martes, 16 de agosto de 2011

Celebraciones en Roma por el nacimiento de Carlos II

Fiesta por el nacimiento de Carlos II frente al palacio de la embajada española en Roma, obra de un pintor "bambocciante" (1662). Gemäldegalerie der Akademie der Bildenden Künste de Viena.

El 6 de noviembre de 1661, venía al mundo en Madrid el futuro Carlos II, apenas 5 días después de la muerte de su hermano mayor, el príncipe Felipe Próspero. La feliz noticia llegaba a Roma nueve meses después de la entrada como cardenal nacional de España en la corte pontificia de don Pascual de Aragón. Pocos meses antes, los franceses habían festejado el nacimiento del delfín Luis (padre del futuro Felipe V) en la mismísima Plaza de España, con aparatos diseñados por Gianlorenzo Bernini y Johann Paul Schor. Ahora, la embajada española quería hacer lo mismo para el príncipe Carlos, también frente al Palacio de España (Palazzo Monaldeschi), residencia del embajador español desde 1647, cuando fue adquirido por el Conde de Oñate para tal fin (1), esta vez con aparatos de Giannantonio de Rossi, Giovanni Francesco Grimaldi, Antonio del Grande y Antonio Giorgetti, artistas con una larga vinculación, aunque unos más que otros, con la Monarquía de España. Pascual de Aragón no pudo al final presenciar los festejos por hallarse enfermo, pero estuvo detrás de los preparativos y a él fue dedicada una relación de la fiesta publicada en Roma y redactada por Enrique de Sevilla (2).


El 5 de diciembre de 1661, tras pedir licencia al Papa, el entonces embajador Ponce de León pudo inaugurar la fiesta con “las luminarias y fiascolas que siguieron los otros dos días siguientes” (3). El día 13 de diciembre el embajador fue a la audiencia del Papa acompañado de hasta doscientas carrozas de prelados y caballeros. A continuación, asistió en público con el cardenal Pascual de Aragón y el Obispo de Plasencia, Luis Crespí de Valldaura (embajador extraordinario de Felipe IV en Roma para el asunto de la Inmaculada Concepción), a la academia literaria del Colegio romano. La relación de Enrique de Sevilla refiere “las alegrías literarias” que el Colegio romano de la Compañía de Jesús publicó con motivo de la fiesta, en agradecimiento a los singulares favores que había recibido siempre de la Casa de Austria. La relación también describía el teatro levantado en el mismo Colegio por orden del padre general de la Orden, Gian Paolo Oliva, en señal de gratitud. El padre Ottavio Cataneo, de ilustre familia genovesa, recitó una oración con referencias a la “Eneida” de Virgilio, paragonando la figura de Carlos, dominador de medio mundo, con Eneas, fugitivo de Troya. El Colegio romano, fundado por Ignacio de Loyola en 1551, bajo la protección del papa Gregorio XIII, poseía una biblioteca de más de 40.000 volúmenes y era sede del museo de Atanasius Kircher (1601-1680), jesuita de gran erudición en el campo de la filosofía, las ciencias, la música y la arqueología. El embajador español y el cardenal Pascual de Aragón debieron tener un conocimiento directo del museo:


Se adornó la amplísima aula de teología de ricos doseles de damasco carmesí divididos con franjas de oro, a un lado se colocó debajo de dosel el augusto retrato del rey nuestro señor. Asistieron en público Pascual y don Luis de Gúzman [Ponce de León] y Don Luis Crespí”.


Antonio Giorgetti, máquina pirotécnica para la fiesta del nacimiento de Carlos II en la Piazza di Spagna de Roma (1662). Grabado de Giovanni Giacomo de Rossi. Roma, BAV.

Frente al palacio de la embajada se construyó una gran arquitectura con forma de castillo que evocaba a España, y se lanzaron fuegos de artificio. Se hizo una galería de madera arrimada a la residencia del embajador, para poder presenciar mejor, desde allí, el espectáculo. La galería estaba “ricamente vestida de sedas y oros por dentro”, y a ella subieron los cardenales para contemplar mejor los festejos. En otro balcón muy adornado del palacio se dispusieron los arzobispos, obispos, prelados españoles, italianos y franceses y demás títulos de la ciudad. Las demás ventanas del palacio fueron ocupadas por el resto de la nobleza romana. Un pintor bambocciante, es decir, perteneciente a la colonia de pintores nórdicos de la ciudad especializados en pintar escenas de la vida cotidiana, dejó constancia de la escena en un lienzo hoy presente en la Gemäldegalerie der Akademie der Bildenden Künste de Viena, en el que además se puede ver el aspecto del Palacio de España hacia 1662 (ver imagen 1).



