miércoles, 2 de junio de 2010

LOS HIJOS BASTARDOS DEL CARDENAL-INFANTE DON FERNANDO DE AUSTRIA, UNOS DESCONOCIDOS PRIMOS DE CARLOS II

El cardenal-infante don Fernando de Austria por Gaspar de Crayer.


Antes de comenzar con la biografía de estos desconocidos primos de Carlos II, me gustaría iniciar comentando el error que supuso por parte del gobierno del Conde-Duque de Olivares el hecho de no casar al cardenal-infante don Fernando, sobre todo, tras la muerte del infante don Carlos en 1632 (1).

Hay que decir que Olivares no desechaba inicialmente la idea de casar a don Fernando con una princesa europea, cosa que encajaba mejor con el genio personal del Infante y con la poca o ninguna vocación que sentía por el estado eclesiástico (2). Pero fuera para intentar consolidarlo más en su presunta vocación, que el valido ciertamente no había escogido, fuera porque en efecto no se encontraba en Europa una princesa a la altura de su rango en estirpe y dinero, el hecho es que se fue retrasando sine die aquel molesto problema que nadie se atrevía a poner resueltamente sobre el tapete, a pesar de que todos estaban convencidos de la necesidad de hacerlo. Y es que no midió la Corte del Rey Católico la trascendencia histórica de aquella decisión, sabiendo que el destino de una Monarquía está unido a la herencia biológica. De hecho el destino de España ha cambiado de rumbo más de una vez (y ésta fue una de ellas) por la muerte de un Infante de la Casa Real. ¡Qué distinto habría sido el destino de la Monarquía de haber contraído matrimonio don Fernando y haber dejado éste descendencia! A la muerte de Carlos II habría existido seguramente una línea paralela de la Casa de Austria española que habría acaparado todos los derechos sucesorios, heredando íntegramente la totalidad de la Monarquía, por lo que el conflicto sucesorio no habría existido, así como las intrigas sucesorias, y Carlos II habría sido probablemente recordado como Fernando VI, el cual tampoco dejó sucesión directa siendo sucedido por su medio hermano, el infante don Carlos (Carlos III), hijo del segundo matrimonio de Felipe V con Isabel de Farnesio, y que ha pasado a la historia como un buen Rey a pesar de no haber cumplido con su obligación dinástica de dejar un heredero.

Por otra parte no es inverosímil pensar que la difícil situación económica por la que atravesaba el erario público jugara un papel decisivo en el retraso indefinido de la renuncia a las dignidades eclesiástica que llevaba consigo inseparablemente la renuncia a los cuantiosos ingresos de la mitra de Toledo, en caso de matrimonio.

El hecho es que no se adoptó ninguna medida para dar estabilidad a la vida afectiva del Cardenal-Infante y, en consecuencia, se le encadenó absurdamente a la razón de estado. No era, pues, de extrañar que, forzado a vivir en continencia oficial, compitiera con sus dos hermanos (Felipe IV y el infante don Carlos) en frecuentes aventuras amorosas y que hasta el final de su vida marchara a la deriva por el florido sendero del amor y las pasiones carnales. Fruto de esos amores serían dos hijos naturales: un niño y una niña. El niño se llamó como él, don Fernando, y de él da testimonio fehaciente el embajador español en Roma, informando, el 8 de febrero de 1667, al Secretario de Estado de España de la llegada allí del tal don Fernando (3). Este es el único dato que se ha podido captar hasta ahora de su vida, cuyo paso desaparece para siempre en los ocultos arroyuelos de la historia.

La hija, de nombre doña Mariana, nace en Bruselas el 26 de julio de 1641, unos meses antes de la muerte de su padre. De ella se sabe que a los cinco años ingresó en el Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid (1646), donde profesó a los 18 años (1659) con el nombre de sor Mariana de la Cruz. En este monasterio, doña Mariana se convirtió en uno de los grandes pilares de la red imperial, junto a sor Ana Dorotea de Austria, hija natural del emperador Rodolfo II (4), y en uno de los grandes apoyos de la reina doña Mariana de Austria en su lucha contra don Juan José de Austria. Y es que el Monasterio de las Descalzas, en el último tercio del siglo XVII, era un centro consolidado de la diplomacia imperial desde el cual se articulaba una red de conexiones entre los familiares de la Casa de Austria, el embajador imperial y las religiosas “austriacas” del convento.

