martes, 14 de septiembre de 2010

LAS GUERRAS DEL REINADO (II): LA GUERRA DE DEVOLUCIÓN (PARTE XI)

Jean Charles Watteville de Joux, II Marqués de Conflans y I de Usiès (1628-1698).


En uno de los movimientos rutinarios de las tropas españolas, tres tercios de infantería muy reducidos en tropa, con unos 1.300 hombres entre valones y españoles, se dirigían de Valenciennes y Cambrai a Bruselas para tomar los cuarteles de invierno, conducidos por el Marqués de Conflans, Sargento General de Batalla. Escoltando a los infantes también iban de 300 a 400 jinetes alemanes. Pero las fuerzas hispanas fueron sorprendidas por unos 3.500 franceses, entre caballería y dragones, en las cercanías de Sognies, en un lugar llamado Minot. Los galos disponían de superioridad numérica y táctica, además del factor sorpresa, por lo que las tropas del Marqués de Conflans, pese a una gallarda defensa poco pudieron hacer. La caballería alemana fue cargada con ímpetu por los franceses, quedando desbaratada a las primeras de cambio, por lo que muchos de sus hombres abandonaron sus monturas, huyendo hacia un bosque cercano para salvar sus vidas, dejando desamparados a los infantes. La caballería francesa atacó a la infantería, pero ésta reaccionó, poniéndose rápidamente en orden de batalla en un prado cercano. Pese a las distintas tentativas de los franceses, que cargaron repetidamente contra las tropas españolas, éstas se defendieron brillantemente, usando el orden cerrado de sus picas y organizando mangas de mosqueteros que dieron buena cuenta de los franceses, hasta tal punto que repetidas veces su caballería fue desalojada del prado, con notables pérdidas. Pese a las largas horas de combate, los franceses sólo pudieron derrotar y capturar a una de las mangas de mosqueteros que se alejó demasiado del cuerpo principal de infantería, costándoles todos sus intentos más de 400 muertos. Al anochecer, la infantería hispana se escabulló entre los bosques, quedando fuera del alcance de los franceses, que habían capturado (según sus propias crónicas) a unos 400 hombres entre caballería e infantería, de los que se escaparon más de la mitad esa misma noche. En este enfrentamiento las tropas hispanas tuvieron algunas pérdidas entre muertos, heridos y, sobre todo, prisioneros, llegando a ser herido el propio Marqués de Conflans, y habiendo muerto el Teniente Coronel del regimiento alemán del Marqués de Baden, quedando prisioneros otros latos oficiales, aunque en total las bajas para el bando hispano no debieron ser elevadas (1).

Pese a la inferioridad numérica hispana, el gran problema del encuentro fue la disensión en el mando entre el Marqués de Conflans y el Marqués de Baden. El primero era el comandante de todas las tropas y el oficial de mayor graduación, un veterano que llevaba décadas al servicio de la Monarquía (2). En cambio, el Marqués de Baden era un coronel de dos regimientos de infantería y caballería alemana que habíha venido bajo su mando en 1665, enviados por el emperador tras la guerra con los turcos. Pese a su origen, estos dos regimientos eran tropas formadas por el Círculo de Borgoña transferidas a la defensa del Imperio. Ya antes el Marqués de Baden había representado sus quejas a Castel-Rodrigo, debido a que no quería estar al mando de ningún otro oficial superior, pretendiendo ser una fuerza independiente del resto del ejército, pese a tener solo el grado de coronel, algo que se le negó repetidamente. En esta ocasión seguramente sus ansias de mando y su desacato van a jugar un papel importante en la pequeña escaramuza (3).

Las discordias entre los mandos llegaron a tal punto que, ante las críticas vertidas por el Marqués de Baden, el Marqués de Conflans, pese a sus heridas, de forma caballeresca retó al alemán a un duelo a caballo por parejas. En este duelo salió vencedor Conflans, ya que él y su camarada hirieron con sus pistolas a Baden y a su acompañante, llegando a perder la mano el primero y quedando severamente herido su acompañante. Con esta acción Conflans dejó probado su valor y su carácter, pese a su derrota.

En los meses siguientes los franceses se dedicaron a exigir contribuciones en todo el territorio que controlaban (4), a la par que intentaban realizar alguna acción sorpresiva que culminara con un rápido asalto a alguna plaza escasamente defendida. Pero en general la mayor parte de las acciones del ejército francés se concentraron en la obtención de recursos. Por un edicto real, Luis XIV ordenó la confiscación de bienes y tierras a todos los que guardasen fidelidad al Rey de España, estableciendo que todo el mundo pagase contribuciones, incluso en las zonas que no pertenecían a su jurisdicción o que se habían adquirido recientemente. Los franceses exigían así que todos los habitantes de los Países Bajos debían pagar impuestos, implantando una economía de guerra en la que todo valía, usando como mejor baza el terror y la violencia organizada. Su ejército podía reclamar a su paso dinero y víveres, estableciendo duros correctivos sobre las poblaciones que no cumplían con sus exigencias (5).

