domingo, 25 de abril de 2010

LAS REFORMAS DE DON JUAN JOSÉ DE AUSTRIA (PARTE II)

Don Juan José de Austria en un grabado del s.XIX


Antes de continuar, me gustaría dedicar esta entrada a CarmenBéjar de “Pinceladas de Historia Bejarana” por las similitudes, tantas veces a ella comentadas, que muchas de las reformas económicas de don Juan tuvieron con las llevadas a cabo para la potencialización de la industria textil bejarana a finales del siglo XVII e inicios del XVIII, en especial la importación de artesanos extranjeros, flamencos en particular, animándola desde aquí a dedicar una entrada a tan interesante tema:

POLÍTICA ECONÓMICA:

A fines de 1677 se cursaron órdenes para el Duque de Villahermosa, gobernador de los Países Bajos, y para el embajador español en La Haya, don Manuel de Lira, con el objeto de que reclutaran artesanos ingleses y holandeses, especialistas en pañerías, para que se instalaran en la Península (1).

El 15 de enero de 1678 se envió a los corregidores, gobernadores y alcaldes mayores de las ciudades, villas y señoríos cabezas de partido, una Real Provisión con la orden de que en el plazo de cuarenta días enviaran cumplida información sobre el comercio e industria existentes en los distintos lugares de su jurisdicción y la evolución experimentada por dicha economía (2). De ese modo, la Administración contaría con un amplio repertorio de cada ciudad, villa o lugar.

Éstas y otras iniciativas quedaron canalizadas el 29 de enero de 1679 con la creación de la Junta General de Comercio (3), integrada en sus comienzos por don Lope de los Ríos (destituido del Consejo de Hacienda por don Juan y varias veces reclamado para presidirlo posteriormente con adversa fortuna), don Carlos Herrera Ramírez de Arellano (presidente de Hacienda bajo el gobierno del Duque de Medinaceli), don Francisco Centani (del Consejo de Hacienda) y don José Beytia (del Consejo de Indias). Tarea prioritaria de dichos miembros fue la de informarse sobre la situación del comercio y las manufacturas en España, al tiempo que se recababa información de los embajadores en las Cortes extranjeras (4).

Las primeras medidas adoptadas por la Junta fueron: el alivio de las contribuciones de comerciantes y fabricantes, la prohibición del uso de géneros extranjeros y el intento de traer técnicos de fuera que enseñaran a los hispanos el mejor modo de labrar los tejidos (5).

A pesar de la iniciativa emprendida por algunos técnicos llegados de Francia, Holanda, Roma, Países Bajos, etc. no se produjeron los efectos deseados si bien contribuyeron a estimular a los españoles en la elaboración de algunos productos.

En abril de 1680 la Junta de Comercio cesó en sus funciones debido a diferentes causas entre las que cabría citar la falta de resultados positivos inmediatos y los choques producidos entre la Junta y el sistema gremial; sin embargo, se sentaron las bases para su futuro desarrollo, reanudado el 25 de diciembre de 1682. Por otra parte, la inestabilidad de la Junta en la primera fase de su creación así como su carácter y composición, no fueron rasgos privativos de la Junta de Comercio creada en España sino que se dieron análogamente en otras Juntas semejantes creadas en Europa a lo largo del siglo XVII (6).

También durante el gobierno de don Juan se estudió una posible estabilización monetaria, ya que la emisión masiva de moneda de cobre durante los reinados de Felipe III y Felipe IV había propiciado la casi desaparición del oro y la plata del mercado monetario castellano.

En el mes de marzo de 1679, una Junta de Moneda emprendió la tarea de recabar la opinión de diferentes ministros y hombres de negocios sobre el delicado asunto de una posible reforma monetaria (7). Dicha Junta acordó, de forma mayoritaria, la devaluación de las monedas a la cuarta parte de su valor de modo que la pieza de ocho maravedís quedaba reducida a dos, mientras la de cuatro quedaba reducida a un maravedí.