Durante la regencia de doña Mariana de Austria la embajada imperial fue detentada por el Conde de Pötting (1665-1673), quien se sabe que fue un asiduo visitante del regio convento y que tuvo en sor Mariana a una de sus grandes aliadas. Ella fue la transmisora de una de las noticias más preocupantes que recibió el conde en la corte de Madrid, hecho que demuestra la labor de espionaje que algunas de estas religiosas practicaron en beneficio de la red imperial. A finales de junio de 1673, sor Mariana de la Cruz comunicó por escrito al embajador imperial que el confesor de la reina María Teresa, su prima y mujer de Luis XIV, le había transmitido una información secreta que incumbía directamente al Emperador: el Rey de Francia, con la intención de hacerse con el título imperial, estaba tramando el asesinato de Lepoldo I (5); esta comunicación fue recibida por Pötting de forma personal el día 29 de junio en una de sus visitas al monasterio de las Descalzas Reales:

“Visité a Sor Mariana de la Cruz en las Descalças Reales, hixa natural del señor Cardenal Infante, señora de singular comprensión y particular talento, participandome altísimas noticias del serviçio del Emperador mi Señor, las quales con la primera estafetta pondré en su soberana notiçia, haviendome la dicha señora dos dias antes dado motivo para la dicha materia por un papel suyo, harto cuerdamente trasado” (6).

El Emperador mostró suma preocupación por aquella supuesta conspiración francesa contra su persona y el 9 de agosto, en una de sus cartas, ordenó al Conde que mantuviera una frecuente correspondencia con sor Mariana y procurara averiguar quiénes estaban implicados en el atentado: “Weil es aber res tantae importantiae, so solle Pötting alleweil {mit der Sor Mariana} in gueter Correspondenz stehen, ob man noch ad plura particularia komen möchte” (7).

Este episodio demuestra una vez más que el monasterio era un instrumento de la política imperial. Además, la comunicación con sor Mariana nunca decayó pues incluso en período de adviento, cuando las monjas no podían hablar en el locutorio, el Conde llegó a escribir papeles “de importancia” a sor Mariana (8).

Por otra parte, y como se comentaba más arriba, sor Mariana fue uno de los grandes apoyos de la reina doña Mariana de Austria en su lucha contra don Juan José de Austria. Así, tras su caída del poder, la Reina madre desahogó con sor Mariana (su prima) y sor Ana Dorotea su malestar por el alejamiento de su hijo intentando quizás recabar algo de apoyo para dar solución a aquel “desafuero” que en nada podía agradar al Emperador su hermano, en unas religiosas “imperiales” protectoras de la legitimidad dinástica de la reina Habsburgo. Mariana escribió el siguiente párrafo sor Mariana de la Cruz:

“[…] con la ocasión de haverse servido Dios de llevarse para si a mi hijo a quien yo con tanto cariño y ternura amava, y por la gran falta que puede hacer a su persona, os aseguro que este golpe me tiene traspasado el coraçon y que he menester […] las asisteçias de Dios, para conformarme con su divina voluntad como lo deseo haçer con toda mi pasividad, pero el sentimiento, no puede dejar de ser muy grande, bendito sea Dios por todo […]. Deseo ir por alla, quanto antes, para consolarme con bos, que bien le necesito os aseguro, Dios os guarde de Palazio juebes 1677” (9).

Se puede imaginar que la relación entre ambas primas continuaría a lo largo de los años hasta la muerte de doña Mariana de Austria en 1696.

Por lo que respecta a sor Mariana de la Cruz, se sabe que ésta murió el 3 de septiembre de 1715, a la edad de 74 años, convirtiéndose de esta forma en la última representante de la rama española de la Casa de Austria. Es lógico pensar, aunque no tengo datos que lo confirmen, que sor Mariana apoyaría la sucesión imperial para el trono de Carlos II y que se posicionaría a favor del archiduque Carlos durante el conflicto sucesorio, sintiendo gran alegría cuando viese entrar en Madrid a las tropas aliadas de éste en 1706 y 1710.

