domingo, 4 de julio de 2010

LAS GUERRAS DEL REINADO I: LA GUERRA DE RESTAURACIÓN PORTUGUESA (PARTE VI)

Luis de Vasconcelos e Sousa, III Conde de Castel Melhor, valido del rey don Alfonso VI.


EL INICIO DE LAS NEGOCIACIONES DE PAZ (II):

Castel Melhor no se confundió en su estrategia. Durante los meses que precedieron al desastre de Vila Viçosa, Felipe IV, consciente del precipicio al que se asomaba, intentó acelerar las gestiones de Fanshaw ante Lisboa para conseguir, al menos, una suspensión de armas que evitase lo peor. Casualmente, el mismo día en que se produjo la batalla (17 de junio de 1665), el Duque de Medina de las Torres presentaba al Rey los resultados de sus últimas conversaciones con Fanshaw. En su informe, el Duque insistía en que una tregua con Portugal era la única manera de solucionar el mal estado en que se hallaban las armas hispánicas para evitar así un desastre mayor, sin embargo, afirmaba que con el ejército ya en campaña, éste no era el momento más adecuado y había que aguardar el resultado de la misma.

Al mismo tiempo, Medina de las Torres se jactaba de que se hubiese acordado con el embajador inglés que la tregua con Portugal se negociase como un artículo más del futuro tratado anglo-español, lo que evitaba tratar directamente con “el duque de Bragança” y salvaba “una principalísima dificultad, que consiste en los títulos con los que aquel Tirano quiere tratar” (1). Al permitir aquella negociación, era obvio que Felipe IV había ceptado la necesidad de una tregua con sus “súbditos rebeldes” en un plano equivalente al que su padre había acordado con las Provincias Unidas en 1609. Y, también como entonces, había quien aspiraba a que fuese Inglaterra la mediadora de aquel pacto: Portugal deseaba la mediación británica con el fin de convertir a Londres en el fiador del acuerdo.

Tras la derrota de Caracena, la ya regente Mariana de Austria y Medina de las Torres no ocultaron sus intenciones de concluir la paz con Lisboa lo antes posible, aunque no con tanta celeridad como para poner en entredicho la reputación de la Monarquía. De hecho, la Reina no hizo sino cumplir con el deseo de su difunto esposo, que días antes de fallecer había dado luz verde al inicio de nuevas negociaciones en la raya de Extremadura.

Hacia finales de agosto o principios de septiembre de 1665, Caracena hizo uso de su director espiritual, el padre José de Villamayor, para enviar un comunicado al rector del colegio de los jesuitas de Elvas, el padre Francisco Lopes, en el que indicaba su deseo de “reducir a los herejes”, expresión en clave usada para aludir a la conversaciones que pretendía establecer el bando español. Lopes, a su vez, comunicó la noticia a Castel Melhor, no sin advertir, que la intención de Madrid era negociar excluyendo la mediación inglesa. Fue precisamente este último detalle lo que llevó a Lisboa a rechazar la propuesta, debido a la escasa reputación que un ajuste en tales condiciones comportaría para el reino (2). Sin embargo, tras la muerte de Felipe IV el gobierno cambió de actitud y accedió a que los dos religiosos se reunieran secretamente en Badajoz, Animado por la receptividad del jesuita, Villamayor sugirió que se acordase una suspensión de armas en todas las fronteras mientras se pasaba a una segunda fase de conversaciones. Sin embargo, la respuesta de Castel Melhor fue negativa: si Madrid quería abrir conversaciones formales con Portugal, el modo de hacerlo sería “de rey a rey y con las solemnidades acostumbradas”. Si esto era aceptado, el confesor de Caracena obtendría pasaporte para llegar hasta Lisboa, donde se decidiría quiénes y donde habrían de empezar a negociar el fin de la guerra, “y no siendo de esta forma no hay más que hablar” (3).

