiño, Grimaldo, etc...pero al final todo volvió a las andadas y hasta el siglo XX estuvimos que terratenientes por todos lares...

    Un saludo y gracias a ti.

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  22. Si es que Felipe IV se metió en camisas de 11 varas... y al final el que mucho abarca poco aprieta... y es que estos no eran gobernantes de estados, sino que formaban parte de un holding dinástico y era lo que defendían...

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  23. José Luis: muy buena metáfora lo del holding dinástico, esa era la pura verdad, el concepto de Estado y Nación no nacerían hasta bien entrado el s. XIX

    Un saludo.

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  24. Estimado CAROLVS II...

    Tienes todos mis respetos.

    La -para mí- fallecida es la Iglesia de la Ilustración y no ninguno de sus miembros...Te diría que leeyeras bien la esquela y verás como en ella figuras como hijo de la fallecida, que es cosa bien distinta...

    Rectificar...¿el qué he de rectificar?. ¿He de callar si me han pisado?.

    sds!

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  25. Dadaista: tu también tienes los míos, como he comentado en el blog de Tella, por eso me ha sorprendido ver mi nombre en tan macabro juego...más que nada porque no sé ni de que iba el tema...pero bueno yo contigo personalmente no tengo ningún problema como también he dicho...aún no he leído los famosos comentarios, ni tuyos ni de Charne, y por eso no me puedo pronunciar pero me parece que no hay que llegar a los "insultos" como parece ha sucedido, ni caer en refriegas lingüísticas, es por eso que pedía lo de pedir perdón, al menos a los que no teníamos ni idea como Mathías y yo, sé que en un momento de calentón se puede hacer muchas tonterías....bueno, como te digo, yo soy una persona objetiva y tranquila, así que siéntete libre de seguir comentando en mi blog como yo pueda hacer en el tuyo...o no te ofendas si yo sigo siendo "amigo bloguero" de tus ahora rivales...

    Saludos.

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  26. Estimado CAROLVS II...

    No me imagino pedirle a nadie nada y menos dejar de ser ese 'amigo bloguero' de quien quieras...Yo no tengo rivales...Soy libre de no tenerlos.

    Lamento la confusión y sds!

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  27. me gusto la metafora.. estoy en un hotel en buenos aires, podre conseguir su libro?

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