viernes, 22 de enero de 2010

LA FAMILIA DEL REY, LOS HERMANOS DE CARLOS II: DON JUAN JOSÉ DE AUSTRIA, BASTARDO REAL Y MESÍAS DEL PUEBLO (PARTE IV)


Asedio de Barcelona por parte de don Juan José de Austria, obra de Pandolfo Reschi (Galleria Corsini, Florencia)


En previsión de los futuros acontecimientos y a la vista de los sucesos presentes, ya el 5 de mayo de 1652, Felipe IV envió una autorización para que su hijo pudiera ofrecer un perdón general a los catalanes rebeldes.
El 27 de septiembre, los conselleres se entrevistaron con el virrey francés, La Mothe para proponerle la necesidad de establecer un pacto con don Juan. En el Llibre de Delliberaçions del Consell del Cent constan los 34 capítulos expuestos por la ciudad de Barcelona, base inicial de las negociaciones de paz, y que de forma resumida exponían:
* Confirmación de los fueros de Barcelona y del Principado.
* Ratificación del Conseller sexto del Consell de Cent(creado por el rey francés) (1).
* Garantía de que los alojamientos de tropas en Cataluña se realizarían según las constituciones del Principado.
* Renuncia de la Corona al cobro de los quintos.
En una carta escrita por don Juan a la ciudad de Barcelona y leída en el Consejo de Ciento el 9 de octubre de 1652, se concedía, de forma oficiosa, el perdón. Oficialmente, sin embargo, la proclama del perdón concedido a la ciudad de Barcelona llegó el 11 de octubre (2). El 12 de octubre, don Juan y el mariscal francés de La Mothe ajustaron las pertinentes capitulaciones (3), mientras que el Conseller en Cap de Barcelona presta la obediencia de la Ciudad a Don Juan de Austria en nombre de su padre.
A pesar de que por una plenipotencia recibida de Felipe IV, don Juan podía capitular con Barcelona en los términos que estimase convenientes, el bastardo real no quiso dar garantías formales por escrito a la ciudad y el Principado. El Consejo de Ciento solo obtuvo de él promesas un tanto inconcretas por las que se comprometía en este sentido ante el Rey, en favor de Barcelona. Pese a lo cual, el Consejo de Ciento, que no tenía otra alternativa razonable, decidió aceptarlas y volver a la soberanía de Felipe IV. En estas, negociaciones don Juan quiso, sin duda, agradar a los catalanes, y sabía bien lo que significaban los fueron para el Principado, pero según Sánchez-Marcos, buscaba aún más agradar a la Corte (4). La decisión final del Rey, de 3 de enero de 1653, confirmaba las "preeminencias, privilegios y constituciones" que gozaba y poseía Barcelona antes de las "alteraciones" de 1640, pero con importantes aunque no numerosas salvedades, siguiendo básicamente las recomendaciones del Consejo de Aragón. Así, Felipe IV se reservaba el absoluto control de las insaculaciones para la elección de los miembros del Consejo de Ciento, al igual que las insaculaciones para los cargos de la Diputaciò.
El 28 de enero de 1653, don Juan fue nombrado como nuevo virrey del Principado, si bien desde su entrada en Barcelona, el 13 de octubre del año anterior, venía actuando como tal. Hábilmente, don Juan se empleó en agradar y cuidar a la burguesía, borrando los amargos recuerdos de la larga y sangrienta guerra civil.
Necesitado de tropas y de dinero, don Juan convocó las Cortes Catalanas el 31 de marzo ante la protesta de la ciudad de Barcelona que requería para dicha convocatoria la presencia del Rey. El fin fundamental de esta convocatoria era el de tratar de institucionalizar la ayuda que el Principado debía proporcionar a don Juan para la guerra axistente aún con Francia. Otro problema era el de los alojamientos del ejército del Rey en Cataluña. Las cortes terminaron, sin clausura formal, en agosto del mismo año, bloqueadas por las divergencias entre don Juan y el Brazo Real respecto a las condiciones para la concesión de un subsidio (500.000 libras anuales durante tres años) que don Juan había solicitado.
Sin embargo, estas cortes tuvieron una gran importancia ya que supusieron un intento de solucionar por la vía constitucional y en un clima de diálogo el viejo y espinoso problema de la contribución de Cataluña a los gastos del ejércitos y del alojamiento de los soldados, que había sido el principal motivo del levantamiento de 1640. Además, se llegó a acordar un sistema de recaudación del subsidio innovador e inspirado en un deseo de equidad: 480.000, de las 500.000 libras se recaudarían por tasas, pagando este impuesto incluso militares y eclesiásticos.
Contando con una superioridad militar y la cooperación de los catalanes francófilos, los franceses mantuvieron en jaque a los ejércitos hispánicos en Cataluña. Sin embargo, don Juan obtuvo un relativo éxito en sus esfuerzos defensivos y contuvo por lo general a los franceses en el norte de Cataluña.
En la lucha contra Francia don Juan contó con la colaboración de los catalanes de la mayor parte del Principado. La cooperación de Barcelona resultó decisiva, no solo por su magnitud, sino por el estímulo que supuso para las otras ciudades.
A comienzos de 1653, lo galos desarrollaron una amplia ofensiva que les llevó a ocupar Castellón de Ampurias y Figueras, extendiéndose por el norte de Cataluña. En el verano de ese mismo año sitiaron Gerona. Los franceses asaltaron la ciudad sucesivamente el 12, 13 y 20 de agosto, defendiéndose sus naturales de forma valerosa. El 15 de septiembre salieron de Barcelona don Juan, varios títulos y señores, los cabos del ejército, el cual constaba de unos 5.300 infantes y 1.800 caballos. El choque fue reñido y sangriento, pero el bastardo se alzó finalmente con la victoria.
En 1654, la campaña fue más favorable a los franceses, quienes en sus conquistas fueron descendiendo peligrosamente hacia el sur al mando del Príncipe de Conti, hermano de Condè. En el verano los franceses ocuparon Villafranca. En octubre invadieron la Cerdaña y entraron en la Seo de Urgel. Ocuparon igualmente Camprodón, Ripoll, Olot, Bagá y Berga. A mediados de noviembre, irrumpieron en Vic pero no lograron ocupar la ciudad.
Este aciago panorama llevó a don Juan a pensar incluso en la posibilidad de ser relevado del gobierno de Cataluña:
"Y con esta ocasión insinúa el señor don Juan no será justo que pueda ser testigo de los efectos de los daños que aquello amenaza, poniendo en consideración será conveniente al Real servicio de V. Mg, poner en su lugar quien con mayores experiencias y talento, dé cobro de aquellos negocios" (5).
El Consejo negó la licencia que solicitaba el bastardo. En el otoño y a la vista de los aconteciminetos, don Juan se trasladó a Vic. En la campaña de 1655, los franceses continuaron llevando la iniciativa, aunque los españoles demostraron mayor capacidad ofensiva. El problema por el lado hispano continuaba siendo la falta de dinero y hombres. En octubre, don Juan obtuvo una brillante victoria, logrando la recuperación de Berga y la realización de un elevado número de prisioneros. El 8 de diciembre, el bastardo repitió el éxito militar en Solsona, tras el cual lanzó una importante represión contra la ciudad (6).
Así culminaba la participación militar de don Juan en Cataluña antes de su partida hacia los Países Bajos. No obstante, la guerra en la frontera pirenaica continuó hasta la firma de la Paz de los Pirineos en 1659.
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Fuentes principales:
* Castillo Soto, Josefina. Don Juan José de Austria (hijo bastardo de Felipe IV) : su labor política y militar. Universidad Nacional de Educación a Distancia, 1991.
* Ruiz Rodríguez, Ignacio. Don Juan José de Austria en la monarquía hispánica : entre la política, el poder y la intriga. Dykinson, S.L. - Libros, 2008.
* Sánchez Marcos, Fernando. Cataluña y el Gobierno central tras la Guerra de los Segadores, 1652-1679 : el papel de don Juan de Austria en las relaciones entre Cataluña y el Gobierno central, 1652-1679. Barcelona, 1983.
(1) El Consejo de Ciento oConsell de Cent era unainstitución medieval de gobierno de la ciudad de Barcelona.
(2) B.N.M., Mss., 18.655, exp. 85. Proclama de perdón concedido a Barcelona de 9 de octubre de 1652.
(3) B.N.M., Mss., 18.718, exp. 110; Ibídem, Mss., 2.383, fols. 210-211. Capitulaciones concedidas por don Juan de Austria al Mariscal de La Mothe, el 12 de octubre de 1652.
(4) Sánchez-Marcos, Fernando: Cataluña y el Gobierno central tras la Guerra de los Segadores, 1652-1679: el papel de don Juan de Austria en las relaciones entre Cataluña y el Gobierno central, 1652-1679.Barcelona, 1983.
(5) A.G.S., Estado, leg. 2.672. Consulta del Consejo de 31 de marzo de 1655.
(6) "Entregose Solsona al señor don Juan a merced, día de la Concepción, y aunque procuró evitar el saco, habiéndose recogido los ciudadanos en la iglesia, no dejaron en las casas cosas de valor la soldadesca desmandada. Prendió luego algunos de los principales por traidores al Rey; echó el presidio, y tras él un bando quitándole a aquel lugar el título de ciudad, y todas las preminencias y honores que tenía".