Fuentes principales:


* Carrió-Ivernizzi, Diana: “El gobierno de las imágenes. Ceremonial y mecenazgo en la Italia española de la segunda mitad del siglo XVII”. Tiempo Emulado, 2008.


Notas:


(1) Para saber más sobre el Palacio Monaldeschi o Palacio de España véase Anselmi, Alexandra: “Il palazzo dell’Ambasciata di Spagna presso la Santa Sede”. De Luca Editore, 2001.


(2) Sevilla, Enrique de: “Relación de las fiestas que…Don Luis de Gúzman, Ponce de león, Embaxador Ordinario de la Majestad Catholica…hizo en Roma por el nacimiento de el…Príncipe Don Carlos Felipe de Austria”. Roma: Imprenta de Giacomo Dragundelli.


(3) Archivo de la Obra Pía en Santa María de Monserrat (Roma), ms. 50.

16 comentarios:

  1. Vamos que le festejaron por Italia a su majestad más que en ningún otro lado. Una gozada haber estado por allí.

    Un abrazo.

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  2. Muy buenos festejos para honrar el nacimiento de Vos. A pesar de ser tenido por memo en casi todos los manuales, pocos saben que con vuestra augusta persona se inició la recuperación de nuestro país, aunque el mérito se lo llevase el homónimo de vuestro augusto padre el rey Felipe.
    Lo que me choca es que en la Piazza di Spagna se diesen fiestas por el delfín Luis. ¿Premonición de que su hijo, el que os quitó el mérito, el de Anjou, ocuparía el regio Alcázar de nuestra coronada Villa y Corte y que según las malas lenguas él mismo incendió por su odio hacia él y seguir en el Casón de Buen Retiro?
    Parece que estoy viendo aquella Piaza di Spagna, tan baroca y con aquellas escaleras circulares ascendentes a la embajada española en mi viaje romano.
    Dios guarde muchos años a su Majestad católica.

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  3. Eduardo: en esos años se pudo en marcha una nueva estrategia por parte del gobierno español encaminadas a hacer más presente la imagen regia para así contrarrestar la debilidad militar.

    Un abrazo.

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  4. Juan: la celebración por el Delfín se debe a que en esa misma plaza se encuentra, como sabrás la Iglesia de Trinità dei Monti, que era de patronazgo francés (fundada por Carlos VIII). Digamos que la plaza de convirtió en un escenario más de las guerras entre el Rey Católico y el Cristianísimo.

    Un abrazo.

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  5. La "màquina pirotècnica" me dejò pasmado!

    Increìble.

    Un abrazo.

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  6. Gaucho: una máquina pirotécnica clásica del Barroco :)

    Un abrazo.

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  7. Supongo que todos los nacimientos de los anteriores vástagos de Felipe IV también se celebrarían en la ciudad de los Papas ¿sí no?

    Un abrazo y más fuerte que los de antes, por el largo tiempo que no lo hago, querido Alberto.

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  8. Nunca faltaban las luminarias ni las construcciones efímeras.

    Saludos.

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  9. Jordi: claro que sí, pero sin duda los de Felipe Próspero y Carlos II por su importancia se celebraron aún con más ganas.

    Un fuerte abrazo amigo, es siempre un placer tenerte por esta tu casa.

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  10. Retablo: la luz y lo efímero, dos símbolos del Barroco, la vida como un gran teatro.

    Un regio saludo.

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  11. ¡Vaya despliegue! Una fantasía de opulencia barroca con todo el aparato festivo digno de un futuro rey, aunque el mismísimo Bernini no estuviera entremezclado en los preparativos (una pena, ¿verdad?).

    Por cierto, yo como siempre barro para casa y me fijo en la presencia del obispo de Plasencia en la fiesta. Habrá que seguirle los pasos...

    Besos

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  12. Qué gran servicio a la posteridad la de los bambocciantes, auténticos reporteros-fotógrafos diríamos hoy, de la antigüedad. Un abrazo.

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  13. Carmen: el Obispo de Plasencia (Luis Crespí) había sido enviado como embajador extraordinario ante el Santo Padre para la consecución del reconocimiento del dogma de la Inmaculada Concepción, que como sabrás era una de las banderas de la Monarquía Católica y que finalmente se conseguiría ya bajo el reinado de Isabel II y con el auspicio de todos los hispanos reyes desde tiempos de Felipe II...por eso la columna a la Inmaculada Concepción de Roma se encuentra frente a la Embajada de España.

    Un beso.

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  14. DLT: así es, gracias a ellos conocemos la vida cotidiana de aquella Roma barroca.

    Un abrazo.

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  15. Magnífico cuadro, monsieur. No tuve ocasión de verlo cuando estuve en Viena, así que tomo nota para la próxima vez.

    Feliz tarde

    Bisous

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  16. Madame: yo espero verlo en mi próxima visita que será...el lunes jejeje :)

    Un beso.

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