La respuesta de Madrid fue solicitar un cese de hostilidades “de general a general” como condición para negociar la paz, antes que decidir sobre el punto de tratar “de rey a rey”. El Consejo de Estado portugués, reunido el 1 de diciembre de 1665, se mostró racionalmente inflexible ante las exigencias españolas. Por una parte, se rechazó la suspensión de armas por indecorosa y perjudicial; por otra, se acordó mantener contactos en la frontera para ganar tiempo y esperar las “alteraciones” que previsiblemente tendrían lugar en Madrid tras la noticia que se había tenido de que el testamento de Felipe IV excluía del gobierno de regencia a varios “ministros importantes”. Definitivamente, en enero de 1666 se acordó suspender la conferencia de Badajoz, ya que por esas fechas, el enviado inglés en Madrid había comenzado a tratar el nuevo acuerdo anglo-español, que nacía viciado por el contencioso entre los Austrias y los Braganza.

Se puede decir, que a parte de la cuestión del tratamiento, en el que se condensaba todo el sentido de la guerra, no existían problemas de envergadura para que Madrid y Lisboa firmaran la paz. Territorialmente el conflicto había quedado en tablas, pues en el frente de Extremadura las pérdidas lusas de Olivenza y Juromenha habían sido compensadas con la toma de Alcántara a los españoles, y en Galicia las tres plazas ocupadas por los castellanos (Fuerte Gonzaga, Lapella y Monçâo) equivalían al Fuerte de Gayán, en manos de los portugueses. Bastaría con efectuar las restituciones pertinentes para cerrar la paz. Solo la plaza de Ceuta (cuya desafección a los Braganza, forzada de la necesidad, Lisboa consideró “más como una comodidad que como una pérdida”), exigiría alguna compensación por parte de Madrid. Solucionado todo esto, sólo faltaba que la Regencia española se aviniese a tratar a Alfonso VI como rey (4).

Tras 25 años de guerra, en 1665 se estuvo muy cerca de lograr un acuerdo que hubiera puesto fin al conflicto de Portugal. De esta forma la guerra habría concluido por “muerte natural” al coincidir su extinción con la última derrota de los españoles. Pero la desaparición de Felipe IV en septiembre de aquel año solo ayudó a ralentizar la firma de la paz, al despertar ilusiones en Lisboa sobre las posibles ventajas que podía reportar el enfrentarse a un débil regencia. Con todo, lo que entonces bloqueó el éxito de las negociaciones fue la obstinada negativa de los castellanos a reconocer al duque de Braganza don Alfonso “VI” como rey de Portugal.


AVISO: está semana estaré algo ausente del mundo blog por varios viajes que tengo entre manos, entre ellos un mini retorno a la patria, por ello es probable que descuide un poco las respuestas y los comentarios en vuestros blogs.


Fuentes principales:

* Carvalho Dantas de, Vinícius Orlando: “O Conde de Castelo Melhor: Valimiento e Razôes de Estado no Portugal Seiscentista (1640-1667)”. Universidades Federal Fluminese, 2009.

* Valladares, Rafael: “La rebelión de Portugal: guerra, conflicto y poderes en la Monarquía Hispánica (1640-1680)”. Valladolid, 1998.

* Valladares, Rafael: “Portugal y la Monarquía Hispánica (1580-1668)”, Madrid, 2002.


Notas:

(1) AGS, E, leg. 2.533, Junta sobre materias de Inglaterra.

(2) BNL, Pombalina, ms. 548, fol. 33v., Junta de Estado, 10/IX, 1665.

(3) BNL, Pombalina, ms. 548, fol. 36v., Consejo de Estado, 19/X/1665.

(4) BNL, Pombalina, ms. 548, fols. 48v.-50v., “Advertencias para el Canciller sobre el negocio de la paz”, Oxford, 6/XI/1665.

