jueves, 29 de julio de 2010

¿EL PRIMER RETRATO DE CARLOS II? EL RETRATO DE UN PRĺNCIPE REAL DEL MUSEO DE ARTE DE GLASGOW.




Un bebé de muy corta edad aparece envuelto en ricas ropas profusamente bordadas, apoyado sobre un cojín. Al fondo se observa un cortinón. La riqueza y suntuosidad de los ropajes llevó a pensar desde el principio que se trataba sin lugar a dudas de un príncipe o de un infante real y con este título es como siempre se ha recogido este cuadro; sin embargo, no se daba una identificación porque el parecido no es asimilable con ninguno de los modelos conocidos. Lo que si se establecieron fueron posibles atribuciones:

- En primer lugar, se atribuyó a Sánchez Coello (Londres 1981), aunque en dicha exposición se apuntaba también la posibilidad de que el retrato estuviese realizado por un pintor de corte anterior.

- Gaya Nuño, por su parte, atribuía la autoría a Claudio Coello, aunque reconociendo que la misma era dudosa.

- Sin embargo, para el profesor Álvaro Pascual Chenel, ni la factura ni las fechas en que debió pintarse este retrato permiten relacionarlo con el pintor madrileño que no entró al servicio de la Corona hasta años más tarde. Para éste parece mucho más aceptable la atribución de Young (1984), para quien el retrato se trataría de una obra de Juan Bautista Martínez del Mazo, ratificada años después (1986). Young no sólo propuso este autor, sino también la identificación del niño con el recién nacido príncipe Carlos, futuro Carlos II. Como señala el mismo Young, quizás el hecho de que el niño esté representado con una apariencia normal, sin ninguna señal externa de tara física en el rostro, haya sido la razón de que no fuera identificado con Carlos II que, como es conocido, fue el monarca de la Casa de Austria en que más patentes se hicieron algunos de los rasgos fisonómicos característicos de esta dinastía como son el labio inferior descolgado y el prognatismo. De hecho, Young señala una conocida y repetidamente citada descripción contemporánea del príncipe recién nacido como “hermosísimo de facciones, cabeza grande, pelo negro y algo abultado de carnes” (1) que hace pensar que aquellos rasgos físicos que se han mencionado y que hicieron famoso el rostro del último Habsburgo español, no empezaran a desarrollarse hasta años más tarde. Young aduce también otro argumento para confirmar dicha identificación y atribución que se basa en la similitud de las facciones del rostro del joven monarca de este retrato de Glasgow con los rostros del Rey en el retrato realizado por Mazo de doña Mariana de Austria de la National Gallery de Londres donde aparece al fondo Carlos II (2) y el de la Colección Real de Inglaterra en el Palacio de Hampton Court (3); retratos en los que el Rey debe contar con unos cuatro o cinco años y en los que aquellos rasgos fisonómicos tan característicos todavía no son patentes o por lo menos el pintor no los muestra. De hecho, en los retratos infantiles realizados por Herrera Barnuevo, Carlos II aparece también con un rostro completamente normal e incluso agradable, sin ninguno de los rasgos mencionados (4). Aunque en esto, hay que mantener cierta cautela y tener muy en cuenta el grado de adulación que puede existir en unos retratos cuyo objetivo o función última era la propaganda favorable de un rey-niño, cuya debilidad se convertía en cuestión de Estado y se hacía necesario ocultarla a toda costa y mediante toda clase de argucias.

En cuanto a la atribución, no parece probable, como se ha indicado ya, la de Claudio Coello y mucho menos la de Sánchez Coello. Sullivan (1989) incluye este retrato entre las obras rechazadas de Coello, manteniéndose muy cauto respecto a la posible atribución, señalando que “lo más prudente es atribuirla a un pintor madrileña del siglo XVII”, aunque también recoge la posible atribución dada por Young. Fue precisamente este último autor el que ofreció la verosímil atribución a Mazo, pintor de Cámara que sucedió a Velázquez; señalando la posibilidad de que probablemente te trate del primer retrato del jovencísimo príncipe, nacido a finales de 1661 pocos días después de la muerte de Felipe Próspero. Por tanto, de ser cierta la identificación, el retrato debió realizarse entre finales de 1661 y principios de 1662 y, en buena lógica, el encargo debió recaer en el pintor de Cámara que en ese momento era Juan Bautista Martínez del Mazo, yerno de Velázquez.

El cuadro estuvo durante el siglo XIX primero en la colección John Auldjo, hasta que fue vendido en 1859 y adquirido por Sir William Stirling Maxwell pasando a su colección privada. En 1966 lo donó al Museo de Arte de Glasgow una descendiente de Sir William.


Fuentes principales:

* Pascual Chenel, Álvaro: “El Retrato de Estado durante el reinado de Carlos II: imagen y propaganda”. Fundación Universitaria Española, 2009.

* Sulliva, E.J.: “Claudio Coello y la pintura barroca madrileña”. Nerea, Madrid, 1989.

* Young, Eric: “Portraits of Charles II of Spain in British Collections”, The Burlington Magazine, 1984, vol. 126.


Notas:

(1) Descripción que la Gazeta de Madrid hace del recién nacido heredero. Citada por Maura en “Vida y reinado de Carlos II”, Madrid 1990, pag.32.

(2) Veáse mi entrada: “Iconografía de una reina regente; Mariana de Austria y sus retratos oficiales”.

(3) Trataré sobre este retrato en la próxima entrada.

8 comentarios:

  1. Monsieur Carolus, esta usted irreconocible en ese retrato. Vaya mofletitos se gastaba, si es que es usted.

    Feliz dia

    Bisous

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  2. Madame: la verdad es que sì, un niño muy regordete y en apariencia sano, luego la genética jugò una mala pasada...

    Saludos.

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  3. La verdad es que debe ser muy difícil para los especialistas saber la autoría del retrato, en primer lugar, y en segundo el nombre del retratado. Sólo hay que leer algo sobre los pintores de corte del siglo XVI para darse cuenta de los límites imprecisos entre el estilo de Antonio Moro, Sánchez Coello o Pantoja, por ejemplo. Si a esto sumamos que el retratado es un niño de meses el asunto es, en resumen, de gran complejidad.

    Un saludo

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  4. Carmen: como bien dices, constituye una tarea de lo más complicado, pero a mi me gusta pensar que el retratado sí sea nuestro Carlos II.

    Saludos.

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  5. Ese bebé no se parece en nada a lo que luego fue Carlos II. No digo que no sea él, porque se cambia mucho con los años, pero ni la frente ni el prognatismo ni el mentón me recuerdan al personaje.
    Un saludo.

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  6. Cayetano: como dices el parecido fìsico es nulo, sobre todo el tema del prognatismo, pero como dice el texto, tampoco este aparece en la iconografìa infantil de Carlos II, ¿propaganda o realidad?...no se puede saber, pero por lo poco que se de medicina, el prognatismo se desarrolla con los años y puede ser lògico que en el perìodo de niñez éste sea menos pronunciado y, por tanto, en un recién nacido quizàs sea nulo...

    ...habrìa que preguntar a un experto.

    Saludos.

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  7. Jordi: una gran expresiòn, espero que sea porque te ha gustado la entrada y no por el contrario.

    Saludos.

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