jueves, 9 de septiembre de 2010

LAS GUERRAS DEL REINADO (II): LA GUERRA DE DEVOLUCIÓN (PARTE IX)

La derrota del Conde de Marsin por parte de los franceses, obra de Adam Frans van der Meulen.

Lo peor de la derrota de las tropas del Conde de Marsin era el penoso estado en el que ponía las cosas en Flandes, temiéndose que Gante, casi sin guarnición, se entregase a los franceses, mientras que otras plazas quedaban demasiado expuestas y sin posibilidad de ser socorridas desde otras partes, al controlar los franceses las vías de comunicación. Pero la suerte volvió a ponerse del lado de los españoles: unas copiosas lluvias otoñales que duraron 8 días hicieron intransitables la mayor parte de los caminos, lo que impedía los movimientos galos. Además el Rey abandonó la campaña trasladándose con su Corte a Arrás, dejando al cargo a Turenne. Pero en esos momentos el ejército francés estaba muy debilitado, tanto por las deserciones como por la dura campaña, habiendo tenido que dejar bastantes hombres para defender las plazas recién tomadas. En total se calculaba que su ejército estaría formado por unos 8.000 hombres, por lo que difícilmente disponía de fuerzas suficientes para ocupar alguna otra plaza de importancia (1).

El 12 de septiembre los franceses se vuelven a apoderar de Alost. Pese a que Turenne había ocupado la ciudad el 2 de agosto, tras la salida de las tropas hispanas, la guarnición francesa fue reclamada poco después para incorporarse al ejército de operaciones al iniciarse el asedio de Lille y necesitarse de todas las tropas posibles, por lo que dichas tropas abandonaron la ciudad a mediados de agosto. Al salir la guarnición, el capitán de caballos Francisco de Arizavala vuelve a ocupar la plaza (de donde había salido semanas antes) simplemente con su compañía. El 11 de septiembre aparecieron de nuevo los franceses ante los muros de la ciudad. Arizavala se enfrentó a ellos pese a que sólo disponía de poco más de medio centenar de hombres, aguantando la situación durante todo el día. A la mañana siguiente la compañía española de caballos abandona la ciudad ante la imposibilidad de una defensa en condiciones y el escaso apoyo de los burgueses. La toma de la ciudad, pese a ser defendida por muy pocos soldados, costó a los franceses 100 hombres antes de la rendición y la salida de Arizavala, lo que da cuenta de la fiereza con la que aún luchaban las tropas españolas a pesar de tener todo en contra. Durante día el ejército francés acampó en las cercanías, ocupándose de derruir las murallas de Alost para que no se repitiese lo mismo otra vez (2).

Tras la recuperación de Alost, los franceses se dirigieron al sur y tomaron la pequeña villa de Liederkerke, que opuso una ligera resistencia por parte de sus habitantes, que se habían refugiado en su castillo. En esos momentos tan avanzados de la campaña las tropas francesas de ocupación empezaron a experimentar continuos problemas. Si bien la población de las grandes ciudades había sido respetada, no padeciéndose ningún saqueo en los asaltos y tomas de plazas fuertes, la población rural había soportado la mayor parte del peso fiscal y la rapiña de los franceses. Los habitantes del campo empezaron a movilizarse tras los notables incidentes y saqueos provocados por las tropas galas, y comenzaron a colaborar con la caballería hispana en sus acciones de acoso hacia las tropas francesas más aisladas. En una de estas maniobras, tropas regulares con ayuda de los vecinos dieron caza y captura a 200 infantes franceses que se habían ocupado de la construcción de un puente, edificado para facilitar la llegada de suministros al campamento de campaña francés. Estas partidas llegaron a ser una pesadilla para los franceses, que optaron por moverse continuamente para evitar el acoso de los paisanos y la caballería del ejército, mejores conocedores del terreno. Estas acciones irregulares dieron sus primeros frutos al gobierno de los Países Bajos. El ejército francés comenzó a padecer un desgaste crónico en octubre, fruto de las deserciones, enfermedades y a las acciones de acoso emprendidas por los paisanos y los soldados del Ejército de Flandes. Cada día sus efectivos aminoraban más, a lo que se sumaba que continuamente debían desprenderse de más hombres para asegurar las plazas recién conquistadas.