¿Cómo no imaginar el trauma que debió suponer para esta mujer, que había vivido el reinado de los dos últimos Austrias, ver como se extinguía su dinastía, siendo ocupado el trono por un Borbón, enemigo tradicional de su familia, a pesar de ser ésta la última voluntad de su primo Carlos II?




Fuentes principales:

* Aldea Vaquero, Quintón: “El cardenal-infante don Fernando o la formación de un príncipe de España”. Discurso leído el día 16 de febrero de 1997. Real Academia de la Historia. Madrid, 1997.

* Oliván Santaliestra, Laura: “Mariana de Austria en la encrucijada política del siglo XVII". Universidad complutense de Madrid, 2006.


Notas:

(1) Próximamente dedicaré una entrada a este desconocido personaje que rozó el trono tras una grave enfermedad de su hermano Felipe IV antes de que naciese el príncipe Baltasar Carlos en 1629.

(2) Recordemos había recibido el capelo cardenalicio y el arzobispado de Toledo en 1619, con tan solo 10 años, gracias a los deseos de su padre Felipe III y de su confesor fray Luis de Aliaga que lideró las negociaciones con Roma para salvar los obstáculos de la edad.

(3) A.G. Simancas, E., 3040: carta del Cardenal Sforza a don Juan Bautista Arespacochaga. Roma, 8 de febrero de 1667.

(4) Trataré de esta imperial monja en la próxima entrada.

(5) El conde de Pötting al emperador. 5 Juli 1673. En: Fontes… p.348. nota. 2. “…der König von Frankreich trachte, um sich die Herrschaft in Deutschland su verschaffen, dem Kaiser nach dem Leben...”.

(6) Diario del conde Pötting…29 de junio de 1673. p. 359.

(7) Fontes… Neuhaus, 9 August 1673. Leopoldo a Pötting. Brief 349. seite. 347.

(8) Diario del conde Pötting… 13 de noviembre de 1673. p. 392: “…escrivi un papel de importancia a la sor Mariana de la Cruz y Austria, supuesto que el tiempo del adviento no les permite a estas santas religiosas de poder hablar en el locutorio”.

(9) AGP. Patronato. Caja 6. Exp. 31. fol. 90. También párrafo citado por Vilacoba Ramos, Karen María y Muñoz Sarrullo, María Teresa: “Del Alcázar a las Descalzas Reales: correspondencia entre reinas y religiosas en el ocaso de la dinastía de los Austrias”. En: “La reina Isabel y las reinas de España: realidad, modelos e imagen historiográfica”. Ed. Fundación Española de Historia Moderna. Madrid, 2005.pp.597-610.

20 comentarios:

  1. La red de espionaje montada en el convento de las Descalzas no me extraña, dada la afición de los religiosos a las intrigas políticas y más tratándose de monjas con la sangre habsbúrgica en sus venas. En cuanto a la supuesta conspiración del francés para acabar con la vida del emperador me parece un tanto descabellada, la verdad. Pero lo que más me ha impactado es el último párrafo de esta entrada. Sor Mariana de la Cruz debió encajar muy mal la víctoria final del de Anjou.

    Y por último, ¿no hay más datos de ese don Fernando al que hace referencia el cardenal Sforza?

    Saludos

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  2. Convengo con usted en que fue un grave error no casar al infante don Fernando. Un error de gran calibre.
    En cuanto a sor Mariana, es evidente que su vocación se orientaba por derroteros muy diferentes al convento. Lo que hubiera sido tenerla suelta por la corte! Seguramente nos hubiera proporcionado muy buenos momentos.

    Buenas noches, don Juan

    Bisous

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  3. Jordi: la verdad es que es difìcil de saber lo de la conspiraciòn de Luis XIV, pero ya sabemos que el monarca galo era muy dado a las ideas descabelladas y el juego sucio, recordemos solo la Guerra de Devoluciòn en los Paìses Bajos.

    Lo del ùltimo pàrrafo fue una idea que me vino al final, y la verdad es que uno puede imaginarse como se sentirìa esta mujer inmersa ya en pleno reinado borbònico (muriò en 1715) ante el derrumbe del mundo en el que habìa nacido.

    De don Fernando por desgracia no dispongo de màs datos, pero no dudes que seguirè investigando para saber què fue de su vida, a mì tambièn me pica mucho la curiosidad con este personaje.