7 comentarios:

  1. Que bueno que haya encontrado usted tiempo finalmente para dejarnos otra de sus entradas.
    Me gusta este personaje, por otra parte bastante desconocido para el importante papel que jugó en tantas ocasiones. Pero parece condenado a ser eternamente eclipsado por el otro Juan de Austria.

    Buenas noches

    Bisous

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  2. Parece que los franceses no se resignan a un papel secundario en estos momentos ni a abandonar definitivamente su influencia en su antigua "marca hispánica".
    Un saludo.

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  3. No, de hecho la lucha por recuperar el Rosellón será uno de elementos que viciará la política catalana del reinado de Carlos II, así como la del valimiento de Juan José de Austria al que pronto llegaremos.

    Un saludo.

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  4. Hola! Te agradezco mucho la visita a "Ellas en la historia". Para mi será un placer ser seguidora de este espacio, ya que el reinado de Carlos II lo conozco poco, asi que será una buena oportunidad para aprender más :)

    Un saludo!

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  5. Que buen blog el que llevas, estaré volviendo para que me desasnes. Suerte.

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  6. Hola! Estoy correspondiendo a tu amable visita y te felicito este blog tuyo es maravilloso. Espero frecuentarte pues todo esto es super interesante y sirve para que muchos engañados abran los ojos de una vez. Saludos

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  7. GRACIAS A TODOS y especialmente a los recien llegados.

    Un cordial saludo.

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