Sin embargo, la moneda primitiva de ley quedaba con 1/3 más de valor que la de vellón grueso de forma que un marco equivalía a 102 maravedís de moneda primitiva y 70 maravedís de vellón grueso. Objetivo prioritario de dicha devaluación era la extinción de esta moneda en el plazo de unos meses.

En un principio, la puesta en marcha de esta medida se concibió para el otoño de 1679 por considerar que era la época más propicia ya que entonces se habría celebrado ya el matrimonio de Carlos II con María Luisa de Orleáns, habrían llegado galeones con plata y las cosechas estarían ya recogidas. Sin embargo, prevaleció la opinión del Duque de Medinaceli (8) por lo que la devaluación monetaria no llegaría hasta el 10 de febrero de 1680 (9) como el indudable testamento de don Juan (10).

La estabilización monetaria, planeada en 1679 e iniciada en 1680, puede considerarse como el punto de partida y la base para el desarrollo comercial posterior. Incluso, la fácil recuperación del país tras la Guerra de Sucesión dice a favor de un saneamiento estable y suficientemente profundo (11).

Continuando en cierto modo la línea emprendida por la Junta de Alivios, creada bajo la regencia de doña Mariana de Austria a instancias de don Juan tras su golpe de 1669, el bastardo se planteó dentro de su política económica la posibilidad de lograr un cierto saneamiento. Para ello siguió fundamentalmente tres vías: la obtención de tributos de los más pudientes, la reducción de la deuda consolidada representada por los juros y el recorte de las mercedes con cargo a la Real Hacienda.

Efectivamente, don Juan, aunque no se atrevió a imponer a los nobles unos cánones fiscales fijos, solicitaba con cierta frecuencia ayuda de los mismos en forma de donativo (12). Igualmente la solicitud de este tipo de ayudas se hizo extensiva a las provincias del Reino y a las ciudades cabeza de partido.

Respecto a los juros, en enero de 1677 tuvo lugar la anulación de grandes paquetes de juros utilizando como criterio la antigüedad de la adquisición de los títulos. La fecha utilizada a tal efecto fue la de 1635:

- Juros antiguos: adquiridos antes de 1635. El Estado anuló la mitad de su valor reteniendo además de la media anata de intereses, una prima subsidiaria del 5 por 100.

- Juros modernos: adquiridos después de 1635. También se suprimió la mitad de su valor elevando la prima a un 15 por 100. Se dio por hecho que esta remesa de juros había sido adquirida mediante prácticas especulativas (13).

De este modo, la deuda consolidada quedaba reducida en más de un 50 por 100.

También se llevó a cabo un recorte de las mercedes situadas sobre la Real Hacienda. En 1677 don Juan impulsó un Real Decreto con el fin de retener la media anata de todas las mercedes, iniciativa que se completó meses después con el descuento de un 25 por 100 sobre las mercedes que se gozaban de por vida.

Bajo el período gubernamental juanista se adoptaron otras medidas de índole económica de alcance desigual y resultados diversos:

- - El hecho de que el número de efectivos humanos se fuera estancando cuando no reduciendo, a lo largo del siglo XVII, provocó el agravamiento del problema suscitado por los despoblados, especialmente en Castilla. Ello llevó a la Administración a solicitar de los alcaldes y corregidores castellanos una puntual información sobre los despoblados existentes en sus respectivos pueblos (14) al tiempo que se invitaba a los habitantes de Burgos, Vizcaya, León, Asturias y Galicia a trasladarse a Castilla para repoblarla a cambio de obtener exención por diez años de alcabalas, cientos, moneda forera, servicio ordinario y extraordinario y demás Tributos (15).

- - Las escasas condiciones del Guadalquivir como vía navegable para unos buques que aumentaban lenta pero constantemente su tonelaje, hicieron que en 1679 se constituyeran definitivamente en Cádiz el Juzgado y el Tercio del tonelaje de la Flota, preparándose el camino para que al año siguiente Cádiz se convirtiera en cabecera de las flotas, conservando Sevilla sólo el aparato burocrático que ostentaría hasta 1717.

