viernes, 12 de agosto de 2011

Estatuaria Carolina (VII): El "Epitaffio" de Foggia

1. El "Epitaffio" de Foggia.

El último monumento dedicado a Carlos II en el Reino de Nápoles data de 1697 y se encuentra situado en la ciudad de Foggia, sede de la antigua aduana de ganado ovino. Se trata de una pequeña escultura en piedra bruta colocada sobre un monolito monumental construido en 1651, el llamado Epitaffio, para conmemorar la restauración de los límites de los “tratturi” o caminos de transhumancia por orden de Felipe IV.


El Epitaffio, situado al final de la Via Manzoni de Foggia, ha creado siempre gran confusión entre la historiografía local sobre quién es el representado en la cúspide del mismo. Esta confusión se deriva de la lápida (el epitafio en sí) del monolito, en la que se puede leer el nombre de Felipe IV (PHILIPPO QVARTO). Sin embargo, el texto simplemente indica que reinando Felipe IV tuvo lugar una importante restauración de los límites de los “tratturi reali” bajo la dirección de Ettore Capecelatro, regente del Consejo Colateral (uno de los principales órganos de gobierno del Reino de Nápoles), ordenada en 1648. Sin embargo, esto no significa que la estatua constituya un monumento dedicado al monarca reinante en aquella época. No existen, de hecho, en la inscripción del Epitaffio referencias sobre quién es el representado en la estatua que, por otra parte, no formaba parte de la construcción original, levantada sólo como recuerdo de una verificación “catastral”. Es más, en la representación del núcleo urbano que se hizo para el Atlante (plano) de la restauración de Capecelatro, el Epitaffio no aparece coronado por ninguna estatua, sino por una simple cúspide piramidal para facilitar la caída del agua de las lluvias.


2. Texto del "Epitaffio".

Por otra parte, en la lápida del monumento se distinguen claramente dos partes distintas pero unidas entre sí, que permiten establecer que la parte inferior de dicha lápida fue colocada en un segundo momento respecto a la superior (ver imagen nº. 2), ya que la inscripción presente sobre la misma hace referencia a un evento sucesivo y, por tanto, distinto del conmemorado en la parte superior. Y es que en la parte superior la inscripción recuerda que, reinando Felipe IV, mientras era virrey de Nápoles don Ínigo Vélez de Guevara, Conde de Oñate (DON INNICO VELEZ DE GVEVARA, COMITE DOÑATTE ET VILLAMEDIANA PROREGE), el consejero Ettore Capecelatro, Marqués de Torello, llevó a cabo la restauración de los límites “tratturali” en el año 1651 y para conmemorar este hecho se erigió el dicho monumento. Pero la cúspide del monolito no resistió mucho tiempo. Infiltraciones de agua e importantes daños llevaron a restaurarlo en 1697, año en el cual se añade el nuevo elemento de la lápida a modo de recuerdo, ya que la lápida existente no ofrecía más espacio para una nueva inscripción.


Hoy en día ambas partes de la lápida aparecen unificadas por un marco que las rodea, aunque queda clara la división entre las dos partes, hecho que refuerza las distintas fechas y hechos que señalan cada una de ellas.


Por otra parte, cuando en 1697 el Epitaffio se completó con las noticias relativas a su restauración, el monarca reinante no era obviamente Felipe IV, sino Carlos II. Además, durante los trabajos de restauración del monolito se decidió eliminar la forma piramidal que lo coronaba sustituyéndola por una clásica aguja barroca coronada por una estatua que obviamente debía servir de homenaje al entonces reinante Carlos II.


3. Estatua de Carlos II el la cúspide del "Epitaffio".

Después de la Restauración de los “tratturi” por parte de Capecelatro, tuvo lugar una sucesiva verificación de sus límites en 1712, es decir, ya bajo e reinado del emperador Carlos VI, ordenada esta vez por Alfonso Crivelli, gobernador general de la Aduana.


En el Atlante de Crivelli, el monumento y su ubicación geográfica vienen definidos minuciosamente y, con referencia a la estatua, se habla con total claridad de Carlos II:


a frontespizio di un epitaffio grande, sopra del quale vi è eretta una statua di pietra della felice memoria di Carlos II, monarca delle Spagne”.


