martes, 2 de agosto de 2011

Estatuaria Carolina (VI): La estatua ecuestre de Carlos II en la Piazza Sant'Oronzo de Lecce

Vista de Lecce con las estatuas de Carlos II y Carlos V en el "foro pubblico", en Giovanni Battista Pacicchelli: "Il Regno di Napoli in prospettiva". 1703.

En 1678, el gobernador de Puglia (Apulia), Camillo de Dura, hizo erigir en la hoy conocida como Piazza Sant’Oronzo de Lecce, capital de la provincia, una estatua ecuestre de Carlos II sobre una fuente “a tre facce ossia triangolo”, obra de Giuseppe Zimbalo (1); y otra de Carlos V, también ecuestre, obra de Cesare Boffelli.


La “fontana” de Zimbalo venía a sustituir una antigua fuente de piedra mucho más humilde, pero utilizando para ello el mismo pozo y sistema hidráulico ya existentes. Parece ser que la antigua fuente fue trasladada de lugar a principios de 1678 y que para agosto ya estaba construida la nueva con la estatua de Carlos II:


In questo anno si fabbricò, nel mese di agosto, la nuova fontana in mezzo alla Piazza di questa città e lo scultore ci fu Maestro Giuseppe Zimbalo, celebre architetto” (2).


Estos dos monumentos fueron construidos con la maleable piedra local tan común en otras construcciones de la ciudad de Lecce, en dimensiones relativamente modestas, y con un apoyo sosteniendo el vientre de los caballos.


Boceto de la estatua de Carlos II, obra del profesor C.A. Lucrezio a partir de un grabado del siglo XVII.

Para 1824 las condiciones de la fuente debían ser bastante malas. De hecho, en la Deliberazione Decurionale del 18 de agosto de ese año se decía: “si concluse che si facci l’imbianchitura color di pietra alla fontana a due piedistalli laterali, giusta la perizia dell’ingegnere Comunale” (3). Pero, a parte del deterioro de la fuente, otro gran problema fue la continua falta de agua en la misma. Y es que cada vez que se quería rellenar la fuente con agua era necesario accionar la máquina hidráulica del pozo mediante tracción animal. Por tanto, la fuente estaba casi siempre seca y sólo se rellenaba para festejar algún acontecimiento solemne en la Familia Real o durante las fiestas en honor de San Oronzo. Ya el abad de Saint-Non no tuvo problemas en afirmar que “no hay nada peor que una fuente sin agua tan estimada por el país, y una pequeña figura ecuestre de Felipe II [sic], en piedra, del mismo tipo y que tiene la misma reputación” (4).


De esta forma, el 29 de mayo de 1841, el Decurionato (o gobierno de la ciudad) tomó una decisión de gran importancia: eliminar la fuente. Así podemos leer la decisión tomada por los decuriones:


Si è data lettura del verbale del 25 spirante...perchè si demolisse l’antica fontana sistente nella pubblica piazza. Il Decurionato trova ragionatissimi e sussistenti i motivi dichiarati nel citato verbale. La nullità e il controsenso di quel monumento per la mancanza dell’acqua, la sua brutissima architettura, i molti sfreggi cagionati dal tempo e dalla mano degli uomini, l’essersi resa una vera cloaca che fa stomaco e vizia l’atmosfera: finalmente perchè sotto questo aspetto ci sta indecentemente situata la statua equestre di Filippo II [sic]; per tutte queste considerazioni il Decurionato a maggioranza di voti, cioè 19 contro 2, ha deliberato che si avesse sollecitamente ad eseguire la mentovata demolizione”.


Detalle del "foro pubblico" o "Piazza Sant'Oronzo" con las estatuas de Carlos II (derecha) y Carlos V (izquierda).

Como se ve también es común la equivocación al identificar al protagonista de la fuente, señalándose en varias ocasiones que el representado es Felipe II y no Carlos II. Todo esto hace preguntarse a Giuseppe Vacca quién es realmente el representado, pero para él no cabe duda de que es Carlos II y más al publicar este testimonio de época cercana a la erección de la fuente, señalado ya por De Simone en su obra “Lecce e i suoi monumenti” (1874):


(La città...) nella maggior piazza sollevò al medesimo Carlo V una statua equestre con iscrizione sotto, come altra ne eresse poco distante al monarca Carlo II Regnante a una Fonte, sì come gli altri non perenne ma forzoso” (5).