- - Bajo el gobierno de don Juan tuvo lugar la reforma de la Junta de Milicias para reducir gastos. Ésta, estaba constituida por tres miembros, siendo su presidente, el propio presidente del Consejo de Castilla. Sus reuniones se realizaban en función de las necesidades más urgentes y a través del sistema de “consultas” propio del Antiguo Régimen.

Este sistema organizativo evolucionó a lo largo de los años de modo que en 1677 surgió una nueva reglamentación cuyo objetivo primordial era la reducción de gastos. Pasó a desempeñar la labor de superintendente el propio gobernador del Consejo de Hacienda, entonces el Conde de Humanes. La Junta mantuvo sus tres miembros ordinarios, siendo su secretario el propio del Consejo de Guerra.

Las remuneraciones fueron recortadas y los caudales recaudados en provincias irían directamente a la tesorería general para ser guardados allí con total independencia (16).

A modo de conclusión, podemos decir que los escasos treinta y tres meses de don Juan al frente del Gobierno, truncados por su prematura muerte, resultaron insuficientes para que cuajaran muchos de sus proyectos; sin embargo, es justo reconocer que algunas de las tareas por él emprendidas marcaban, en sus comienzos, un buen tono de gestión. En este sentido resulta indudable que don Juan se encontraba en estrecha conexión con ideas ya manifestadas por otros políticos a lo largo del siglo XVII.

En muchos aspectos recogió la herencia del Conde-Duque de Olivares cuya personalidad política había desbordado a todos los demás personajes de la centuria. De hecho, algunos de los proyectos esgrimidos por Olivares (17) a través de sus Memoriales, Juntas de Reformación, etc., fueron de nuevo intentados por el bastardo. Para ello no tenemos más que recordar su intención de acabar con el lujo y la corrupción, su leve aproximación a la reforma fiscal haciendo tributar a la nobleza, si bien a través de soterradas estratagemas como eran los “donativos”, el establecimiento de la Junta de Comercio, las medidas repobladoras...

Y lo que es más importante, don Juan, con su deseo de reafirmar las regalías regias como medio de fortalecer el poder del Estado controlando abusos y evitando injerencias del poder espiritual en el temporal incluso con las armas utilizadas para su acceso al poder, dignas del periodismo moderno, el bastardo se anticipaba al siglo XVIII con las famosas luchas entre los ministros de Felipe V y la Santa Sede por reafirmar el absolutismo y la primacías regias sobre la Iglesia.

Por ello, como afirma la profesora Castilla Soto, no parece arriesgado afirmar que el gobierno de don Juan, con sus aciertos y sus fallos y a pesar de su escasa duración, constituye la primera antesala de la España reformista borbónica.

Fuentes Principales:

*Castilla Soto, Josefina: “El valimiento de don Juan José de Austria (1677-1679)”. Espacio, Tiempo y Forma, Serie IV, Hf Moderna, t. 3, 1990, págs. 197-211

Notas:

(1)Archivo General de Simancas (AGS), Estado, leg. 2739. Carta del Rey al Duque de Villahermosa de 26 de diciembre de 1677.

(2) BNM, Mss. 4466. Real Provisión del 15 de enero de 1678. Dicha orden recuerda las Relaciones Topográficas que en su día encargara Felipe II.

(3) A esta famosa Junta General de Comercio dedicaré una futura y específica entrada.

(4) Larruga y Boneta, E., “Historia de la Junta de Comercio”, t. I, fol. 5. Madrid 1789.

(5) El 3 de agosto de 1679 se cursaron sendos despachos para el embajador de Venecia, Marqués de Villagarcía; el embajador en Genova, don Manuel Coloma, y el virrey de Nápoles, Marqués de los Vélez, entre otros, para que hiciera lo posible por enviar a la Corte artífices en tejidos de lana y seda (AGS, Estado, leg. 4129).

(6)Molas Ribalta, P., “La Junta General de Comercio. La institución y los hombres”, Cuadernos de Historia. Anexos de la Revista Hispania, IX, 1978, pág. 2.