    Un saludo.

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  4. Madame: la verdad es que sì fue un grave error, un error que le costò a la dinastìa su propia supervivencia.

    Convengo con lo de sor Mariana, nos habrìa regalado grandes momentos.

    Un saludo.

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  5. Por fin salió el tema que veníamos "rumiando" desde hace tiempo. ¡Qué diferente habría sido la historia de este país si no se hubiera extinguido la rama de los Austrias! De entrada no habrían existido tantas tensiones con los territorios tradicionalmente apegados a sus derechos forales, las "autonomías" de entonces. Los Austrias eran más "federalistas" que los Borbones, con esa mentalidad centralizadora que tanto daño hizo. Un ejemplo: el trazado de las principales vías de comunicación siguieron un plano radial, centralista, desde Madrid; un obstáculo a la hora de comunicar las principales zonas económicas de España. Todo debía nacer y morir en la capital, cuando las mejores áreas productivas se quedaban sin conexión entre ellas, una de las razones a las que Jordi Nadal atribuye el fracaso de la revolución industrial en España.
    ¡Cuántas guerras se habrían evitado también! Incluyendo la de Sucesión, las Carlistas... y quién sabe, a lo mejor no habríamos tenido nada parecido al rey felón y este país habría progresado sin perder el tren de la historia. Aunque desconfío algo de nuestros compatriotas de entonces, tan apegados a la tradición y a las costumbres, que fueron capaces de levantarse contra un ministro reformista y un rey por el tema de la vestimenta (Motín de Esquilache) y no se movilizaron por temas más profundos como los franceses.
    Un saludo.

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  6. Cayetano: sin duda, que la continuidad de la Casa de Austria habrìa cambiado la historia de Espana. tenìan absolutamente otra concepciòn teritorial, mucho màs federalista y mucho màs reconciliadora que represeiva, vèase por ejemplo el perdòn general de Felipe IV a Cataluna tras la conquista de Bcna de 1652 frente a la represiòn de Felipe V contra los austracistas tras la caisa de la ciudad en 1714, cuyo culmen fue la aplicaciòn de la Nueva Planta.

    Probablemnte la cosa habrìa ido lenta pero bien como indican los avances conseguidos en el àambito ecnòmico durante el reinado de Carlos II. Ademàs ESpana no habrìa perdido los territorios europeos y esto la habrìa mantenido entre las grandes potencias permitièndola conocer y aplicar los sucesivos avances en el àmbito econòmico, asì como no haber sido isolada por las demàs potencias.

    Menos guerras, mas estabilizacion, etc...al fin y al cabo un silogismo.

    Un saludo.

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  7. qué decir tiene que lo que viene a la mente es precisamente eso, qué hubiera pasado si en lugar de la rama borbónica hubiese seguido la austríaca???? No se sabe, y todo lo que podamos decir serán especulaciones. Pero lo cierto de todo, es que Olivares tuvo un fallo garrafal en el manejo de este asunto.

    Un saludo y magnífico post

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  8. Lou: sin duda y como dices se tratan de silogismos històricos difìciles de dilucidar, pero seguro habrìa existido una continuidad como hubo durante los casi 200 anos de la dinastìa austrìaca.

    Un saludo.

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  9. Hola Carolus:

    He leído con interés esta entrada. Desconocía algunos aspectos que ya veo, llevaron por otros derroteros a España. Veo que los Austria definitivamente hubiesen dado un sentido mejor de país del que actualmente tiene España, por su manera de pensar sobre las regiones.

    Vaya con las carmelitas.....

    Saludos

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  10. Manuel: no hay duda de que los Austrias tenían una manera de pensar territorialmente hablando totalmente distinta a la de los Borbones, nos habríamos ahorrado tantos comflictos regionalistas, aunque también es cierto que quizás se habría perdido un poco de capacidad del estado para intervenir en ciertos asuntos, ¿quién lo puede decir?

    Un saludo.

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  11. La reina Mariana de Austria se me hace uno de los personajes más interesantes de la corte de su hijo. Difícil papel tuvo asignado esta mujer. Con la continuidad de la dinastía de Habsburgo en España nos habíamos ahorrado la guerra de sucesión y la intromisión de otras potencias en el conflicto ...