El problema era que las contribuciones que pedían los franceses eran superiores a las posibilidades de muchos pueblos, por lo que algunos se negaron a pagar. De esta manera diversas poblaciones fueron quemadas para atemorizar al campesinado y hacer que todos se afanasen a contribuir con las peticiones económicas y materiales del ejército francés. Esto no solo perjudicaba a la población civil, sino que también impedía que muchos lugares entregasen sus impuestos al gobierno hispano, que no tenía caudales para pagar a sus propias tropas. La rapacidad francesa era extrema, siendo sus partidas militares un verdadero terror para los habitantes de los Países Bajos. A la llegada de los soldados franceses a las cercanías de las diversas poblaciones, los campesinos intentaban huir con sus familias y animales a lugares más seguros. Ni siquiera las tierras de la Iglesia se libraron de los saqueos, llegando a ser saqueada la Abadía de Afflinghen por haberse negado a aportar las contribuciones demandadas (6). Los franceses habían vuelto a usar unas formas de guerra algo incivilizadas, muy propias de la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), pero que hacía tiempo que no se veían en los Países Bajos, ni siquiera durante la larga Guerra de los Ochenta Años que culminó con la independencia de las Provincias Unidas por el Tratado de Münster (1648) (7).

También los franceses intentaron controlar el beneficioso y fluido tráfico fluvial de los Países Bajos, incomodando a los habitantes en sus quehaceres comerciales. Conocedores de la importancia de los canales fluviales que comunicaban Gante, Bruselas y Amberes, en varias ocasiones intentaron controlar las esclusas y la confluencia de los enlaces de comunicaciones, por lo que en repetidas ocasiones las tropas hispanas debieron expulsarles hacia las zonas que controlaban. La osadía de los franceses era tal que 600 de ellos intentaron tomar el control del canal entre Bruselas y Amberes, bastante en el interior de la zona controlada por las tropas hispanas, imponiendo severas cargas sobre el transporte de las barcazas. Esto hizo que se debieran destinar tropas regulares a presidiar el paso de los canales, para asegurar los suministros militares y la adquisición de víveres por parte de la población.



Fuentes Principales:

* Rodríguez Hernández, José Antonio: “España, Flandes y la Guerra de Devolución (1667-1668). Guerra, reclutamiento y movilización para el mantenimiento de los Países Bajos Españoles”. Colección Adalid / Ministerio de Defensa, 2007.


Notas:

(1) Noticias de Bruselas, 2 de noviembre de 1667. Noticias de París, 4 de noviembre de 1667. B.N. ms. 2.396. Avisos de Bruselas, 29 de octubre de 1667. A.S.V. Segretaria di Stato. Fiandra 55.

(2) Una biografía aquí.

(3) Consulta del Consejo de Estado, 27 de mayo de 1664. Carta del Marqués de Castel Rodrigo de 6 de julio de 1667. A.G.S. Estado Leg. 2.103 y 2.106.

(4) Avisos de Bruselas, 5 y 19 de noviembre de 1667. A.S.V. Segretaria di Stato. Fiandra 55.

(5) Avisos de Bruselas, 12 de noviembre, 10 y 17 de diciembre de 1667. A.S.V. Segretaria di Stato. Fiandra 55.

(6) Avisos de Bruselas, 4 de febrero, 17 de marzo y 5 de mayo de 1668. A.S.V. Segretaria di Stato. Fiandra 55.

(7) Parker, Geoffrey: “La Revolución militar. Las innovaciones militares y el apogeo de Occidente, 1500-1800”. Madrid, 1990. Pp, 97-99.

22 comentarios:

  1. Pero por eso iban, por el dinero del comercio, verdad? Hay que decir que en esa epoca las Provincias Unidas estaban en la cumbre de su importancia económica, de pronto cualquiera puede pensar que Luis sólo quería los Países Bajos españoles como puente para llegar a esa mina de oro...

    Que vergüenza con usted, me hace Duque, Abad y hasta Rey (es casi el único que me trata como tal) y yo le estoy robando hasta el sudor de la frente. Majestad,le pido de todo corazón que me disculpe, pero debo decirle que la mejor manera de saber que una obra tuya es buena, es cuando te la plagian... jajaja.

    Reales Saludos.
    Un penitente Matías I

    ResponderEliminar
  2. Mathìas: sì, las Provincias Unidas estaban en una de sus cotas màs altas de poder, pero bajo mi punto de vista no en la màs alta, pues esa la alcanzaron durate los reinado de Felipe III y IV, pero aunque ahora estaban un poco de capa caìda seguìan siendo una potencia de primer orden. Sinceramente creo que Luis ambicionaban los PBajos Espanoles y las Provincias Unidas por igual, las primeras como frontera "natural" y las segundas para convertirse en una potencia de primer orden.

    Por lo del "plagio" no se preocupe, eran sòlo un comentario. Estoy encantado de que me utilice como fuente ;)

    Un real saludo.