(7) BNM, Mss. 18720, exp. 23. Consulta de la Junta de Moneda de 13 de agosto de 1679.

(8)” Por medio de la vaja no se consigue el fin de excusar la introduzión desta moneda pues siempre le queda ganancia al que la falsifica que no quedando en su valor intrínseco no saldrá la calderilla ni el vellón grueso, no se moderará la reducción de la plata ni el precio de las cosas que oy es mala conyuntura de qualquier novedad que la ocasión del feliz casamiento de V. M, Que cuando la vaja tiuviese de ejecutarse (no pasándose a la total extinción que es a la que se ynclina), havía de ser a tres o cuatro meses después del arribo de flota y galeones y que se aya difundido la plata que viniere” (BNM, Mss. 18720, exp. 23).

(9) AGS, Contadurías Generales, leg. 1792. Real Decreto sobre devaluación monetaria de 10 de febrero de 1680.

(10) Kamen, H., La España de Carlos II. Barcelona 1981, pág. 170.

(11) Collantes Pérez-Arda, E. y Merino Navarro, J. P., “Alteraciones al sistema monetario de Castilla durante el reinado de Carlos II”, Cuadernos de Investigación Histórica, 1, 1977, pág. 97.

(12) Así, el 6 de agosto de 1677 pidió un donativo a los hombres acaudalados de la Corte por vía de empréstito (BNM, Mss. 2289, fol. 158).

(13) Castillo Pintado, A., “Los juros de Castilla. Apogeo y fin de un instrumento de Crédito”, Hispania, t. XXIII, 1963, págs. 65-66.

(14) AHN, Consejos, lib. 1474, núm. 14. Pragmática de 14 de junio de 1678, sobre despoblados.

(15) AHN, Consejos, lib. 1510, núm. 7. Pragmática de 14 de junio de 1678, sobre repoblación.

(16) Bermejo Cabrero, J. L., “Aspectos jurídicos e institucionales del Antiguo Régimen en España”. Barcelona 1985, pág. 95.

(17) Sobre el Conde-Duque de Olivares consúltese la ingente obra del genial hispanista Elliott, J.H., así como la obra de don Gregorio Marañón.

14 comentarios:

  1. Buena entrada, como de costumbre. La labor emprendida en los últimos años del reinado de Carlos II con el fin de modernizar el país y hacer las necesarias reformas económicas, muchas veces no son reconocidas por la historiografía, atribuyendo todo el mérito a las reformas borbónicas posteriores.
    Un saludo.

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  2. Gracias Cayetano. Sin duda, las reformas del reinado carolino fueron las que fundaron las bases del reformismo borbònico, pues muchas de las cosas que se llevaron a cabo bajo Felipe V y Fernando VI no eran sino la puesta en marcha de cosas o ya ideadas o ya iniciadas...y como dice las profesora Castilla Soto, sin estas reformas del reinado de Carlos II la recuperaciòn tras la terrible Guerra de Sucesiòn en tierras de Castilla y Aragòn habrìa sido màs que dura.

    Un saludo.

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  3. Y seguimos con medidas económicas impopulares: devaluación de la moneda, recortes en la defensa, juros... Pero totalmente necesarias, tal y como estaba la Hacienda. Buen trabajo, como de costumbre, Carolus.

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  4. Efectivamente Paco, pero ya se sabe que si las cosas bien hechas son siempres impopulares, pero necesarias...a nadie le gusta pagar, pero sin dinero no se puede hacer nada, ni reformar ejércitos, ni crear armadas...era el inicio del principio de igualdad en el pago de tributos, pero aún quedaba mucho por recorrer.

    Un saludo.

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  5. Excelente información Carolvs. Es fenomenal lo referente a los datos que aportas sobre reformas fiscales y artesanales,para promocionar el Comercio y la atividad.

    Posteriormente, los Ilustrados trataron de hacer lo mismo pero en más tajante y no consiguieron mover mucho el país. En el único lugar que los Ilustrados de Carlos III y IV lograron plasmar en relaidad sus ideas de transformación fue en el el país Vasco, en donde se crearon modernos Institutos laicos y compañías mercantiles para intercambio de mercancias con América.