Desde finales de septiembre los franceses optaron por ir dirigiéndose hacia el sur, hacia Hainaut, por lo que nuevamente las guarniciones de esa zona fueron reforzadas con tropas de refresco por si los franceses intentaban alguna ofensiva. Ante estos hechos se despacharon refuerzos a Mons y Cambrai, recibiendo ésta última al menos otros 1.500 soldados al tratarse del puesto más avanzado de defensa y un enclave principal (3). Pero estas acciones eran una distracción. Poco después los franceses tomaron rumbo al norte amenazando a la propia Bruselas. Sin embargo, en esta ocasión los franceses se conformaron solamente con saquear las villas cercanas, no perdonando los lugares sagrados, llegando incluso hasta Gaasbeck, a pocos kilómetros de la capital de los Países Bajos. Los franceses estaban más interesados en ese momento en la obtención de suministros para el mantenimiento de sus hombres en la invernada que en la conquista de plazas fuertes. En este ambiente de saqueos y asaltos, muchas pequeñas ciudades carentes de fortificaciones de relevancia intentaron obtener la neutralidad por parte de ambos bandos. Esta situación ambigua podría defenderlas de su destrucción en caso de ser tomadas. El gobernador Castel-Rodrigo concedió la citada neutralidad a un puñado de ellas, las que carecían de guarniciones ordinarias y de tropas apropiadas, como la abadía de Nivelles, Halla, Anghien, Sognies y Ninove, aunque rechazó la propuesta de otras muchas. Esta circunstancia salvaba a las villas de menor importancia de ser arrasadas en caso de que los franceses encontraran resistencia, por lo que la población civil no correría peligro. El gobierno español, consciente de la delicada situación, no presionó en ningún caso a la población civil a tomar su partido, lo que hubiera supuesto la destrucción y la muerte de muchos (4).

En el mes de octubre los franceses finalmente te decidieron a establecer sus campamentos invernales. Una parte del ejército de campaña invernó en la zona ocupada de los Países Bajos, mientras que un grupo numeroso se dirigió hacia Luxemburgo para establecer allí sus campamentos. Para observar a este cuerpo, se envió desde Bruselas al Príncipe de Arenbergh con 3 regimientos de caballería y un tercio de infantería, ya que Luxemburgo había quedado con una guarnición muy reducida. Mientras tanto se ajustó el intercambio de prisioneros entre ambas partes, numerosos en ambos bandos, con lo que sin duda parecía que se daba por terminada la campaña de este primer año de la Guerra de Devolución (5).


Fuentes Principales:

* Rodríguez Hernández, José Antonio: “España, Flandes y la Guerra de Devolución (1667-1668). Guerra, reclutamiento y movilización para el mantenimiento de los Países Bajos Españoles”. Colección Adalid / Ministerio de Defensa, 2007.


Notas:

(1) Consulta del Consejo de Estado, 7 de septiembre de 1667. Carta de don Joseph de Hormaeche, Bruselas 30 de septiembre de 1667. A.G.S. Estado Leg. 2.106.

(2) Carta del Marqués de Castel-Rodrigo de 5 de octubre de 1667. Carta de Joseph de Hormaeche, Bruselas 30 de septiembre de 1667. A.G.S. Estado Leg. 2.106.

(3) Avisos de Bruselas, 17 y 24 de septiembre de 1667. A.S.V. Segretaria di Stato, Fiandra 55.

(4) Avisos de Bruselas, 1 de octubre de 1667. A.S.V. Segretaria di Stato, Fiandra 55.
(5) Avisos de Bruselas, 8, 15 y 22 de octubre de 1667. A.S.V. Segretaria di Stato, Fiandra 55.

21 comentarios:

  1. José Luis: difìcil lo veo, ya sabes lo belicoso que era Luis XIV...

    Saludos.