Para mí tampoco existe duda de que el representado era Carlos II, pues no hubiese tenido sentido una estatua en honor de Felipe II, y sí de Carlos II, monarca reinante, al que de esta forma se le rendía pleitesía en espera además de que el mismo concediese mayores privilegios a la ciudad. Además, la estatua de Carlos V no hace sino reforzar mi teoría, ya que fueron múltiples las veces en que Carlos II fue comparado con su tatarabuelo. Por último, el año de su construcción, 1678, encaja con el aluvión de estatuas laudatorias al joven Rey que se estaba produciendo en el Reino de Nápoles en aquella época, como ya hemos visto en las anteriores entradas.


Para terminar, sólo cabe decir que a demolición acordada en 1841 tendría lugar en 1843 por motivos de salud pública, como queda dicho, mientras que en 1860 se eliminaba la de Carlos V. Pero, gracias los testimonios que nos han quedado, como el grabado que ilustra el inicio de esta entrada, podemos saber que los dos monumentos debían constituir una visión grandiosa, con las esculturas ecuestres de ambos monarcas colocadas frente a frente.


Fuentes principales:


* Bodart, Diane. H.: “Statues royales et géographie du pouvoir sous les régnes de Charles II et de Louis XIV” en Sabatier, Gérard y Torrione, Margarita (dir): “¿Louis XIV espagnol? Madrid et Versailles, images et modèles”. Centre de recherche du château de Versailles. Édition de la Maison des sciences de l’homme, 2009.


* Vacca, Nicola: “Le fontane di Lecce”, en Japygia, III, 1932.


Notas:


(1) Giuseppe Zimbalo (1620-1710), fue el más famoso arquitecto del barroco leccese, siendo el autor además del “duomo” o catedral de Lecce (1659-1670), así como de la “Colonna de Sant’Oronzo” (1666-1686), aún hoy en pie, y que constituyen los símbolos de la ciudad.


(2) Cino, Giuseppe: “Memorie ossia notiziario di molte cose accadute in Lecce dall’anno 1656 all’anno 1719”.


(3) Archivio di Stato di Lecce, vol. 13 delle Deliberazioni Decur., N. 13.


(4) Jean-Claude Richard de Saint-Non: “Voyage pittoresque ou descrption des royaumes de Naples et de Sicilie”, vol. III: “Le voyage ou Circuit de la partie méridionale de L’Italie [...]”. Paris, Clousier, 1783, p. 56.


(5) Pacicchelli, G.B.: “Il Regno di Napoli in prospettiva”, volumen II, p. 170. Nápoles, 1703. Es importante decir que esta obra fue escrita muchos años antes de ser publicada y, por lo tanto, es de plena época de Carlos II.


8 comentarios:

  1. Que pena!

    Ningùn monumento deberìa correr esa suerte.

    Un abrazo.

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  2. ¡Carajo, sí que tié monumentos Vuesa Majestad! Veo que en el país transalpino le querían mucho sus súbditos. Creo que le quieren más que a Berlusconi y a su A.C. Milan.
    Saludos.

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  3. Pues que quieres que te diga. Las dos estátuas, una frente a otra, algo no usual, me gustan más que muchas de las que nos has presentado. Aparte que veo negativo el que las hayan destruido, pero eso pasa...
    Un caluroso (aún más) saludo

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  4. Una lástima la pérdida de unas estatuas, supongo que de bronce, que probablemente acabaron convertidas en cañones. Un abrazo.

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  5. Juan: jejeje, ya sabesque estos amores eran del tipo "por el interés te quiero Andrés".

    Un saludo.

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  6. Javier: la verdad es que las dos estatuas enfrentadas tenían que ser un espectáculo grandioso.

    Un calurosísimo saludo.

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  7. DLT: no no, las estatuas eran de piedra, de esa tradicional piedra blanca en que está construido todo el centro histórico de Lecce.

    Un saludo.

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