    ¿ Sor Mariana era una hermana de la caridad o la hermana de James Bond,agente 007? :-)¡cómo estaban los conventos!

    Feliz fin de semana, un abrazo

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  12. Magnolia: no cabe duda de la importancia de la figura de la reina Mariana de Austria. Como dices, con los Habsburgo otro gallo habrìa cantado.

    jajaja muy bueno el comentario sobre sor Mariana.

    Un saludo.

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  13. Respecto todo lo apuntado sobre la posibilidad de una continuidad dinástica con la descendencia del cardenal-infante, estoy de acuerdo y creo que fue un verdadero error. La hipótesis de que reinase una rama colateral austro-española es muy interesante. Igual de interesante me parece el hecho malogrado de que la herencia de Carlos II hubiese ido a parar a manos de José Fernando de Baviera, fallecido demasiado pronto. De todas maneras, los Wittelsbach estaban muy influenciados por Francia, y quizá el modelo francés hubiese sido el elegido para gobernar las Españas. Nunca sabremos lo que hubiese pasado en cualquiera de los dos casos.

    Por cierto que como primer heredero de Carlos II, no estaría de más que nos preparases -aunque puede ser que ya lo tengas en mente- una entrada sobre el niño bávaro del que tan poco se sabe (Siempre he estado muy interesado en las Casa de Baviera)

    Saludos.

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  14. El juego de imaginar "qué hubiera sido de la Historia si..." me gusta mucho, porque a veces la evolución errática de esta disciplina que estudiamos cambia por cuestiones nimias. ¿Por qué no casaron al infante Fernando? No lo sabemos, pero el caso es que esta decisión trastocó el rumbo de la Casa de Austria en estos reinos Y vaya si lo hizo.

    Volviendo al tema de la otra corte, la de las Descalzas Reales, me pregunto cómo trató el nuevo rey Borbón a sus moradoras. Imagino que como poco las ignoró, mirándolas de soslayo durante la guerra de Sucesión por si se fraguaba alguna conspiración en su contra, que seguro que se estaba cuajando. Todo por la línea dinástica y la sangre.

    Un saludo

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  15. Jordi: no dudes que abordaré el tema de la "sucesión bávara" en la persona del príncipe electoral José Fernando de Baviera, mientras te recomiendo la obra de Antonio Ramón Peña Izquierdo sobre el cardenal Portocarrero (universidad de Córdoba) y el artículo que yo mismo escribí sobre José Fernando en wikpedia.

    Un saludo.

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  16. Carmen: los silogismos históricos son siempre divertidos, la casa de Austria pudo continuar con una rama paralela en los descendientes del cardenal-infante, igualmente pudo reinar la Casa de Wittelsbach de no haber muerto el ya designado heredero José Fernando de Baviera en 1699, y finalmente de haber ganado la Guerra de Sucesión habría reinado la rama austríaca de los habsburgo.

    En cuanto a las descalzas cabe solo decir que en 1715 FelipeV concedió la grandeza de España a las prioras del convento...ya no quedaba ningún miembro de la familia austríaca.

    Un saludo.

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  17. Seguimos con el tema de los bastardos reales; me gustan mucho todas estas historias clandestinas de faldas, aunque de cara a la galería, continencia oficial, como muy bien dice uste. Y hay que ver lo que ere en esa época el convento de las Descalzas reales en general, y doña Mariana en particular. Un cordial saludo.

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  18. Paco: lo de los bastardos da para largo, coo dice el audio que he colgado los Austrias sembraron la piel de toro de bastardos.

    Las Descalzas se convirtieron en un verdadero hervidero político.

    Un saludo.

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  19. Hola!
    Muchas gracias por pasarte por mi blog y tu amable comentario.
    Veo que tu blog es un tanto denso y sin duda muy interante por lo he visto y quiero leerlo con calma, así que mañana prometo pasarme por aquí para leerlo como se merece, o sea pausadamente.
    Un saludo y buenas noches

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  20. Grandolina: garcias por pasarte, la verdad es que si, es un blog denso con bastante infromación, mi idea era precisamente la de realizar una especie de libro histórico en versión blog, aún así gracias.

    Un saludo.

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