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  2. Descúbrome, de nuevo ante las "descripciones bélics de Vuestra Majestad". Un Saludo Fraternal de Vuestro Poeta de Corte.

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  3. Me encantan esos periodos de "calma" donde se replantean estrategias y se hace balance.

    Curiosamente, en lugar de suponer un respiro para el bando "perdedor" solía acelerar su caída.

    Seguiremos atentos al comienzo de año.

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  4. Bueno, monsieur, menos mal que acampamos y tenemos un poco de descanso, que menuda fatiguita con tanto correr de acá para allá matando enemigos. A ver si podemos tener el invierno en paz. Aunque me parece que no.

    Feliz dia

    Bisous

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  5. Veremos si el invierno, que todo lo apacigua, sirve para calmar los ánimos belicosos de los que acosan los diferentes núcleos urbanos. Me temo que este invierno no sea demasiado riguroso y no asuste tanto a las tropas francesas como pasará tiempo después con Napoleón y el frente ruso.
    Un saludo

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  6. Old Nick: agradecido quedo como siempre de sus palabras.

    Un real abrazo.

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  7. Isra: asì es un perìodo de calma para replantear estrategias que no haràn sino ahondar en la herida del pobre Ejèrcito de Flandes...

    Un saludo.

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  8. Madame: jejeje sì no se quite la armadura porque esto aùn no està terminado.

    Un beso.

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  9. Cayetano: sin duda que este invierno no serà con el de Rusia que venciò a Napoleòn y anos despuès a Hitler...veremos lo que psa.

    Un saludo.

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  10. Señor, gracias por sus
    interesantes relatos. Mis conocimientos de historia se están recuperando gracias a Vos.

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  11. La "guerra de guerrillas" estaba dando sus frutos. muy bien.

    Y la burguesìa, no apoyaba.

    Que raro.

    Un abrazo.

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  12. Gaucho: sì, algo se sacaba...esas partidas guerrileras se parecìan mucho a los migueletes de los Pirineos durante la instauraciòn borbònica en Espna.

    Los belgas como ver ya eran desapasionados en aquella època jeje

    Un abrazo.

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  13. Bwana: gracias a ti por leerme, comentario como el tuyo me animan a seguir.

    Un saludo.

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  14. Amigo, por aquí andamos, leyéndote...

    Saludos y un abrazo.

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  15. El invierno se presentaba duro y bien duro, por lo menos y por de pronto lleno de sabañones, dedos medio congelados, botas mojadas y pan mohoso. Veremos cómo lo pasamos y si vivimos para contarlo.

    Por cierto, estoy contigo en la apreciación de la película Lope, sin haber sido vista todavía. Cuando veo anunciar alguna película o serie del siglo XVI o XVII español me echo a temblar, aunque, claro, acabo viéndola. Y suelo salir con un mosqueo impresionante, sobre todo si es extranjera y aparecen los tópicos de siempre sobre la monarquía española. El enfado mayor que he tenido ha sido al ver las dos pelis de Elisabeth... Me callo la apreciación porque esto lo pueden leer niños...

    Saludos

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  16. Carmen: aquellas guerras eran terriblemente duras, en especial las de Flandes y los soldados españoles las sufrieron durante 200 años, los inviernos heladores y en pésimas condiciones...

    No m hables de Elizabeth, yo soy con el trailer me entraron ganas de vomitar con esa manera de ridiculizar a Felipe II y esa escena de él en el balcón de El Escorial cual Franco en la plaza de oriente, absolutamente irreal en un rey que basaba su majestad en no dejarse ver...en fin...

    Saludos.

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  17. Como siempre un placer, Majestad, poder saludarle y visitar su página. Enseguida me pongo al día en sus magníficas historias, aunque tengo un inicio de curso complicado. Seguiremos en contacto. Un cordial saludo.

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  18. Paco: bienvenido de nuevo a mi blog, sabes que estas es tu casa. No te preocupes, las obligaciones son los primero.

    Un saludo.

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  19. nike shoes: me parece que te has confundido de blog y de comentario...en fin...

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