Además, el Atlante de Crivelli cuenta con ricas ilustraciones. En la primera de ellas se puede ver una panorámica de Foggia (Urbs regali Foggiae inclita imperialis sedes) con la ubicación del Epitaffio, esta vez sí coronado por una estatua. Por otra parte, en aquel tiempo Carlos II había muerto sólo desde hace 12 años por lo que su recuerdo estaba aún bastante fresco.


Por tanto, una vez hechas todas estas consideraciones no parece existir ninguna duda sobre quién es el representado en el Epitaffio de Foggia, por no decir que el aspecto del mismo es claramente el de Carlos II y no el de Felipe IV (ver imagen nº. 3).


Fuentes principales:


* Bodart, Diane. H.: “Statues royales et géographie du pouvoir sous les régnes de Charles II et de Louis XIV” en Sabatier, Gérard y Torrione, Margarita (dir): “¿Louis XIV espagnol? Madrid et Versailles, images et modèles”. Centre de recherche du château de Versailles. Édition de la Maison des sciences de l’homme, 2009.


* Esposito, Marina “L’epitaffio di Foggia, l’effimero pietrificato: il monumento regale a Carlos II di Spagna (1651-1697)”, en M.P. Ferrara (dir.): “Per la storia dell’arte in Italia e in Europa: studi in onore di Luisa Mortari”. Bari, 2003.


* Iarussi, Ugo: “Sulla cuspide dell’Epitaffio, Filippo IV o Carlo II Re di Spagna?”, 1986.

12 comentarios:

  1. A ver si ahora si, he puesto nueva entrada sobre Melo.

    Un abrazo.

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  2. Eduardo: ya me pasé a leerla, esta vez sí ;)

    Un abrazo.

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  3. Bueno Majestad, pues me sobran comentarios, como siempre, aprendiendo de esos monumentos que no citan las guías de turistas superficiales y sólo reservadas a los entendidos de estos menesteres y amantes de la diosa Clío.
    Mis respetos Majestad.
    Voy a leer esa entrada del derrotado de Rocroy.

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  4. Increiblemente elevada la figura de Carlos II, sobre esa gran piedra Alberto. Es destacable lo que nos dices acerca del otro epitafio anterior, y las plantas que la rodean en su altura, me dice que poco o nada la adecentan.
    En fin o no llegamos o nos pasamos...
    Saludos¡¡¡

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  5. A lo largo del tiempo un monumento alzado en honor de un monarca o de su memoria puede ser reformado por otros, añadiéndoseles las hazañas de estos. En este caso un memorial de la época de Felipe IV sirve a su hijo para añadir cuestiones relativas a su reinado. Nada que ver con ciertas prácticas egipcias de la Damnatio Memoriae, como bien expresaban los romanos.

    Besos

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  6. Juan: pues muchas gracias por tus palabras. Para mi este tipo de turismo de "investigación" es mucho más entretenido y satisfactorio.

    Un abrazo.

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  7. Javier: así es parece que está poco cuidada, aunque he visto unas fotos más recientes en que el monlito luce mucho más pulcro. Esto es uno de los problemas de Italia, sobre todo del Sur, su dejadez ante su magna herencia cultural...lo que pasa también es que tienen tanto que no dan para atender a todo.

    Un abrazo.

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  8. Carmen: así es, no es la primera vez que se reutiliza un monumento por un Rey, y en este caso, tratándose de algo dedicado a su augusto padre, tenía mucho más sentido.

    Un beso.

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  9. Aprovecharon la columna y pusieron una estatua demasiado pequeña para tanto pedestal, pero vaya, más vale eso que nada, como ha sucedido en la propia España, que como ya se ha dicho, apenas tiene estatuas de Carlos. Un abrazo.

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  10. DLT: digamos que la estatua debía servir como remate, de ahí su pequeño tamaño. En España poco queda y lo que hay es en bronce de pequeña escala.

    Un abrazo.

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  11. no descartes que Berlusconi sustituya la estatua por una suya.... y ya tenemos el lío montado...

    Saludos

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  12. José Luis: jejeje, esperemos que no, ahí donde le ves Silvio es muy listo y trata siempre de ganarse al pueblo, la vieja técnica del populismo barato.

    Un abrazo.

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