    Muy buen post.

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  6. Gracias Tellagorri. Llevas razón en lo que dices sobre el País Vasco en tiempo de los ilustrados Carlos III y IV, una pena que todo se truncase con las invasiones napoleónicas...también hay que destacar el periodo reformista que para Castilla en general supuso el reinado del pacífico Fernando VI, en contraste con el animoso reinado de su padre Felipe V "el animoso".

    Un saludo.

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  7. Pienso igual que Cayetano. Hubo iniciativa, pero los Borbones siguiéndola y por supuesto, ampliándola, fueron los que consiguieron modernizar el Estado. De todas formas, por unificado que llegase a estar el reino de España, no dejó de ser ya, una potencia de segundo orden, a excepción de algunos cortos períodos (Carlos III)

    Gracias por la bibliografía recomendada en mi post.

    Saludos

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  8. Llevas razón en lo que dices amigo Dissortat con respecto a los Borbones, discrepo solo un poco en el hecho de ser una potencia de segundo orden, al menos no fue así durante el reinado de Felipe V, en el que España siguió luchando por la hegemonía europea en Italia, la Guerra de Sucesión Austríaca....Fernando VI con el rearme naval...y como dices Carlos III...además la Monarquía seguía siendo una potencia estratégica por sus dominios americanos...por no decir como se hallaba a la vanguardia cultural (véase la exposición actual en el Palacio Real de Madrid).

    Un saludo y suerte con todo.

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  9. Madre mia, menuda devaluacion, monsieur. Imaginese que pretendieran ahora llevar a cabo algo asi. Eso da una idea de como andaban las cosas. Mal lo tenia quien llegara detras.

    Buenas noches

    Bisous

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  10. Pues sì Madame, ahora serìa impensable, sin embargo, su sucesor en el primer ministerio, el Duque de Medinaceli, seguirìa con tales devaluaciones e iniciarìa toda una reforma monetaria de gran calado.

    Un saludo.

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  11. Muchas gracias por dedicarme esta entrada.

    El tema d elos flamencos he de decir que me apasionay siempre ando a vueltas de encontrar información sobre ellos, sobre los duques que permitieron su venida a Béjar y sobre el vecindario que contempló con ojos estupefactos cómo aquellas gentes se instalaban de vecinos, mezlando su sangre y su saber con ellos con el paso del tiempo.

    Esta buena idea partió, parece ser, de dos duquesas viudas Mª Teresa Sarmiento de la Cerda y Mª Alberta de Castro y Portugal, aprovechando la buena coyuntura económica y las excelentes medidas económicas de don Juan José, como bien explicas en esta entrada. En una primera oleada de maestros flamencos, franceses y holandeses el resultado se puede considerar de fiasco. Las cosas no salieron bien. Pero los duques no cejaron en su empeño de importar mano de obra cualificada, toda vez que el señorío monopolizaba el tintado de los paños (a mayor producción mayores beneficios para el ducado). Esta idea fue clave para que en Béjar el sector textil predominase en el desarrollo económico de la ciudad hasata los años 70 del pasado siglo.

    Un besito (tomo nota en lo hacer una entrada sobre el tema, aunque no sé si sabes que tengo ya realizada una sobre el tema social http://ccasconm.blogspot.com/2008/12/los-maestros-flamencos.html)

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  12. Carmen gracias por la aclaraciòn, es un tema que realmente me apasiona...puede que econòmicamente fuse un fiasco al inicio, pero al menos, y como las medidas de don Juan, ayudaron a la poblaciòn a conocer nuevas tècnicas que les ayudarìan en el futuro.

    Un saludo y leo con atenciòn tu entrada.

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  13. Poco sabía de este tema, que encuentro de lo más interesante. Da a conocer "la movida económica" de aquella época. ¡Qué apasionante es la Historia! Es algo sobre lo que me gusta mucho leer.

    (
    agradezco tu visita a mi blog)

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