11 comentarios:

  1. Hola, saludos desde Portugal! Muy interesante tu blog! Estoy terminando un doctorado en la universidade de Lisboa sobre la guerra diplomática entre Portugal y España en Roma, para que los succesivos Papas (no) recibieran los embajadores portugueses, pero sobretudo para que (no) admitieran la provisión de los obispados portugueses hecha por D. João IV y D. Afonso VI. Estoy editando y traducindo docenas de manuscritos en latín del Archivo Secreto y de la Vaticana, sobre ambos temas, y de ambas partes. Espero terminar antes de setiembre. Sobre la "Guerra da Restauração" hay alguns nuevas publicaciones en português:

    http://www.wook.pt/ficha/a-grande-estrategia-de-portugal-na-restauracao-1640-1668/a/id/1533231

    http://www.wook.pt/ficha/a-guerra-da-restauracao-1641-1668/a/id/79431

    Y por si acaso todavía no conoces este blog: http://guerradarestauracao.wordpress.com/

    La Biblioteca Nacional de Portugal tiene muchas publicaciones de esa época en línea, en portugués y castellano, incluso relatos de batallas, papeles de propaganda política, etc:

    http://purl.pt/index/geral/date/PT/index.html

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  2. André: muchas gracias por toda la informaciòn que me ofreces y que, sin duda, me ayudarà a mejorar mi blog y también mis propios conocimientos...el blog que citas ya lo conocìa pero aùn asì gracias.

    Espero poder leer tu doctorado cuando lo hayas terminado.

    Un gran saludo.

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  3. Un tira y afloja casi exasperante entre el rebelde portugués y la monarquía Hispánica. Conocemos el final de esta "novela", pero si no fuese así estariamos expectantes y con ganas de conocerlo.

    ¡¡Saludos!!

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  4. Portugal intenta sacar tajada con el fallecimiento de Felipe IV y el cambio de mandatario que tendrá lugar en España. Lo de Ceuta es significativo, con Felipe II venía en el mismo "pack" que el territorio portugués. Después no se restituyó. Hasta hoy.
    Yo también tendré dificultades para conectarme estos días, dado que mañana entro en tierras portuguesas y allí no sé si podré encontar alguna zona wifi. Espero que los lusos no me echen en cara la derrota de su selección de fútbol y no me reclamen Ceuta. Buen pueblo el portugués.
    Un saludo y feliz verano por tu tierra.

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  5. Tine razón Cayetano. No tenía ni idea de que Ceuta fuese portuguesa y acabase, hasta día de hoy, bajo dominio español. Sin embargo, esto no es motivo para que no llevemos tan mal, ¿no? jejej

    Mientras tanto ambas potencias siguen el tira y afloja entre independencia y continuidad en la anexión.

    Un saludo

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  6. Jordi: así es, es una novela de la que ya conocemos el final, aunque poco sobre como se llegó a él y es ésto lo que intento dar a conocer con esta serie de entradas.

    Saludos.

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  7. Cayetano: lo de como Ceuta llegó a nuestras manos es poco conocido, por eso me parecía interesante citarlo. Espero que lo pases genial por tierras lusas y ya verás como no te echan nadan en cara nuestros vecinos, como dices es un gran pueblo.

    Saludos.

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  8. Carmen:espero poder dedicar una entrada íntegra al tema de Ceuta, pero esta no es para nada la causante del escaso entendimiento entre nuestros pueblo, otro cantar sería el tema de Olivenza, pero eso pertenece ya a otra época, la de Godoy y la Guerra de las Naranjas.

    Saludos.

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  9. Interesante artículo -como todos los que publicas- Date una vuelta por mi blog, tienes un regalo para ti.
    Saludos de nosabiasque.net

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  10. Joaquin: muchas gracias por el premio y por tus palabras, en cuanto tenga un poco de tiempo lo cuelgo.

    Saludos.

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  11. Sé que no es estrictamente el tema de su artículo, pero, ¿no fue durante el inicio del reinado de Pedro II de Portugal cuando se gestaron ciertas conspiraciones de la mano de los aristrócratas lusos para reintregrar dicho reino al Rey de las Españas?

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