    ResponderEliminar
  3. The use of contributions as a means of terror and a great way to get your army paid is discussed here:
    http://tinyurl.com/33onxn2

    It's a google book by Satterfield, relying only on French sources and dealing mainly with the 1672+ war.

    Research on the role of the dutch Republic in the war of Devolution is a bit in the shadow of the later wars, but as Carolus already has pointed out, it was a sort of strategy NOT to be a neighbour of France. This has led to the rather awkward alliance between the former enemies later on.

    ResponderEliminar
  4. Rampjaar: thank U very much for the source, be sure i'll read it asap...

    As you say maybe the role of the Dutch Republic was not very important in this war from a military point of view but they had a very important purpose: not be a french neighbour, and for this reason they saw the Spanish Low Countries as a militar and protective barrier against the Louis XIV power.

    Best Regards.

    ResponderEliminar
  5. La guerra económica, un aspecto casi siempre olvidado en las crónicas, como bien apuntas con estos movimientos los franceses más que recaudar para ellos pretendías ahogar la economía del adversario...

    ResponderEliminar
  6. José Luis: asì es, eran dos guerras distintas pero que desgastaban al adversario por igual...

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  7. Magnífico el relato histórico y la intención de culturalizarnos, sometidos como estamos a la tiranía informativa de los medios corruptos de comunicación...una delicia tu blog...un abrazo de azpeitia (te incluyo entre mis favoritos)

    ResponderEliminar
  8. Azpeitia: por desgracia vivimos tiempos de desinformaciòn como bien dices. Mi pasiòn es la historia y por ello trato de ser objetivo y contar las cosas tal como fueron con fuentes de calidad.

    Muchas gracias por tus palabras.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  9. Entramos pues en el lado más sucio e innoble de toda guerra, aplicable a cualquier país que intenta someter a la población y obtener recursos de ella. Es el todo vale. Maquiavelismo puro y duro: impuestos, control de canales, guerra económica...guerra total.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  10. La economìa de guerra, afectando a la poblaciòn civil.

    Eso no cambia.

    Interesante reseña.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  11. Cayetano: como dices, puro maquiavelismo...todo valìa, y la imposiciòn del terror y la violencia eran un arma muy eficaz...

    Saludos.

    ResponderEliminar
  12. Gaucho: la guerra econòmica era una de las grandes armas de los estados del XVII, època de esplendor del mercantilismo...

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  13. El peligro de esa variante bélica era llegar a la de tierra quemada, podrías eliminar el abastecimiento de tu enemigo pero ese mismo podrías necesitarlo más adelante.

    Del mismo modo que no está de más ganarte a la población.

    ResponderEliminar
  14. Isra: ya sabes la diatriba mental de los reyes: ser amado o ser temido...

    Saludos.

    ResponderEliminar
  15. ¿Que podría deciros, Augusta Majestad, que, dicho, de mil formas, no rstuviera ya?
    Como Poeta de la Corte e Historiador también.
    Nada habré de añadir a lo ya expuesto...
    Revencias y Pláçemes Tenga S.M. y Si os apetece un Ron Old Nick,-(Negrita), ya sabéis por donde caen mis humildes Zahurdas...
    Laus DEo y ¡Riau Riau!

    ResponderEliminar
  16. Old Nick: grandes palabras de honor hacia mi persona trae Su Eminencia y miles gracias le envio. Encantado beberé ese ron Negrita.

    Un real saludo.

    ResponderEliminar
  17. ¿Qué veo? ¿Que-vedo? Parece que el gran poeta se ha reconciliado con la familia real, con lo mal que se llevaba con el valido de su augusto padre, el Conde Duque de Olivares. A lo mejor trae otro memorial escondido en la botella de ron.

    ResponderEliminar
  18. Me encanta la cantidad de información que aportas majestad, estoy leyendo las primeras entradas de esta guerra, si me lo permite. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  19. Y a todo esto no nos hemos parado a pensar en la pobre gente que habitaba en aquellas tierras, esquilmados por tropas que iban y venían cada uno pidiendo su parte del pastel. Me refiero sobre todo a las zonas rurales, infestadas de tropas, de soldados apiñados en barracones, en casitas asaltadas por la fuerza, donde comer era toda una utopía.

    Me ha llamado la atención el duelo entre generales. Todo un entretenimiento en medio del sangriento y gris campo de batalla.

    Saludos

    ResponderEliminar
  20. Cayetano: jejeje ya ves la gente como cambia, con lo que fue Quevedo, azote de Olivares y Felipe IV "el Grande", grande como un hoyo como el decía...

    ...el ron siempre ayuda a alegrar el carácter

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  21. Paco: me alegra que te gusten las entradas. No te preocupes y tómate tu tiempo que de aquí no se mueve nadie ;)

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  22. Carmen:como siempre la población civil es la que más sufre en las guerras y en estos años con la obligatoriedad de alojar y dar de comer a las tropas aún más. Las debieron pasar canutas: asesinatos, violaciones, robos, rapiñas, etc

    Los generales ya ves, eran tiempos en los que el honor aún significaba algo.

    Un saludo.

    ResponderEliminar